La victoria de Donald Trump en las recientes elecciones en Estados Unidos reavivó el debate sobre el impacto que esta tendrá en la política interna de su país y en el escenario global, principalmente en Argentina. En una entrevista con Infobae, Agustín Laje, presidente de la Fundación Faro, un think tank alineado con el oficialismo, analizó los motivos de esta victoria y sus posibles consecuencias.
Según Laje, los grandes perdedores en este proceso electoral han sido el “Deep State” estadounidense y la casta mediática que, a su juicio, buscaron imponer una agenda desfavorable hacia Trump. Este triunfo marcó, en su opinión, una victoria de los sectores desconectados de las élites de Washington y Hollywood. Para el filósofo y analista político, además del Partido Democráta y la propia Kamala Harris, también tuvieron una rotunda derrota los medios de comunicación y las encuestadoras.
Laje sostuvo que Trump tendrá ahora una mayor libertad política y un respaldo en el Poder Legislativo y Judicial que podría permitirle implementar reformas de gran impacto. La pérdida de influencia de la prensa y las encuestadoras, que predijeron resultados erróneos, también es un indicador de una sociedad estadounidense cada vez más crítica de los medios de comunicación. Además, Laje subraya que figuras de la farándula y el mundo del entretenimiento, quienes apoyaron abiertamente a la candidata demócrata, han quedado desconectadas del sentir popular, mientras que el electorado de Trump, ejemplificado por la comunidad amish, parece representar una visión más tradicional de Estados Unidos.
Este triunfo de Trump, según Laje, podría fortalecer el movimiento ideológico que él denomina “nueva derecha”, en la cual convergen libertarios, conservadores y nacionalistas. Laje destaca la cercanía entre Trump y Javier Milei, quienes comparten, según su opinión, una visión política que aboga por la reducción del gasto público, la desregulación y la seguridad. La coincidencia entre ambos es evidente en temas económicos y de valores, aunque sólo aparece un matiz en aspectos como la política arancelaria. Laje subrayó que Milei ve en Trump un aliado ideológico que puede ayudar a Argentina a posicionarse favorablemente en la escena internacional.
Para Laje, la victoria de Trump refuerza la tesis de que a la izquierda se la debe combatir desde una derecha definida y no desde el centro político. Esta idea se convierte en un mensaje para el electorado de centroderecha en Argentina, especialmente para quienes han apoyado históricamente al PRO y ahora podrían sentirse más cercanos a propuestas como las de La Libertad Avanza. En su análisis, Laje resaltó que la centroderecha tradicional argentina ha mostrado ambivalencias frente al progresismo, mientras que figuras como Trump y Milei apuestan a una derecha sin complejos.
Desde una perspectiva internacional, Laje afirma que Trump podría representar una política exterior de no intervención y disuasión de conflictos, en contraposición con la intervención militar y el imperialismo que han caracterizado otros gobiernos de Estados Unidos. En este sentido, consideró que la política internacional de Trump, lejos de ser autoritaria, se perfila como una postura libertaria que busca reducir el papel de Estados Unidos como “policía del mundo”. Esta postura podría tener un impacto directo en conflictos como el de Ucrania, en el cual Trump, asegura Laje, podría actuar como mediador.
Finalmente, Laje expresa su convicción de que la victoria de Trump tendrá un efecto dominó en la política global, especialmente en América Latina, donde líderes como Nayib Bukele y Javier Milei representan esta nueva ola de derechas con agendas similares. En esta coyuntura, Laje consideró que el impacto de esta “nueva derecha” es innegable, y podría redefinir los alineamientos geopolíticos y económicos en la región, creando un frente ideológico unificado contra las fuerzas progresistas y de izquierda.
La entrevista a Agustín Laje
- Le pido un análisis de las elecciones en los Estados Unidos. ¿Por qué cree que ganó Donald Trump?
Primero es importante señalos quiénes fueron los grandes perdedores de las elecciones en Estados Unidos. Más allá del Partido Demócrata, lo que se conoce como el Deep State en los Estados Unidos, que es algo similar a lo que nosotros llamamos la “casta política”, solo que es una casta enquistada burocráticamente y que no es tan visible como la nuestra.
Esa gente, la de los órganos profundos del Estado norteamericano, está en problemas porque Donald Trump va a acelerar, dado que en su segundo mandato tiene mucha más libertad y además va a contar con el Poder Legislativo y el Judicial a su favor.
Otro gran perdedor han sido los medios de comunicación. Cuando uno estudia qué porcentaje de apoyo tuvo en medios de comunicación Harris y qué cantidad de comentarios desfavorables tuvo Trump, hay más o menos un 90% de favorabilidad para Harris y 90% de desfavorabilidad para Trump. Esto habla a las claras de una corporación mediática totalmente alejada del sentir de la opinión pública, que está tratando de manufacturar opinión pública en lugar de reflejar opinión pública, y que cada vez se ve más impotente frente al espacio político.
En algún momento lo manejaban a placer, ahora ya no más. Además, están en su mínimo de confianza histórico: la gente en las encuestas está diciendo no confía en los medios de comunicación y tienen razón para ello.
