Tras una reunión con la Secretaría de Transporte, el sindicato de controladores aéreos levantó la medida de fuerza anunciada para este sábado. El paro establecía el cese de actividades durante los días 16 y 18 de noviembre y afectaba durante dos horas las tareas de control de vuelos nacionales e internacionales. “Se ha alcanzado un acuerdo” manifestaron desde el organismo dependiente del Ministerio de Economía, luego de concretar un encuentro.
La información la dio a conocer la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), a través de un comunicado. En el mismo señaló que tras el inicio de las negociaciones con la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (A.T.E.P.S.A.), para poder llegar a un acuerdo definitivo, se logró, en primera instancia, desarticular la medida de fuerza programada para el fin de semana. “Se ha alcanzado un acuerdo que permite levantar las medidas de fuerza programadas para el sábado 16 y lunes 18 de noviembre en todos los aeropuertos de la República Argentina”, señala el texto que circuló de la empresa.
Adelantaron que “este avance en las negociaciones refleja el compromiso para garantizar la continuidad del servicio esencial de navegación aérea”. Sin embargo, se informa que este es el primer paso de una serie de reuniones que mantendrán tanto la EANA con ATEPSA, en los próximos días, debido a que la medida podría trasladarse para la semana siguiente.
“Las negociaciones siguen abiertas con el objetivo de llegar a un acuerdo definitivo sobre las medidas de fuerza establecidas por el gremio que nuclea a los Controladores de Tránsito Aéreo previstas para el miércoles 20 y viernes 22 de noviembre, también en todos los aeropuertos del país”, concluyó el documento que lleva la firma del organismo del Estado.
El anuncio del paro había sido adelantado por los mismos trabajadores de A.T.E.P.S.A., pidiendo disculpas por “las demoras y complicaciones que esta medida pudiese ocasionar”. Según habían argumentado, la medida se realizaba porque “el Estado no permite ningún tipo de negociación salarial, imponiendo una paritaria única para todo el sector público”, más allá de haber aclarado que solo afectarían los despegues de aeronaves en todos los aeropuertos del país y señalando que los pasajeros que se vieran afectados podrían reprogramar su vuelo con las aerolíneas.
A su vez, habían detallado el esquema de paros, comprendía diferentes horarios y días. Para el sábado 16 estaba programado parar entre 20 a 23, en los vuelos internacionales y el lunes 18, de 15 a 18, en la aviación en general y comercial, no regular. Por el momento, solo queda pendiente de un hilo la medida planificada para el miércoles 20, en toda la aviación, de 7 a 9, y el viernes 22, de 18 a 20, también en toda la aviación.
El conflicto con Aerolíneas Argentinas
A través de su cuenta de X, el vocero presidencial, Manuel Adorni, celebraba este jueves la solución del conflicto, escribiendo: “El Gobierno dispuso el fin de los privilegios de la casta aeronáutica”. El posteo hacía alusión a que Aerolíneas Argentinas logró firmar un acuerdo con los gremios aeronáuticos tras semanas de negociaciones, poniendo fin a un conflicto que había afectado a la compañía. Los trabajadores de APLA (pilotos), AAA (tripulantes) y APA (personal de rampa y check-in), aceptaron un aumento salarial del 16% a cambio de renunciar a ciertos beneficios que superaban los estándares de la industria.
Entre los cambios acordados, los empleados dejarán de contar con traslados gratuitos en remises después del próximo verano. Además, no gozarán más del privilegio de tener asientos de descanso en clase ejecutiva para vuelos a Europa y el beneficio de pasajes vacacionales confirmados, que también se extendía a familiares directos y jubilados. Otro ajuste importante es que las horas de trabajo comenzarán a contabilizarse desde el arribo a la terminal, en lugar de incluir el tiempo de traslado.
En cuanto a los tripulantes, también se verán afectados por la eliminación del traslado gratuito en remises y el cambio en el cómputo de las horas laborables. Sin embargo, se implementará un programa de incentivos para fomentar que tanto pilotos como tripulantes vuelen más horas, lo que busca aumentar la productividad de la aerolínea. Los tripulantes, además, tendrán la flexibilidad de volar en cualquier zona y en todas las flotas, y contarán con horas de descanso reglamentarias.
Por otro lado, se levantarán las restricciones que limitaban la programación de vuelos, algunas de las cuales llevaban más de una década vigentes. Esta medida busca optimizar las operaciones de la aerolínea y mejorar su eficiencia en el mercado.