(Enviado especial a Palm Beach, Estados Unidos) A las 18.45 ( dos horas más tarde en Argentina), Javier Milei partió en una camioneta negra rumbo a Mar-a-Lago para encontrarse cara a cara con Donald Trump. No será una reunión oficial, ni habrá una agenda establecida por el protocolo de ambos presidentes: sólo compartirán una charla informal y se prometerán trabajar juntos a partir del 20 enero de 2025, día en que Trump ocupa formalmente la Casa Blanca.
Antes del encuentro con Trump, en el lobby de su hotel, Milei habló con la prensa: “Vamos a plantar bien en alto las ideas de la libertad”, enfatizó.
Tras el chit chat entre los dos jefes de Estado, Milei será invitado a tomar la palabra. Junto al presidente argentino estarán la secretaria General, Karina Milei y el canciller Gerardo Werthein, los únicos miembros del gobierno que viajaron a Palm Beach para acompañar a Milei.
El presidente hará un discurso corto, ya que su exposición formal es mañana en un desayuno de trabajo. En los minutos que dispondrá hoy, Milei describirá su perspectiva sobre la economía y el mundo.
A continuación, si no no hay cambios en el protocolo, Trump ocupará el centro del escenario. El presidente electo hablará frente a amigos e inversores que apostaron a su candidatura para los comicios del 5 de noviembre. Mezclados entre los invitados exclusivos se encontrarán futuros miembros de la administración republicana, entre ellos Elon Musk.
Como se trata de un cena informal, Milei tiene previsto discurrir con J.D Vance -presidente electo-, Musk y un puñado de inversores que analizan apostar por la Argentina. El presidente va muy confiado a la cena, tras un día de combate perpetuo con Cristina Fernández de Kirchner, que ayer fue condenada por corrupción pública en la Causa Vialidad.
El buen humor presidencial no sólo se apoya en la condena a CFK y la decisión de anular su jubilación de privilegio, sino también por la caída del riesgo país, que es un hecho financiero que ayuda a acceder a inversiones privadas con menos tasas de interés.
“El que las hace, las paga”, posteó Milei en la red social X apenas llegó a Palm Beach.
A las pocas horas, Cristina le contestó al Presidente:
“Estás tan fuera de eje que está apareciendo el pequeño dictadorzuelo que siempre llevaste adentro (a los argentinos que te votaron de buena fe no les va a alcanzar la vida para arrepentirse de haberlo hecho)”, publicó la expresidente en X.
La lógica interna de la cena republicana, mas los estrictos protocolos legales de Estados Unidos, hacen imposible que Milei y Trump se reúnan a puertas cerradas para establecer una hoja de ruta común. Sin embargo, los dos presidentes ya tienen sintonía personal e ideológica y la agenda bilateral se pondrá en marcha cuando Trump desembarque en el Salón Oval.
Milei y Trump coinciden respecto al Cambio Climático, a la ofensiva de China sobre Occidente, la crisis en Medio Oriente y los ataques de Irán contra Israel, y la necesidad de defender la propiedad privada y reformular el rol global de los organismos multilaterales.
En esta oportunidad, el presidente no planteará a Trump su apoyo para negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y menos todavía la posibilidad de iniciar conversaciones para desembocar en un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos (TLC).
Son asuntos complejos que no se pueden tratar en un cóctel-cena servido para festejar el triunfo de Trump contra Kamala Harris.
Cuando termine el ágape en Mar-a-Lago, Milei retornará a su hotel junto a Karina Milei y Werthein. Al otro día, el presidente expondrá ante los invitados especiales de la CPAC. Su intención es plantear cómo piensa el mundo y cómo observa la actual agenda internacional, que está atravesada por la guerra en Ucrania, el conflicto en Medio Oriente y la permanente ofensiva global de China.