La relación entre Luis Juez y Rodrigo de Loredo está rota. Ambos fueron los protagonistas de la construcción de Juntos por el Cambio en Córdoba que el año pasado logró una importante representación parlamentaria, pero no llegó a imponerse al candidato de Juan Schiaretti, Martín Llaryora. Sólo unos 60 mil votos los separaron de la victoria. Pero hasta hace unos meses, y pese a la irrupción de La Libertad Avanza, el senador y el diputado mantenían unida la sociedad para pelearle la hegemonía al peronismo local. ¿Qué pasó para que el vínculo se rompiera?
Según pudo reconstruir Infobae, los deseos de Juez de volver a presentarse como candidato a gobernador en el 2027 molestaron a De Loredo. “Me enteré por los medios de comunicación”, desliza entre los suyos el presidente del bloque de la UCR en Diputados. Es que, en su visión, el año pasado resignó sus aspiraciones para apoyar al líder del Frente Cívico: bajó su candidatura provincial y apostó por la Intendencia de la ciudad capital. Ambos fracasaron.
En ese entonces, la interna por la candidatura a gobernador se resolvió con una encuesta que dio un estrecho margen de diferencia a favor de Juez. En la actualidad, De Loredo muestra en privado sondeos que lo posicionan en Córdoba con un 48% de imagen positiva, debajo de Schiaretti que supera el 60%. Aunque sus adversarios descreen de la veracidad de esos números, el diputado envía un claro mensaje (que no sorprende a nadie): está decidido a pelear por la Gobernación. Siente que es su oportunidad y no volverá a dejarlo en manos del juecismo.
Llamativamente, los radicales más adversos al liderazgo de De Loredo coinciden en su mirada: “Otra vez no vamos a ir detrás de Juez. ¿Cuántas veces se va a presentar para perder?”. Aunque la UCR no logra vencer al peronismo local hace más de 30 años y enfrenta una fuerte crisis de identidad nacional con ruptura de bloque parlamentario incluida, el partido centenario mantiene una importante representación en el interior del país, donde los intendentes son un factor clave en la construcción territorial de una elección. Por algo Llaryora dedicó tiempo y esfuerzo en seducir a varios de los jefes comunales para sumarlos a su Gabinete.
“Yo no tengo que pedirle permiso a nadie y nadie puede molestarse por mis objetivos”, suele responder Juez en su entorno cuando le preguntan por la UCR. El senador logró forzar una estrecha relación con Javier Milei y mostró su respaldo a las políticas implementadas desde su banca en el Senado. En el único momento que se mostró crítico fue durante la demora del envío de ayuda del gobierno nacional a la gestión de Llaryora para combatir los incendios en la provincia. De hecho, se saludaron amistosamente durante el acto por los 47 aniversario de la Fundación Mediterránea que se realizó este miércoles. En cambio, De Loredo tuvo que soportar en público los agravios que el Presidente lanzó contra la figura de Ricardo Alfonsín y se vio obligado a repudiar esas declaraciones en sus redes sociales.
Juez no duda. “Voy a ayudar al Presidente en lo que necesite”, suele insistir, pero desmiente de forma rotunda los rumores que se instalaron sobre un supuesto ofrecimiento para convertirse en el jefe de campaña de La Libertad Avanza en Córdoba. Sabe que la encargada de decidir los temas relacionados a los armados provinciales es Karina Milei, quien enfrenta una nueva incógnita para el año que viene.
La secretaria general de la Presidencia de la Nación contaba con la figura de Diana Mondino para encabezar la lista de candidatos a diputados en Córdoba, pero fue desplazada de su cargo de canciller por votar a favor de Cuba en la Asamblea de la ONU que trató el bloqueo a la isla, lo que puso a Argentina en la vereda de enfrente de sus principales aliados: Estado Unidos e Israel. La diplomática sumó varios traspiés desde que asumió el cargo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, por lo que algunos creían que la propuesta para pelear por una banca el año que viene era una “salida elegante”, pero todo se adelantó y los dirigentes de La Libertad Avanza deberán evaluar si aún sigue en carrera para competir.
El futuro incierto de Mondino despierta el interés de todos los diputados de Córdoba que tienen que renovar sus bancas. El próximo año la provincia pone en juego 9 escaños en la Cámara baja. Históricamente, para el peronismo cordobés las elecciones legislativas son adversas ante la imposibilidad de desdoblar los comicios (como sucede para llegar al Ejecutivo) y la desventaja que encuentra en la disputa con fuerzas nacionales. Es por eso que Llaryora se ilusiona con que Schiaretti - que mantiene un alto nivel de imagen positiva en la provincia- encabece la pelea nacional, y hasta cree que debería postularse por la ciudad de Buenos Aires. “María Eugenia Vidal y Jorge Macri se han cambiado de distrito sin problema. ¿Por qué no lo podemos hacer nosotros? Es muy difícil que nos den bola desde Córdoba en una elección legislativa”, justifican en el entorno del gobernador.
“Si Schiaretti se postula el año que viene para diputado, yo también voy a ser candidato. Soy el único que le puede ganar”, pregona Juez, quien todavía tiene dos años más de mandato en el Senado. De todos modos, los armadores del Gringo descartan cualquier tipo de postulación para el 2025 y enfoca sus misiles a la construcción de un espacio de centro que pueda competir por la Presidencia.