Un paro nacional y varios bloqueos desafían al gobierno de Milei
- Sindicatos y organizaciones sociales realizarán paros, bloqueos y piquetes en todo el país.
- Protestan contra políticas de Javier Milei, afectando transporte, educación y economía.
- El Ministerio de Seguridad prepara un protocolo antipiquetes.
Lo esencial: en una jornada de tensión, Argentina enfrentará un paro nacional con parálisis del transporte público, incluyendo trenes, subtes, vuelos y recolección de residuos. Sindicatos y organizaciones como la CGT, CTA y UTEP convocaron la protesta en rechazo a los recortes de Javier Milei y las políticas de Patricia Bullrich, afectando transporte y servicios. Se prevé más de 500 puntos de cortes y ollas populares, desafiando el protocolo antipiquetes. La movilización estará concentrada en la Ciudad de Buenos Aires, con bloqueos en Plaza Constitución y otros puntos clave.
Por qué importa: la protesta representa el desafío más grande para el Gobierno hasta la fecha. Probará su capacidad de mantener el orden en medio de la descontento social.
- El paro afecta la economía y la movilidad de cientos de miles de personas.
- La tensión crece ante la posibilidad de enfrentamientos con fuerzas de seguridad.
- Refleja el creciente malestar social frente a las políticas de ajuste del actual gobierno.
Sin trenes, subtes, aviones, camiones ni recolección de residuos; con más de 500 cortes, bloqueos y ollas populares en todo el país, este miércoles 30 de octubre se prevé como una jornada de “infierno”. Sindicalistas, dirigentes sociales y piqueteros de izquierda anunciaron que se volcarán a las calles y prometieron desafiar el protocolo antipiquetes que desplegará el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, y de la alcaldía porteña. Las miradas estarán centradas en las decisiones que tomen organizadores y funcionarios, quienes evalúan que será un día de tensión en las calles.
A esto se suma el paro universitario decidido en el primer encuentro de asociaciones de base de CONADU y CONADU Histórica, que definió la continuidad del plan de acción en defensa de la universidad pública. Las medidas, que incluyen la toma de edificios y clases públicas, derivan del veto de Javier Milei a la Ley de Financiamiento para las casas de altos estudios.
El paro fue impulsado por la Mesa Nacional del Transporte, integrada por Pablo Moyano y Omar Pérez (Camioneros), Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), Omar Maturano (La Fraternidad), Juan Carlos Schmid (FEMPINRA), Pablo Biró (APLA) y Raúl Durdos (SOMU), a quienes se sumaron otros dirigentes como Roberto “Beto” Pianelli y Néstor Segovia (Metrodelegados), Marcelo Pariente (Motoqueros), Jorge García (Peones de taxis), Graciela Aleñá (Viales) y Roberto Coria (Guincheros).
Hasta entonces, el Gobierno de La Libertad Avanza y los sindicalistas entendían que sería difícil que algo se saliera de control. El país quedaría prácticamente sin medios de transporte, alterando el ánimo de los usuarios, pero nada más.
Sin embargo, el clima cambió cuando se sumaron otras organizaciones. Eduardo Belliboni, líder del Polo Obrero, y otras “orgas” piqueteras decidieron el 28 de octubre adherirse “prácticamente a este paro nacional”. En conferencia de prensa, “Chiquito” expresó: “Vamos a hacer piquetes en cada distrito el 30 y bloqueos donde haya que hacer bloqueos para que se cumpla esa medida, vamos con todo”, y agregó: “Vamos a proponerle a nuestros compañeros en los barrios organizarse más que nunca. Necesitamos salir a luchar, y no hay un solo puntero en todas esas fracciones que esté organizando a una persona. Los punteros abandonaron los barrios, ganemos los barrios, retomemos la fuerza de nuestro pueblo”.
A esas organizaciones y gremios que integran la CGT ya se habían sumado otras: las dos CTA, ATE, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) que agrupa a movimientos como el Evita, de Emilio Pérsico; Barrios de Pie, de Daniel Menéndez; la Corriente Clasista y Combativa (CCC), que lidera Juan Carlos Alderete; el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), con referencias en Juan Grabois y Nicolás Caropresi, y Territorios en Lucha, integrada por una docena de organizaciones como Libres del Sur, liderada por Silvia Saravia.
También se suman empleados de la AFIP y de Aduanas, motoqueros, empleados del vidrio y viales; 12 organizaciones de FEMPINRA y gremios de la CGT, como Camioneros, APLA, SOMU y FEMPINRA, entre otros.
