Si bien hasta último momento no contaba con los votos necesarios como para frenar en el Congreso los dos proyectos que impulsa la oposición, relacionados con los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y con el canje de deuda, el Gobierno se mostraba relajado y, a diferencia de otras ocasiones, no hubo grandes negociaciones para tratar de revertir la situación.
Todas las conversaciones con el resto de los bloques volvieron a quedar solamente en manos del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, quien desde la semana pasada está intentando convencer a diferentes sectores de las consecuencias de sancionar esas medidas.
Entre Unión por la Patria, Democracia para Siempre y Encuentro Federal, tienen previsto reunir entre 135 y 141 votos para, por un lado, modificar la reglamentación de los DNU -poniendo más trabas para su utilización- y, por el otro, derogar el Decreto 846, a través del cual se liberó al Ejecutivo de cumplir los requisitos para llevar adelante un canje de deuda.
En esta oportunidad, no intervinieron en el diálogo con las otras bancadas ni el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ni sus vices de Interior, Lisandro Catalán, y Ejecutivo, José “Cochi” Rolandi, que forman parte de la mesa política del oficialismo.
De hecho, Menem solía estar al frente de las negociaciones con la oposición hasta hace algunos meses, pero luego de algunas derrotas significativas, la cúpula libertaria decidió sumar a los mencionados funcionarios al diálogo legislativo.
El riojano llevó adelante algunas reuniones, aunque en el PRO comenzaron a cuestionar, sobre todo en el último tiempo, la falta de coordinación de la agenda parlamentaria con la Casa Rosada y le recriminan al Gobierno no cumplir algunas promesas.
La última vez que Cristian Ritondo, jefe del partido liderado por Mauricio Macri, visitó a Francos en Balcarce 50 fue el 23 de octubre pasado, cuando también fue invitada la Unión Cívica Radical (UCR), que venía reclamando participar de esos encuentros.
“Hay malestar por la falta de comunicación por parte de ellos, sumado a las declaraciones de Francos y (del vocero presidencial, Manuel) Adorni sobre Macri, que no ayudan mucho…”, explicó una fuente cercana al diputado dialoguista.
No obstante, para las autoridades nacionales “está igual que siempre la relación” con ese sector de la oposición y consideraron que “no es necesario tener una reunión todas las semanas”, como venía ocurriendo hasta el último mes.
Incluso, ante la protesta de Ritondo para tener interlocutores con más poder de decisión, se habían sumado a las habituales reuniones de seguimiento parlamentario la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el influyente asesor Santiago Caputo.
“No vemos por qué tendríamos que volver a juntarnos. Creo que las cosas están claras y que venimos siguiendo una línea coherente en el tiempo, tanto para el Gobierno como para el PRO, así que no vemos por qué no deberían acompañarnos”, indicó una fuente de Balcarce 50.
Esto fue, justamente, lo que terminó decidiendo la mesa ejecutiva del partido encabezado por Macri, que se reunió el lunes para definir una postura ante la votación de este martes y, finalmente, optó por apoyar a La Libertad Avanza.
“Vamos a mantener la misma postura en el Congreso que venimos sosteniendo a lo largo del último año: no vamos a poner en riesgo la gobernabilidad y vamos a defender la institucionalidad. Por eso mañana no daremos quórum y, en el caso de que se logre, no vamos a votar con el kirchnerismo”, anticipó en un comunicado.
Además del ex presidente y de Ritondo, participaron de la reunión los gobernadores de Chubut, Ignacio Torres, y de la ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri; los intendentes de Vicente López, Soledad Martínez, y de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, y los diputados Diego Santilli y María Eugenia Vidal, entre otros.
Más allá del apoyo del PRO, al oficialismo no le alcanzaría para frenar los proyectos que se van a tratar este martes, ya que la oposición dura tiene un número holgado como para aprobarlos, pero en la Casa Rosada ya tienen pensada una estrategia.
En primer lugar, el presidente Javier Milei ya advirtió que va a vetar la norma si tanto Diputados como el Senado sancionan la modificación de la reglamentación de los DNU, que a partir de la reforma propuesta tendrían que ser aceptados por ambas Cámaras para entrar en vigencia.
Asimismo, en cuanto al canje de deuda, si bien el Decreto le permite al Poder Ejecutivo avanzar con mayor celeridad en las negociaciones, se trata de un punto que también está previsto en el Presupuesto del año próximo, que todavía se está discutiendo en comisiones.
Sin los números necesarios en el recinto, el Gobierno deberá apelar a estas dos acciones para impedir que el kirchnerismo y sus aliados eventuales avancen con las dos iniciativas que dificultarían la gestión libertaria.
Aunque no será la habitual reunión en Casa Rosada, el martes por la mañana, antes de la sesión en el Congreso, el PRO volverá a verse con algunos funcionarios para insistir con sus reclamos: “Mañana tenemos una reunión importante a las 09:00 con el presidente de Presupuesto y gente del Gobierno por los cinco puntos que vienen pidiendo los gobernadores y obras que fueron paradas en distintos municipios que gobernamos nosotros en la provincia de Buenos Aires”, precisó Ritondo.