(Desde Washington, Estados Unidos) El poder real de Estados Unidos se trasladó desde la Casa Blanca (DC) a Mar-a-Lago (Palm Beach, Florida), adonde el presidente electo Donald Trump elige a los miembros de su gabinete nacional y define las primeras medidas que ejecutará cuando ingrese al Salón Oval.
El próximo 14 de noviembre, Javier Milei ingresará a Mar-a-Lago y será recibido por Trump para protagonizar una reunión informal. A esta altura del año político, y con Joe Biden escribiendo las últimas páginas de su mandato presidencial, es poco probable que Milei también visite la Casa Blanca durante 2024.
Milei es el único mandatario de América Latina que fue invitado como orador de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC)), y en ese contexto se encontrará con el presidente electo de los Estados Unidos.
Trump contestó decenas de llamadas telefónicas de líderes mundiales, pero con Milei hará la excepción de recibirlo en su mansión personal. Antes de las elecciones, Trump recibió allí al premier israelí, Benjamín Netanyahu, y al primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, los aliados estratégicos que tiene en Medio Oriente y Europa.
Y el jueves próximo, Trump abrirá las puertas principales de su exclusivo resort para recibir a Milei, que es su partner en América Latina.
El republicano necesita un aliado en la región frente a la perspectiva ideológica dominante. El futuro presidente de los Estados Unidos no tiene sintonía con Lula da Silva (Brasil), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia y Claudia Sheinbaum (México), y Milei puede transformarse en su pívot geopolítico.
Trump y Milei se proponen actuar como aliados regionales, y esta caracterización se apalanca en una mirada coincidente sobre la actual situación mundial y los reclamos de la sociedad que busca liderazgos disruptivos para satisfacer las necesidades económicas y proyectar sus sueños personales.
En este contexto, Milei y Trump aprovecharán el cónclave para analizar la crisis global que sufre la representación política, tratar la situación en Medio Oriente e intercambiar opiniones sobre la guerra que Ucrania libra contra Rusia. Se trata ajustar la sintonía fina de la relación bilateral, que ratificará la proyección política que el futuro presidente de los Estados Unidos ya resolvió asignar a Milei en la agenda de América Latina.
La empatía ideológica y personal entre Milei y Trump tendrá una derivación lógica vinculada al programa de ajuste del gobierno. No hay dudas en el gobierno que Trump ayudará en la negociación formal con el Fondo Monetario Internacional (FMI), prevista para las primeras semanas de 2025.
Si Trump lo ayudó a Mauricio Macri, con quien siempre tuvo una relación de amor-odio, en el Gobierno sostienen que el viaje relámpago de Milei a Mar-a-Lago servirá para preparar el terreno político antes de las reuniones institucionales que mantendrá Luis Caputo y su equipo con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI.
Además de su cónclave con Trump, Milei se encontrará con el vicepresidente electo J.D Vance, que participará de la cumbre de la CPAC. Y al promediar el 14 de noviembre, Milei se reuniría con Elon Musk y Kenneth C. Griffin, fundador, CEO, jefe de inversiones y dueño mayoritario de Citadel.
Un día después, ante una audiencia liderada por Trump, probables miembros de su gabinete e influyentes inversores y banqueros, el presidente argentino expondrá como orador principal de la CPAC. En la primera fila del auditorio también se alinearán Karina Milei -secretaria General de la Presidencia-, el canciller Gerardo Milei, Demian Reidel -jefe de asesores del Presidente- y el ministro de Economía, Luis Caputo.
—¿Qué ejes tendrá el discurso presidencial ante Trump?—, preguntó Infobae a un miembro del gabinete que vive en la Casa Rosada.
—Su mirada sobre el tablero internacional; su mirada del mundo—, contestó sin dudar.
Milei impactó en Davos cuando afirmó que la democracia occidental corre peligro. Y ahora desea causar idéntica situación disruptiva cuando hable por una hora frente a Trump y sus principales aliados políticos y financieros.
Cuando termine su discurso, mediodía en Florida (hora del este), Milei regresará a Buenos Aires para recibir a Emmanuel Macron en la explanada de Balcarce 50.