Ramiro “Vasco” Berdesegar, secretario de organización de la UTEP y de la Corriente Clasista y Combativa, afirmó que estas estructuras sociales acompañan el paro de transporte “para repudiar el intento del Gobierno Nacional de privatizar tanto Aerolíneas Argentinas como el reciente intento del Belgrano Carga”. Destacó que “las manifestaciones, cortes, piquetes y ollas populares serán a lo largo y ancho del país”.
Gremialistas como el camionero Pablo Moyano y el aeronáutico Juan Pablo Brey también realizaron declaraciones altisonantes en un claro enfrentamiento a las políticas de La Libertad Avanza, que continúa con la “Deep motosierra”. Los sindicalistas recordaron el anuncio de nuevos recortes en empleos públicos, una profunda reestructuración en la AFIP y en el hospital neuropsiquiátrico Licenciada Laura Bonaparte, entre otras medidas.
Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP y dirigente del Movimiento Evita, recordó que “será una medida de lucha contra el hambre”. En tanto, Silvia Saravia de Libres del Sur opinó: “Las trabajadoras y trabajadores del transporte, de la educación, de los comedores y cooperativas organizamos esta jornada de lucha para denunciar el ajuste y sus graves consecuencias del gobierno de Javier Milei y su plan sistemático de amedrentamiento y criminalización que imponen Bullrich, pero ni eso va a frenar la organización popular en defensa de los intereses de nuestra nación”.
Será la previa al paro de autotransporte convocado por la UTA, que decidió no realizar su medida de fuerza, en reclamo salarial, el mismo día de protesta que el resto de los gremios afines.
Si bien cada sector tiene sus propias demandas, todos coinciden en que desde que asumió el libertario Milei los bolsillos están más flacos, a pesar de la baja en el índice de inflación, el riesgo país y un dólar estable.
Salvo los colectivos, el resto de los servicios de transporte se verán afectados: subterráneos, premetro, trenes, vuelos comerciales y de cargas, camiones y recolección de residuos, puertos y barcos.
Los organizadores ya anunciaron un esquema de cortes y piquetes a partir de las 10 de la mañana, aunque en algunos puntos comenzarán antes, lo que hace prever un día acalorado, no solo por el pronóstico de altas temperaturas. Las cabeceras de las manifestaciones estarán distribuidas en Plaza Constitución, el Obelisco porteño, la Estación Once, el Cruce Varela, la intersección de la ruta 197, el Triángulo de Bernal en Quilmes. En La Plata, se cortará la bajada de la Autopista Buenos Aires-La Plata, la Ruta 2 y la Ruta 420; entre otros distritos, se realizarán ollas populares en La Matanza en puntos clave como el centro de Gregorio de Laferrere, la Ruta 21 y Bariloche, Calderón y Ruta 3, km 32 y Ruta 3, km 35 y Ruta 3, km 47 en San Carlos y Ruta 3.
La UTEP también anunció que desde las 11 se desarrollarán 500 cortes de calles con asambleas y ollas populares en todo el país. En la Ciudad de Buenos Aires, los movimientos sociales harán su cabecera de protesta en la Plaza Constitución, donde prevén movilizar unas 5.000 personas, en una protesta que será una provocación hacia el protocolo antipiquetes de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La Unidad Piquetera, organización social del Partido Piquetero, anunció que desde las 9 realizará una radio abierta en el Obelisco y para las 11 se reunirán en Constitución junto a Camioneros, ATE y otros gremios que estarán presentes para realizar una olla popular conjunta.
Hugo Godoy, secretario general de la CTA-A, y Hugo Yasky, secretario general de la CTA-T, emitieron un comunicado conjunto en el que se manifiestan en “unidad” para “rechazar el ajuste del Gobierno de Milei que, lejos de afectar a la casta, castiga a las mayorías populares con tarifazos, pérdida de poder adquisitivo, despidos, ataque generalizado a los derechos consagrados de nuestra Constitución, y una brutal recesión económica que ya está generando destrucción del empleo y cierre de pequeñas y medianas empresas”.
Este es el clima que se vivirá en las calles, al que se sumará el malestar de los usuarios de los medios de transporte que se adhieren al paro y que dejarán a cientos de miles de personas sin servicio, perdiendo el plus por presentismo en los trabajos, reprogramando sus vuelos o faltando a sus empleos por no poder costear un remis. A esto se añade la decisión de Bullrich de desalojar la vía pública en caso de ser interrumpido el tránsito.