(Córdoba, enviado especial) - Los 23 aplausos que recibió en su extenso discurso le ponen dimensión a lo que vivió Javier Milei en su participación como orador central del 47° aniversario de la creación de la Fundación Mediterránea. Fue como local, así lo reconoció cuando empezó hablar y lo demostró el cierre, con su arenga ya típica, que fue respondida con fervor por un auditorio dominado por líderes políticos de locales, dirigentes y empresarios que creen y apoyan el rumbo que propone el presidente. Las tres “Viva la libertad, carajo”, fueron respondidas con atronador entusiasmo.
Sus palabras estuvieron desvinculadas de lo que fue “la noticia del día”, ya que no hubo una referencia directa al que fue uno de los desafíos políticos más importantes que recibe el presidente, en medio de un momento de fortaleza política por los buenos datos económicos. “Los sindicalistas no son santos”, dijo al pasar cuando hablaba de la inflación. Pero nada más.
Milei llegó junto a su hermana y secretaria General, Karina Milei, el vocero Manuel Adorni, al Centro de Convenciones Córdoba, tras ser recibido por el gobernador Martín Llaryora al pie del avión. Tuvo una formación policial de honor y tuvo una charla afectuosa con el mandatario. De allí fueron por la avenida de Circunvalación para participar del acto, donde la esperó la anfitriona María Pía Astori, presidente da de la entidad que supo tener a Domingo Cavallo como su estrella más rutilante. En el acto, su nombre se pronunció varias veces.
Tanto Astori en su discurso, como en las breves palabras de Llaryora -donde igual mechó el reclamo por retenciones y la ley de biocombustibles- expresaron un respaldo rotundo y sin fisuras al rumbo y la decisión del gobierno de Javier Milei de orden las cuentas públicas, reducir el peso del Estado, apostar a la iniciativa privada para hacer crecer la economía y establecer un sendero económico previsible.
“Lo apoyamos”, dijeron ambos, antes de que ingresara Milei para desplegar un extenso discurso donde abundaron los datos técnicos, las explicaciones de filosofía económica y la diferencia entre la política que impulsa él frente a los años de vigencia de “la casta”. Volvió sobre la idea de eliminar el Banco Central, de avanzar hacia una dolarización que se dé en la práctica -por acciones como las que promueve un supermercado de aceptar dólares para las compras- y la estabilización de las variables macro.
Al evento asistieron el senador nacional Luis Juez, el diputado Luis Picat, la diputada Laura Rodríguez Machado, el ex diputado radical Mario Negri, el presidente de Talleres de Córdoba, Andrés Fassi -promotor de las SAD-, el presidente del IERAL, Osvaldo Giordano, los ministros de Economía Guillermo Acosta, el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, el diputado nacional Rodrigo De Loredo, y la vicegobernadora Myrian Prunotto.
Entre las frases que generaron polémica estuvo una crítica furiosa contra Isabel Perón, la ex presidenta de la Nación que tuvo un final abrupto por el golpe de Estado de 1976 que se precipitó después de una crisis económica terminal, violencia política, grupos que ejercieron terrorismo. Esa dirigente, que vive en Madrid hace décadas, recibió una visita y una reivindicación de la vicepresidenta Victoria Villarruel.
La otra definición polémica fue la que dio sobre el caudillo radical Raúl Alfonsín, a quien acusó de haber liderado junto a Eduardo Duhalde un “golpe de Estado” contra Fernando De la Rúa. Una referencia especialmente controversial al ser dicha un 30 de octubre, día que se celebra la recuperación democrática.
La oposición de la UCR salió con todo a cuestionar a Milei. Incluso el propio De Loredo, que emitió un tuit desde el mismo centro donde estaba hablando el presidente.
Pero una línea original en el discurso fue la referencia que hizo al debate del Presupuesto, ya que destacó que a diferencia de otros gobiernos, el proyecto enviado para los gastos e ingresos no incluirá expansión del gasto para enfrentar un año electoral. “Si termina bien, no solo será un éxito político, sino una revolución para los propios economistas. No hacer política monetaria y fiscal expansiva en un año electoral no estaba en ningún libro de texto”, afirmó.
