La renuncia de la ahora ex Canciller Diana Mondino frenó, horas atrás, una promocionada y semi críptica conferencia de prensa que estaba dispuesto a realizar el oficialismo, en Diputados, relacionada con el Presupuesto 2025. Ante la acumulación de reclamos de opositores dialoguistas, el Gobierno preparó un “menú motosierra”: decenas de medidas -algunos hablan de 100- que recortan el gasto para que las bancadas elijan entre las “mejores” y, con ello, compensar los pedidos sobre jubilaciones, obra pública y universidades, entre otras cuestiones.
El inminente ofrecimiento, mientras se espera que avance el tratamiento de la ley de gastos en la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja, se da tras semanas de cumbres paralelas entre la Casa Rosada, el Ministerio de Economía, los delegados libertarios en el Congreso y la oposición dialoguista para analizar el proyecto, cuyo objetivo principal de “déficit cero” es el umbral que puso el Ejecutivo para que el mismo avance o no en el plano legislativo. Es lo que espera el mercado.
Las últimas reuniones ocurrieron este miércoles en el Senado, con la Unión Cívica Radical (UCR) y el interbloque Provincias Unidas, que comanda el peronista disidente Carlos Espínola (Corrientes). Como adelantó Infobae semanas atrás, el Ejecutivo delegó las negociaciones en el vicejefe de Gabinete y maratonista de despachos legislativos, José Rolandi. Junto a él suele estar en secretario de Hacienda de Economía, Carlos Guberman.
Por su parte, en Diputados se encuentra el libertario presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, José Luis Espert (Buenos Aires). En tanto, por el Senado se muestra activo el titular provisional, el contador puntano Bartolomé Abdala, con guiño del jefe de bloque oficialista y par de Espert en la Cámara alta, Ezequiel Atauche (Jujuy).
Este medio contó hace 10 días, junto al conocido déficit cero del oficialismo, la condición clave de la oposición dialoguista: el “corsé” para que la Casa Rosada no pueda aprovechar diferencias multimillonarias entre lo que se apruebe en una eventual ley y lo que, de manera potencial, quede liberado para que redireccione a gusto el Ejecutivo.
“Vamos a imaginar que se limite la potestad del Ejecutivo si sobra plata en el Presupuesto 2025. Si nos ponemos muy puristas con ese tema, le regalamos la ventaja para que baje más impuestos y le quede toda la ganancia para el Presidente. Ya nos salieron mal las últimas jugadas para insistir ante los vetos. Hay que pensar bien los próximos movimientos”, señaló a mitad del corriente mes un legislador dialoguista top.
Después de varios convites que pincelaron cordiales -pero repetitivos- tira y afloje entre oficialismo y oposición, el Gobierno se prepara para mostrar su carta. El mensaje es simple: se permitirá redireccionar todas las pautas y, en paralelo, habrá que sostener el déficit cero con sablazos a montañas de plata que, en la actualidad, están destinadas a otras áreas. En resumen, hacerlos socios de un potencial ajuste para poner a bancadas pícaras en una encerrona de difícil digestión. En particular, para legisladores con discursos grandilocuentes cuando son oposición y con aparentes inconvenientes en el habla en modo oficialista.
El Presupuesto 2025 tiene una directiva principal: La Libertad Avanza no apurará un dictamen en Diputados hasta que no exista un trato formal -con potencial número que avale lo consensuado- en el Senado. El viaje de legisladores a las elecciones presidenciales en Estados Unidos demorará la votación en la Cámara baja. Por ende, se extenderán los plazos pensados para dictaminar, sesionar y enviar el proyecto a la Cámara alta, que recibiría dicha iniciativa fines de noviembre o incluso diciembre, en una prórroga de ordinarias o extraordinarias, es decir, con temario abierto o definido por el Ejecutivo, respectivamente.