En medio de la crisis de la UCR en la Cámara de Diputados, el Gobierno vio una oportunidad para captar a los legisladores díscolos de esa fuerza, e inició conversaciones con algunos de ellos para tantear la posibilidad de incorporarlos en un eventual interbloque con La Libertad Avanza. Sin embargo, el modo en que se ejecutó la ruptura de la bancada del centenario partido y el rechazo de los legisladores los obligó a recular.
Las sintonía con los radicales se manifestó en público con la visita a la Casa Rosada de varios de ellos, anteayer, incluido el cordobés Rodrigo De Loredo, uno de los más afines al oficialismo. Desde el Gobierno, para evitar especulaciones, dijeron formalmente que sólo se habían discutido temas legislativos, desde el Presupuesto a la ley de modificación de DNU. Por lo bajo, sin embargo, admitieron que hubo acercamientos para discutir un interbloque, en particular de parte del ala de Guillermo Francos y Lisandro Catalán, que por ahora no prosperaron.
La foto en la Casa de Gobierno generó un escándalo entre radicales, y poco después se formalizó el quiebre cuando el sector que lideran Facundo Manes y Martín Lousteau conformó un nuevo bloque con 12 miembros, que será conducido por Pablo Juliano, hombre del neurólogo. “Si hubiera sido distinto, es decir, si los ‘radicales peluca’ se iban, quizá hubiéramos seguido intentando. Pero así, no tiene sentido”, dijeron en el bloque libertario. “Por ahora no”, agregó en la tarde del viernes un importante funcionario de la Casa Rosada, que sin embargo, advirtió que “más adelante” se reiniciarán las charlas en ese sentido. Otros, menos optimistas, dan por muerta definitivamente la iniciativa: “Nos servía simbólica o conceptualmente. Pero no tenía implicancias técnicas. Si los sumábamos, igual podían votar en contra”, agregó un funcionario violeta con experiencia en temas legislativos.
Esas posiciones contrastan con los aires que corrían en Balcarce 50 días atrás. Mientras los radicales aún debatían cómo seguir, los mileistas habían deslizado que les darían gustosos la bienvenida en un interbloque, eventualmente junto con la fuerza del libertario Oscar Zago. Siempre en minoría, el oficialismo está obligado a negociar a contrarreloj en cada votación por iniciativas propias y para frenar avances en su contra de los opositores duros. Por eso promovía cierta formalidad en el vínculo con los pocos radicales que pudieran sumar.
El freno al plan de incorporarlos se suma a las dificultades para generar un acuerdo formal con el PRO en la Cámara baja. Desde hace meses que en La Libertad Avanzan intentan generar un interbloque con el partido que conduce Mauricio Macri, pero en su ala, a diferencia de los bullrichistas, siempre se mostraron reacios. “Nos obligarían a votar con ellos todo. Separados nos reservamos la decisión sobre cada ley”, resumió la reacia postura un dirigente amarillo.
Hoy, en el bloque radical, con mucha reserva, hasta los más dialoguistas daban por tierra las versiones promovidas desde Balcarce 50 de que pudieran amalgamarse con el oficialismo.
De todas formas, está en los planes del Gobierno para la semana que viene convocar a una reunión con los gobernadores radicales: Gustavo Valdés, Maximiliano Pullaro y Alfredo Cornejo. Pero en Balcarce 50 aseguran que, aunque se celebre, no pondrán sobre la mesa un interbloque. “Va a ser para continuar con las reuniones de sintonía con los distintos sectores”, dijeron.
Se referían a los encuentros de esta semana: además del mencionado con diputados dialoguistas, con los gobernadores de PRO, y con los cuatro del norte que en oficialismo llaman “filoperonistas”: Raúl Jalil y Osvaldo Jaldo, por el PJ no kirchnerista; y Gustavo Sáenz y Hugo Passalacqua, de fuerzas provinciales. Todos ellos ayudaron al Gobierno a sostener sus vetos a la ley de financiamiento universitario y de recomposición de haberes jubilatorios.
Este viernes, Manes dio una señal de que jugarán fuerte contra Milei. “Este nuevo espacio era necesario, no solo por convicción, sino por responsabilidad frente a un gobierno cada vez más inclinado hacia el autoritarismo y una política que favorece a unos pocos, hemos tomado una decisión: no seremos cómplices de un modelo diseñado para una minoría privilegiada”, dijo.
El endurecimiento de ese sector es un problema para el Gobierno, donde esperan que, al menos, la mesa de conducción nacional reconozca como oficial al sector dispuesto a consensuar sus políticas. Sin embargo, ese escenario es poco probable: aliado con Gerardo Morales, Lousteau tendría los votos para imponerse en el Comité. Por ahora, los libertarios deberán conformarse con “fugas” de menor monta, como el pase de un intendente de Río Negro, Marcelo Román, que asumió como vicepresidente de La Libertad Avanza local detrás de la diputada de LLA a nivel nacional Lorena Villaverde.