El Gobierno nacional logró una victoria en la Comisión de Presupuesto y Hacienda y Transporte que le permite avanzar en la privatización de Aerolíneas Argentinas. Luego de un arduo debate, el oficialismo obtuvo el dictamen que necesitaba y ya tiene todo listo para llevar al recinto la discusión que deje a la compañía aérea sujeta a privatización.
Esta será la segunda vez en el año que se debatirá el tema, lo que genera controversias respecto de su viabilidad, porque el reglamento dice que, si se cae un proyecto, no puede ser debatido el mismo período de sesiones; en este caso, en julio, el Senado eliminó a la compañía de la lista de las posibles empresas a privatizar que incluía la Ley Bases.
Antes de esa definición, en Diputados había conseguido los votos necesarios: en ese momento, en abril pasado, los bloques de la oposición -salvo Unión por la Patria y la Izquierda- se mostraban propensos al diálogo y a la negociación. Hoy ese escenario no existe.
En ese entonces, cuando se votó la privatización, el oficialismo obtuvo 138 votos afirmativos. Pero entre ese momento y octubre, perdió 22 votos que se fueron a una tercera posición, por lo que los representantes parlamentarios del gobierno nacional tendrían 116 votos favorables a su proyecto de venta de la compañía y podrían perder en el recinto en el momento en que se trate.
Los bloques que conformaban el consenso de abril pasado -Encuentro Federal, la Coalición Cívica, y los radicales de Democracia para Siempre- decidieron pararse hoy en una tercera vía equidistante de los sectores oficialistas conformados por La Libertad Avanza, el PRO y la UCR y de los opositores Unión por la Patria y la Izquierda,
En ese lugar empiezan a llegar las primeras consecuencias. Mientras el oficialismo cita a sus aliados a reuniones para debatir la ley de Presupuesto 2025, tanto a Casa Rosada como al despacho del presidente de la Cámara, Martín Menem, los hombres y mujeres comandados por Miguel Ángel Pichetto son dejados de lado. “No nos avisan ni nos llaman a las reuniones”, explicó una fuente del bloque. Y a todos los que se “pegan” a esa posición les sucede lo mismo.
Este grupo presentó un dictamen propio que, de acordar con Unión por la Patria, podría tener chances de imponerse en el recinto. Sin embargo, el problema para el Gobierno estará en el Senado, donde los legisladores patagónicos -que son los principales opositores a la medida porque aseguran que pierden conectividad- representan el 25% de la Cámara Alta.
De todas formas, para poder avanzar el Congreso, necesita cumplir con un paso que es la conformación de la Comisión Bicameral de Seguimiento de Empresas Privatizadas. La conformación de la misma sigue el mismo modelo que, por ejemplo, la bicameral de Trámite Legislativo. Por el Senado, La Libertad Avanza tiene un representante, uno el PRO, dos por Unidad Federal, uno por la UCR y tres por UP. En tanto, por la Cámara Baja, dos de LLA, uno del PRO, uno de la UCR, otro de la CC y tres de Unión por la Patria. Hasta ahora sólo la Cámara de Diputados tiene los nombres de los legisladores que ocuparán un lugar.