Los otros grandes perdedores son las encuestadoras. Las encuestadoras en el año 2016 decían que iba a ganar por amplio margen en el 2016 Hillary Clinton y terminó ganando Trump. En el año 2020 que iba a ganar por amplio margen Biden y terminó ganando Biden por muy poquitito, apenas por algunos miles de votos en los estados claves, y este año la jugaron de esa manera, que todavía no sabían, todo dentro del margen de error, no sabemos, esto va a ser muy ajustado y al final no fue muy ajustado. Las encuestadoras, salvo una que fue Atlas Intel, que también en el 2020 se acercó mucho. Las encuestadoras hicieron también un papel bastante malo.
Además, otro gran derrotado ha sido la farándula. Esta fue la campaña más farandulizada de la historia de Estados Unidos. Todos estaban expectantes a ver a quién iba a endorsar Taylor Swift, a quién iba a endorsar, Katy Perry, a quién iba a endorsar Bad Bunny.
De hecho, Kamala Harris cerró su campaña con un show de Lady Gaga, con un show de Ricky Martin. Fue la campaña de Hollywood, fue la campaña de las grandes estrellas del mundo de la música.
Del otro lado, y esta es una linda postal, para mí fue la postal del día, del otro lado no se confiaba tanto ni en Katy Perry, ni en Ricky Martin ni en Lady Gaga. Se confió durante varias horas del día en los amish que salieron masivamente a votar en sus carrozas tirados por caballos con banderas MAGA. Salieron a votar entre 70.000 y 80.000 más de lo que salió a votar en el año 2020. Eso fue en Pensilvania, justo la distancia por la que había ganado Biden en el 2020: 80.000 votos. Hay una postal allí para comparar: los amish con Lady Gaga o Ricky Martin. Son dos mundos totalmente distintos.
- Representa representa más Estados Unidos, los Amish que que Lady Gaga.
Ese es el punto. Al final del día, esta gente tiene mucha influencia, pero está desconectada de la realidad de la gente. El amish sufrió a pesar de todo, a pesar de que la Amish está desconectado también de la realidad, porque vive en el siglo 19, pero aún así sufre la inflación, sufre la delincuencia, sufre la migración descontrolada. Los amish sufren mucho más cerca de lo que el pueblo de Estados Unidos, está más encajado con eso el amish que Lady Gaga, por ejemplo.
Son dos postales que te muestran a dos Estados Unidos totalmente distintos y divididos.
De cara al gobierno, este va a ser un gobierno, insisto, mucho más contundente que el del 2016 al 2020, porque se tiene mayoría en la Cámara de Representantes, mayoría en el Senado, se tiene una Corte Suprema de Justicia alineada, también los gobernadores han hecho una muy buena elección los republicanos.
Se ganó por mucho más de lo que se pensaba. Se ganó por voto popular algo que no había pasado ni en el año 2016.
- Pensando en el resultado y pensando en Argentina y en Javier Milei ¿Qué mirada tiene?
Hay que entender a Milei y es lo que habitualmente no se hace, porque se analiza la política con parámetros clásicos, y Milei no es un tipo clásico. A Milei lo que más le interesa son las ideas. Si después de lo que pasó en Cancillería no entendemos que lo que Milei quiere seguir es un rumbo de ideas claras y categóricas, entonces no estamos entendiendo nada.
Milei lo que ve en Trump es un aliado ideológico. Milei lo que ve en Trump -más allá de la parte económica- en primer lugar ve lo que él llama o lo que él podría llamar un defensor de los valores de Occidente.
Milei sabe bien que geopolíticamente para su proyecto, en términos de ideas políticas, va a tener en Estados Unidos un aliado incondicional. En el CPAC de inicios de este año, cuando se sacaron aquella foto, en esa foto, Trump buscó a Milei, fue en un backstage, no fue una foto protocolar -de hecho, muchos dijeron que fue imprudente- y hasta tal punto, tanto Trump sabe que Milei es uno de los suyos, como Milei sabe que Trump es uno de los suyos que no tuvieron empacho en hacer aquella fotografía detrás del escenario.
Ideológicamente hay una alineamiento. Trump no es un liberal libertario, pero sí es un derechista que va a hacer reformas muy atractivas para los libertarios, como recortar impuestos, recortar el gasto público.
Trump quedó tan impresionado con Milei que después de CPAC anunció a sus partidarios en un mitín que iba a incorporar a libertarios en la administración pública. Los libertarios nunca han estado metidos en la administración pública, salvo Ron Pol, que es una rara avis en la política de Estados Unidos, los libertarios son una minoría diminuta en Estados Unidos.
Hay una alineación de lo que yo llamo nueva derecha, que es esta conjunción de conservadores, libertarios, nacionalistas, y desde el punto de vista económico, Estados Unidos es una llave para que Argentina pueda obtener cosas de las entidades financieras.
- Habla usted de la nueva derecha ¿incluye a Trump dentro de esta nueva derecha?
