El dictado de clases estará afectado por el paro de transporte de este miércoles. No solo será complicado viajar para asistir a cada establecimiento, sino que los sindicatos docentes de la provincia de Buenos Aires y los gremios universitarios con representación en todo el país resolvieron adherirse a la jornada de protesta, sin asistencia a los lugares de trabajo, con un pliego de exigencias propias al gobierno de Javier Milei.
En la provincia de Buenos Aires se espera que haya una alta adhesión. Los sindicatos SUTEBA, UDOCBA y la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) resolvieron plegarse a la huelga de 24 horas, en línea con lo definido por CTERA y las dos CTA, de acompañar la medida de fuerza que lanzó la Mesa Nacional del Transporte, que busca confrontar con la gestión libertaria frente a los últimos anuncios de privatizaciones y disolución de empresas públicas.
La Junta Ejecutiva de CTERA resolvió acompañar la fecha con un variopinto de modalidades de reclamos, como ceses de actividades, radios abiertas, clases públicas y movilizaciones. Los representantes de los maestros exigen la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). Este es principal punto, ya que son recursos que conformaban el sueldo docente y fue suprimido desde comienzo de la gestión de La Libertad Avanza (LLA). El comunicado, además, solicita el aumento del presupuesto educativo, la aplicación de la ley de financiamiento educativo, la convocatoria a la paritaria nacional docente y el aumento del presupuesto a las universidades, entre otros puntos.
Habrá dictado normal de clases en la mayoría de las escuelas públicas, si bien la concurrencia estará resentida por las complicaciones en el transporte. Sin embargo, en el distrito por el gobernador Axel Kicillof, el gremio que encabeza Roberto Baradel dispuso una medida que dejará las aulas vacías. Entre las demandas a Nación, el Suteba, la FEB y Udocba también exigieron el envío de fondos para el Instituto de Previsión Social (IPS), que afecta a la caja previsional del sector.
En gran parte de las universidades públicas, los profesores y el personal no docente tampoco concurrirán este miércoles a las casas de estudio. Como viene sucediendo en las últimas semanas al calor del conflicto con el Gobierno, tras el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, algunos docentes probablemente continúen con el calendario académico mediante clases virtuales.
La acción de protesta en la educación superior fue convocada por la Conadu y la Conadu Histórica, y la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN) y la Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales (FATUN), para insistir por una recomposición salarial mayor que se otorgue este año. Por el contrario, no hubo pronunciamientos de la Federación Universitaria Argentina (FUA) y la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), las dos principales entidades de representación estudiantil y cuyos dirigentes están identificados con la Unión Cívica Radical (UCR).
Los gremios Conadu y Conadu Histórica, antiguamente rivales por la representación de los profesores, transitaron estos meses por conversaciones y plenarios de confluencia. En una declaración conjunta, coincidieron en que, “en vez una universidad pública que garantice el derecho a la educación” y “dispute la frontera mundial del conocimiento”, el Gobierno “pretende una universidad reducida y alineada con el proyecto de mercantilización de todas las esferas de la vida”.
“Por primera vez, tenemos una agresión del lado del Poder Ejecutivo hacia las universidades que no admite ningún tipo de diálogo, ni concesiones por parte de las autoridades. Hay una decisión de destruir la universidad que hoy tenemos y por eso fue tan importante salir a defenderla ya desde principio de año”, sostuvo Carlos de Feo, titular de Conadu, en un plenario conjunto de ambas entidades celebrado el viernes pasado.
Estas organizaciones sindicales son las principales impulsoras de una nueva marcha federal universitaria durante el mes de noviembre, luego de las multitudinarias convocatorias de este mes y de abril. Sin embargo, la propuesta genera diferencias en el frente educativo, que también lo componen los rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y las dirigencias estudiantiles. Mientras unos apuntan a mantener el ritmo de las medidas de acción directa, otros representantes focalizan la discusión en la estrategia parlamentaria, con el fin de destrabar los recursos para el sector ante la discusión legislativa del Presupuesto 2025.
El movimiento de “las Conadu” es en espejo al acercamiento entre la CTA de los Trabajadores (CTA-T), que conduce Hugo Yasky, y la CTA Autónoma (CTA-A), de Hugo “Cachorro” Godoy, también adversarias en las últimas décadas. Ambas centrales tienen una amplia gravitación en los gremios estatales, que desde hoy llevan a cabo una huelga de 36 horas en la Administración Pública nacional. Otro reagrupamiento se dio entre la moyanista Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que confluyó en un mismo espacio con la Unión de Trabajadores del Transporte (UGATT), que preside Omar Maturano, de los maquinistas de la Fraternidad.
“Aprendimos que la unidad es en la diversidad, que una central de trabajadores no es un partido político y es conveniente, y necesario, que a su interior coexistan distintas corrientes de pensamiento político, que como clase trabajadora seamos capaces de unirla en una nueva síntesis”, expuso Godoy, sobre el camino unitario en las centrales.
Todo este entramado sindical coincide con la visión moyanista y de las CTA de profundizar el enfrentamiento con Javier Milei. Por eso la Mesa nacional del Transporte fue sumando importantes adhesiones de otros gremios, como el de las cooperativas de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), que representa Alejandro “Peluca” Gramajo. Pero a nivel CGT, los desacuerdos con las facciones moderadas son importantes. Las dos situaciones más ilustrativas se dan con los colectiveros de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que resolvieron no adherirse a la acción directa de este miércoles, y los sectores dialoguistas de la central obrera, encabezados por el líder de la UOCRA, Gerardo Martínez, que negocian minimizar puntos de la reglamentación de la reforma laboral sancionada en la “Ley Bases”.
La medida de fuerza tendrá un alcance más limitado en la Ciudad de Buenos Aires. En los colegios preuniversitarios de la UBA, como el Colegio Nacional Buenos Aires y la Escuela Superior de Comercio “Carlos Pellegrini”, la cursada se verá resentida. En las escuelas públicas de nivel primario y secundario, de la totalidad de los gremios presentes en el distrito, solo el sindicato Ademys -de tradición de izquierda confrontativa- convocó a adherirse al paro nacional. En cualquier caso, habrá chicos que, dependiendo de la institución, no tendrán clases.