Conflicto entre el Gobierno y la UBA por auditoría de la SIGEN
- La UBA llevará a la Justicia la decisión del Gobierno de auditar sus finanzas, alegando intervención inconstitucional.
- La medida generó apoyo del diputado Alejandro Finocchiaro, quien criticó al “populismo” por desvirtuar el uso de fondos públicos.
- Las universidades deberán ahora incluir sus gastos en el sistema de compras públicas, según el ministro Federico Sturzenegger.
Lo esencial: el rectorado de la Universidad de Buenos Aires (UBA) presentó acciones legales en respuesta a la decisión del Gobierno de auditar universidades a través de la Sindicación General de la Nación (SIGEN). Argumentan que esta auditoría vulnera su autonomía. El diputado Alejandro Finocchiaro apoyó la iniciativa de la auditoría y acusó al populismo de manipular los fondos de educación superior, mientras que el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) muestra disposición a colaborar con el Gobierno. La inclusión de gastos universitarios en el Sistema Integrado de Información Financiera (SIDIF) ha despertado más reacciones en la comunidad educativa.
A partir de la decisión del Gobierno de auditar las Universidades a través de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), el rectorado de la Universidad de Buenos Aires (UBA) anunció que recurrirá a la Justicia a través de acciones legales para proteger su autonomía, dado que considera que la medida del organismo es una intervención inconstitucional. En este sentido, el diputado nacional del PRO, Alejandro Finocchiaro, respaldó la iniciativa del Ejecutivo y apuntó categóricamente contra el “populismo”.
En diálogo con LN+, el exministro de Educación se refirió al conflicto que se desató hace aproximadamente un mes cuando el Gobierno vetó la Ley de Financiamiento de las casas de altos estudios, argumentando que el proyecto “no contaba con previsión presupuestaria, ni recursos a utilizar para su financiamiento” lo que afectaba “de manera tangible los objetivos de política económica fijados por el Gobierno Nacional”, y hecho más leña al fuego a partir del anuncio de las auditorias. “Hay una cosa que es fundamental, que es cómo el populismo durante los últimos 20 años prostituyó cosas que son buena y nobles”, apuntó Finocchiaro al fundamentar la necesidad de transparentar los gastos que están teniendo las instituciones públicas de educación superior.
El exfuncionario del Gobierno de Mauricio Macri señaló que “la auditoria no es para salarios” —un elemento que abarca casi el 90 por ciento del presupuesto— sino que se enfoca en los distintos programas utilizados para el funcionamiento y que a su vez “no significan una inversión”. “La auditoria de la que estamos hablando, es para esos programas”, explicó. En este mismo sentido, aclaró que el problema no radica en que el Estado Nacional “contrate con sus universidades” sino en “que se haga mal y que haya corrupción”.
A su vez, adelantó que el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que inicialmente propuso el presupuesto para la educación superior, “está dispuesto a firmar un convenio con el Gobierno Nacional para que la SIGEN audite a las universidades”, una decisión que se contrapone con la idea de la UBA.
En las últimas horas, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, había anunciado un cambio significativo en la gestión financiera de las universidades en el país anunciando que “los gastos de las Universidades se van a incluir dentro del sistema de compras públicas”, lo que implica que deberán registrar sus salarios y gastos en el Sistema Integrado de Información Financiera (SIDIF)”. Sturzenegger a su vez aclaró que esta iniciativa no afecta la autonomía de las universidades, ya que estas seguirán teniendo la libertad de decidir en qué gastar sus recursos. “Vamos a salir de ese proceso con universidades mucho más transparentes”, afirmó el ministro.
Finocchiaro reflexionó además sobre la situación educativa en todos sus niveles, la situación de pobreza e indigencia que atraviesan muchas familias y cómo esto afecta al normal desarrollo del aprendizaje. “Muchos chicos son primera generación de universitarios, que están entre la clase media baja y la pobreza, pero el que es pobre, no llega a la universidad. ¿Por qué no llega?, porque no termina el secundario”, apuntó al respecto.
Los dichos del presidente Javier Milei, durante su discurso de inauguración del “Palacio Libertad - Domingo Faustino Sarmiento”, desataron todo tipo de repercusiones cuando señaló que “en un país donde la gran mayoría de los niños son pobres y no saben leer, escribir ni realizar una operación matemática básica, el mito de la universidad gratuita se convierte en un subsidio de los pobres hacia los ricos, cuyos hijos son los únicos que llegan a la universidad con los recursos, la cultura y el tiempo común para poder estudiar. La universidad ha dejado de ser una herramienta de movilidad social para convertirse en un obstáculo para la misma”.