Ha sido casi que el iniciador. Y digo algo más: gran parte de lo que fue el primer Trump, del año 2016 está tomado de Rothbard. ¿Y de dónde toma Milei lo suyo? De Rothbard. Tienen una fuente común. No significa que Trump vaya a decir públicamente, como Javier Milei, que es Rothbardiano. Significa que hay muchas cosas de Trump que son propias del último Rothbard, el Rothbard ya casi de la década del 90. Tienen más cosas en común de lo que creemos. Lo único que quizás no tienen en común es, por ejemplo, la política arancelaria, donde lo que quiere Trump es proteger a la industria de los Estados Unidos. Pero ese es un punto entre mil.
- Para usted priman las coincidencias antes que las disidencias en términos económicos.
Sí, porque además acá viene otro punto también a tener en cuenta. Elon Musk ha tenido un papel clave en la campaña y Trump ya le ha dicho que va a ocupar una oficina de desregulación, algo muy parecido a lo que tiene Federico Sturzenegger con el Ministerio de Desregulación. Elon Musk está encantado con Milei. Elon Musk Más quiere hacer la motosierra de Milei en Estados Unidos. La coincidencia y el alineamiento es muy fuer. El único tema donde no estarían de acuerdo es en política arancelaria, después hay una coincidencia.
En Estados Unidos se viene motosierra, corte de gasto público, baja de impuestos a nivel interno, se viene este seguridad a lo Bukele, que también es algo que admira Javier Milei. Acá tenés la otra pata, que es Bukele, que está en el centro. Ahora hay, en este momento, tres neoderechistas ocupando tres puntos estratégicos en América: en el sur, Milei; en el Centro, Bukele; y en el norte, Trump.
Y un dato: Bukele fue el primero en salir a reconocer y a saludar a Trump, no espero a que CNN ponga un título. Eso es todo un gesto.
- Además del eventual impacto económico, ¿qué impacto puede tener la victoria de Trump en términos políticos? No sólo en Argentina, sino también en el mundo.
El único impacto político interno que yo al menos alcanzo a ver ahora es que se confirma la tesis de que a la izquierda se la combate por derecha y no por el centro. La tesis en Argentina durante mucho tiempo ha sido que a la izquierda, tanto de los partidos troskos como de los partidos peronistas o de los movimientos peronistas como los kirchneristas, había que combatirlos por centro. Hubo expresiones que iban desde Lilita Carrió hasta Mauricio Macri, pasando por Larreta, la UCR.
Toda esa idea de que a la izquierda hay que combatirla por el centro ha sido la tesis imperante en Argentina y otra vez más se muestra ahora en Estados Unidos, que no va por centro el combate a la izquierda, que el centro solo te va corriendo todo el eje político hacia la izquierda.
Esto tiene un impacto, te voy a decir en qué: tiene un impacto en el votante del PRO. ¿Por qué? Porque el votante del PRO el año que viene va a tener que decidir a quién va a votar. ¿Alguien de La Libertad Avanza o a alguien del PRO? Y el votante del PRO va a tener un elemento más sobre el tablero, que es que su partido, hace cuatro años, apoyó a los demócratas y que su partido este año, mucha de su gente también estaba alineada con Kamala Harris.
El entusiasmo por la victoria de Trump de gente que normalmente es de centroderecha, me parece a mí que los va a derechizar un poco más, les va a mostrar que ya no hay que tener vergüenza de ser de derechas, que esas son las ideas del futuro y que a la izquierda se la combate por derecha y no por centro.
- La victoria de Trump puede generar políticas más autoritarias o autocráticas en función de las ideas políticas de Trump? Habla de pactar con Putin, terminar las guerras y una actitud menos beligerantes con regímenes muy cuestionados.
El mundo ha sido un lugar más seguro entre el año 2016 y el año 2020. Las guerras se han multiplicado entre el año 2020 y el año 2024. Nos habían dicho que Trump iba a generar la Tercera Guerra Mundial, que era una especie de neo Hitler. Lo siguieron diciendo en esta campaña de nuevo. Y en realidad todo lo que tiene Trump como visión internacional es que Estados Unidos se ocupe de sus asuntos y no se ponga a jugar en policía del mundo.
Esto no es autoritario, es todo lo contrario. Es un una nación que quiere posicionarse en un lugar de no intervención, dejar de de jugar al imperialismo, dejar de jugar a ser el que les manda las armas a unos, las armas a los otros. Que te monta un ejército aquí o allá, de todos los colores distintos, porque además montan ejércitos que tienen otros uniformes y otras banderas.
Su política, la de Trump, lejos de ser autoritaria, es en términos internacionales, libertaria. No nos vamos a meter en los asuntos de otros estados, no vamos a iniciar ni impulsar guerras y lo que van a tratar de hacer, en todo caso, es de disuadir guerras y de cerrar conflictos. Por eso estoy convencido de que, por ejemplo, Ucrania, Rusia se va a cerrar cuando él asuma. Bueno, estas son sus expectativas. Vamos a ver después cuál es la realidad.