El discurso
Milei brindó un diagnóstico exhaustivo sobre la situación económica actual y las políticas de estabilización que está implementando su gobierno. En su discurso, Milei subrayó que a su llegada al poder, la inflación mayorista se encontraba al 54% mensual, lo que proyectaba una tasa anual del 17.000%. Sin embargo, según el mandatario, el último dato registró una inflación del 2% mensual.
Durante su presentación, Milei hizo hincapié en que las medidas aplicadas buscan una estabilización económica sin una hiperinflación previa, lo que considera un enfoque histórico y no convencional. Este logro, en su opinión, se debió a un programa económico basado en principios fiscales y monetarios liberal libertarios, que ha permitido eliminar el déficit en el primer mes de gestión.
El jefe de Estado reconoció los desafíos iniciales al asumir su mandato, describiendo un contexto económico afectado por problemas como el sobrante de dinero severo y déficits fiscales significativos. Según sus palabras, el déficit fiscal nacional equivalía a 17 puntos del PBI. En su gobierno, afirmó Milei, se han adoptado medidas drásticas para corregir estos desequilibrios, incluido un ajuste fiscal significativo que, asegura, no tiene precedentes en la historia.
Siguiendo las declaraciones del presidente Milei, el gobierno decidió mantener una política de emisión cero para evitar distorsiones adicionales en los precios relativos y estabilizar el nivel general de precios. A futuro, Milei indicó que se buscará implementar una dolarización endógena como método para sanear el sistema monetario.
Al abordar la repercusión social de sus políticas, el mandatario subrayó la importancia de la reducción de la inflación como el principal plan social, dado el carácter regresivo del impuesto inflacionario. Javier Milei defendió la visión de su política económica, afirmando que la inflación es un fenómeno monetario generado principalmente por la oferta excesiva de dinero o una caída de la demanda, teoría que se ha convertido en el eje central de sus medidas de estabilización.
La presentación de Javier Milei en Córdoba coincide con una coyuntura económica menos desafiante que la faz política, dominada por las tensiones con la oposición, sobre todo de los sindicatos y movimientos piqueteros y universitarios.
El Presidente insistió con que “estamos de la salida del cepo mucho más cerca que lo que estábamos en diciembre”, con una economía que “se encuentra en recuperación” mientras que la verdadera inflación “está viajando a 13% anual” a la vez que “acabamos de bajar la pobreza en 8 puntos porcentuales” porque “nos estamos ocupando de los más vulnerables”. Milei describió la herencia recibida por el Gobierno, “una de las peores crisis argentinas” que requería “frenar la posibilidad de una hiperinflación que hubiera duplicado la cantidad de pobres”. Y puso de relieve el programa de estabilización que lleva adelante el Gobierno que permitió bajar la inflación, “la política social más poderosa”. Tras explicar la naturaleza monetaria de la inflación, el Presidente destacó que antes de concretar la salida del cepo es necesario “sanear y restaurar el patrimonio del Banco Central”, una entidad que “si emite, genera daño”, mientras que “si no hace nada: ¿para que lo tengo?”, se preguntó. En este sentido, agregó que “cuando la brecha entre la base monetaria tradicional y la amplia coincidan, al mismo tiempo que se limpien los stocks y la inflación sea cero, en ese momento no habrá problemas de stock, de flujo, ni sobrante de pesos. Ahí abrimos el cepo sin ningún tipo de sobresalto”. En ese contexto, el Presidente vaticinó que “en algún momento, la relación entre dólares adentro de la economía y peso va a ser tan grande que vamos a poder dolarizar, vamos a poder cerrar el Banco Central y habremos terminado con ese cáncer que heredamos a partir de 1935”, el Banco Central de la República Argentina, “que para lo único que sirvió fue para enriquecer a los políticos y empobrecer a los argentinos”. Durante su discurso de más de una hora, el Presidente Milei hizo una fuerte defensa de la gestión que lleva adelante en los primeros 10 meses, y aunque admitió que “el que hace comete errores”, en el balance neto “sin lugar a dudas estamos haciendo el mejor gobierno de la historia”. Por último, reafirmó que “se terminó la Argentina de la casta” y que “llega la Argentina de los hombres libres que van a ser prósperos”.