A pocos días de la sesión especial convocada por la oposición en la Cámara de Diputados para reformar la ley de DNU, el silencio del PRO genera preocupación y malestar en las filas libertarias. Tras varias semanas acumulando éxitos económicos y políticos, el Gobierno podría ver su buena racha interrumpida con dos golpes contundentes.
Por un lado, Unión por la Patria, Democracia para siempre (radicales), Encuentro Federal y otros bloques minoritarios parecen tener los votos asegurados para modificar la Ley 26.122. En concreto, el proyecto consensuado propone que todos los decretos pierdan vigencia si no son ratificados por ambas Cámaras del Congreso en un plazo de 90 días. Es decir, un rechazo parcial tanto en Diputados como en el Senado sería suficiente para voltear un decreto. “Básicamente quieren dejar al Presidente sin la potestad de sacar cosas por DNU”, sintetizaba un diputado del PRO.
El partido fundado hace dos décadas por Mauricio Macri tiene en su interior posturas encontradas. Algunos -especialmente los bullrichistas- entienden que se trata de un simple intento del kirchnerismo y sus aliados por desestabilizar al Gobierno y quitarle herramientas a un Presidente que está limitado por su debilidad parlamentaria. Por eso, quieren rechazar el proyecto sin mayor debate.
Por otro lado, están quienes reconocen la contradicción porque varios diputados del PRO han presentado proyectos para reformar la ley de DNU -durante el kirchnerismo-, justamente por entender que le otorgaba demasiadas prerrogativas al Poder Ejecutivo. Uno de esos proyectos incluso fue presentado por Patricia Bullrich, mucho tiempo antes de pasar a conformar parte del Gabinete de Milei.
Sin embargo, el factor más influyente a la hora de definir una postura será el cálculo político y electoral. Los principales referentes del PRO han dejado en claro en más de una oportunidad que buscan un acuerdo electoral, programático y de gestión con La Libertad Avanza. Esta idea es resistida por Karina Milei y el asesor Santiago Caputo, que conforman con Milei el famoso “triángulo de hierro”.
En lo que va del gobierno de Milei, el apoyo parlamentario ha sido la contribución más contundente que hizo el PRO a la gobernabilidad libertaria. Justamente por eso saben que no quedan muchas más chances de hacer valer ese apoyo: la reforma de la ley de DNU y el Presupuesto 2025.
“Si nosotros le resolvemos el problema del DNU, al otro día valemos cero”, reflexionaba un experimentado hombre del PRO ante la consulta de Infobae. Los cálculos políticos que se hacen en los despachos de la Cámara de Diputados marcan que es probable que la oposición se lleve el triunfo el martes, independientemente de lo que haga el bloque de Cristian Ritondo. En ese sentido, muchos creen que la verdadera batalla vendrá después del veto presidencial, cuando los libertarios tengan que reunir nuevamente un tercio del recinto para blindar la decisión de Milei.
El oficialismo pudo sostener el veto a la reforma jubilatoria y al financiamiento universitario justamente por el apoyo total del PRO, aunque también jugaron un rol clave los cinco radicales “con peluca” que rompieron la disciplina partidaria de la UCR y votaron junto con LLA.
Ante la posibilidad de que el mismo escenario se repita, crece el poder de negociación del PRO y toma centralidad la figura de Mauricio Macri.
“Una posibilidad que estamos evaluando es la abstención, porque, por un lado, tenemos proyectos presentados sobre este tema, pero, por otro, no nos convence el proyecto del kirchnerismo que deja sin DNU al Presidente”, explican desde la bancada que conduce Ritondo.
Pero la abstención no cumple únicamente la función de evitar la contradicción de ir en contra de lo que plantearon en el pasado. También libera al espacio para mantener el suspenso y forzar una negociación con los libertarios.
“Ya empezó a correr el cronograma electoral. El 25 de mayo hay que tener las listas armadas. Y si el kirchnerismo logra aprobar la reforma este año, la sesión para rechazar el veto quedaría para marzo”, detallan.
En el macrismo sospechan que si LLA ya tiene los votos asegurados para defender el eventual veto presidencial, el Congreso quedará virtualmente cerrado hasta las elecciones y disminuirán la necesidad de llegar a un acuerdo con el PRO.
“Si nos abstenemos ahora tenemos todo el verano para seguir negociando y después podemos votar como queramos. Milei se tiene que dar cuenta que siempre es mejor tenernos como aliados a nosotros que caer en manos de Massot (Encuentro Federal) o De Loredo (UCR)”, concluyeron. Además, aclararon que el eventual acuerdo debería ser público, como prevención ante futuras traiciones.
El PRO definirá una postura el lunes a las 19 en su reunión de bloque. El último encuentro estuvo marcado por la presencia de Mauricio Macri. En esa oportunidad les dijo que no había que “entregar el gobierno a los orcos (kirchneristas)” pero también les pidió a los diputados que no hagan pública su postura sobre los DNU. La mayoría respetó la indicación y ese sugestivo silencio mantiene en vilo a los libertarios.