Hasta hace una semana, Leila Gianni era la subsecretaria Legal de Capital Humano, el mega ministerio que está a cargo de Sandra Pettovello. Sin embargo, junto a Ariel Romano (Director General de Asuntos Jurídicos) decidieron renunciar “para hacer política” en el partido bonaerense de La Matanza, por pedido del Presidente Javier Milei. Un hecho incompatible con la función pública. Por primera vez, ambos rompen el silencio y reconocen que están dispuestos a disputarle poder territorial al intendente Fernando Espinoza, a quien la abogada denomina como una “persona perversa” y opina que ese distrito es una “zona liberada” para la delincuencia. Gianni también utilizará duras palabras contra la figura del precandidato presidencial de Unión por la Patria, Juan Grabois: “Quiere ser el monaguillo del año” dice. Sobre su ex jefa, la califica: “Es una persona exigente, con carácter fuerte. Pero es necesario que haya alguien así para dirigir semejante Ministerio”.
Gianni y Romano encabezaron desde Capital Humano una cruzada contra la corrupción kirchnerista. Llevaron a la justicia 30 denuncias que, según sus palabras, demostraban un “plan sistemático pergeñado desde el Estado en connivencia con organizaciones sociales y piqueteras para oprimir al pueblo argentino más vulnerable”. Entre los ex funcionarios mencionan al ex presidente, Alberto Fernández; al ex secretario de Economía Social y líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, a la ex ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz; y al líder del Polo Obrero, Eduardo Belliboni. También les pusieron número a los hechos de corrupción que denunciaron en Comodoro Py: $35 mil millones. También reconocen que hay jueces que aceleran expedientes cuando los presuntos involucrados son “dirigentes de izquierda” y que van más lento cuando están vinculados al peronismo.
“Combatir a los militantes del hambre”
—¿Por qué se fueron de la Subsecretaria Legal de Capital Humano? Por sus investigaciones y denuncias judiciales le ahorraron al Estado unos 35 mil millones de pesos.
Leila Gianni: Fue una salida consensuada en conjunto con la ministra Sandra Pettovello. Mi vocación es política. Es necesario, como dijo el presidente Javier Milei, meterse en el barro, empezar a caminar para no permitir que los zurdos y los kirchneristas se organicen y nos coman. Hay que salir del escritorio hacia el territorio. Estamos en tiempos complejos. La calle está difícil. Hay que meterse en el territorio para poder dar esa batalla cultural que pidió el Presidente. Yo no renuncié a mi lucha por la libertad de la República Argentina. Tampoco renuncié en seguir combatiendo a los militantes del hambre. Lo voy a seguir haciendo desde el territorio y con la gente cerca, escuchándolas. La gente tiene mucha necesidad de ser oída. Hubiera sido muy fácil para mí continuar en un despacho en pleno Recoleta, en Avenida Alvear y Rodríguez Peña. Siempre me criticaron porque vivía de la teta del Estado. Decime qué funcionario deja un despacho lujoso y se mete en el territorio bonaerense a dar una batalla cultural. Vamos a La Matanza a luchar ahí por las ideas de la libertad. La Matanza es un municipio que está hace décadas y décadas, gobernado por políticos corruptos, por políticos que son la casta empobrecedora del país. Es un municipio que necesita que se dé una batalla fuerte en las calles para poder continuar fortaleciendo el proyecto del presidente Javier Milei.
Ariel Romano: Nosotros creemos que cuando un ciclo se cumple no hay que perpetuarlo. O sea, nosotros habíamos cumplido un ciclo dentro de la Subsecretaría Legal, que se centró en la conformación de la Subsecretaría Legal de un nuevo ministerio que es el Ministerio Capital Humano, que requirió mucho esfuerzo y mucho trabajo profesional, que logró muchísimos resultados. Si nosotros nos manteníamos en esa situación de statu quo que habíamos logrado, era muy cómodo, pero no iba a servir al proyecto del Presidente. Esa fue la decisión. Por eso también hablamos con la ministra para poder hacer política y desarrollar nuestro trabajo anticorrupción en el territorio.
—¿Ustedes hablaron con la ministra o la ministra les dijo a ustedes que era incompatible hacer política con la tarea que debían desarrollar todos?
L.G: No, a ver, incompatible en función de la carga horaria. A ver. La subsecretaria Legal de un mega ministerio que engloba y coordina todos los servicios jurídicos de los ex ministerios de Educación, Desarrollo Social, Cultura, Trabajo, implica una carga horaria enorme y una dedicación a la tarea 24 por siete que de repente no te deja margen ni tiempo para poder abocarte al trabajo territorial. Para que te des una idea, pasaban todos los expedientes de todas las secretarías por mi área, por ese monstruo. Si nosotros no laburábamos como laburábamos, el ministerio se hubiera paralizado porque implicaba tener guardias de gente laburando hasta las 21 horas en la oficina. Después en remoto, de noche también pasaban todos los expedientes y nosotros no funcionábamos. Si estábamos a tiro, se paralizaba la gestión.
A.R: Nos dimos cuenta tanto nosotros como la ministra y la jefatura del Ministerio, que era insostenible desde el punto de vista de horario y de trabajo. Además, los objetivos que nos habíamos planteado estaban cumplidos en el sentido que hicimos las denuncias después de las auditorías. Avanzamos con las causas todo lo que pudimos. Obviamente la justicia tiene su tiempo y cumplimos nuestra tarea.
—Ex funcionarios de Capital Humano le han dicho que por momentos se vuelve muy difícil seguirle el ritmo a la ministra Pettovello.
L.G: Ella es una mujer excelente. Muy valiente. E imagínate que se hizo cargo de monstruos como el Ministerio de Trabajo y el ex Ministerio de Desarrollo Social. Es una persona exigente, con carácter fuerte. Pero es necesario que haya una persona así para dirigir semejante Ministerio.
—¿Tienen nombre los “militantes del hambre” que mencionaron?
L.G: Sí, yo te los puedo dar. Los militantes del hambre son un grupo de ex funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social, referentes políticos que durante años no les interesó solucionar el problema de la pobreza. No diseñaba ni proyectaban políticas públicas para erradicarla, sino que ellos querían que la pobreza continúe y se multiplique permanentemente en el país. ¿Por qué? Porque de esta manera podían ejercer la dominación sobre los sectores vulnerables, podían continuar oprimiéndolos. Ellos lo ven el hambre como una herramienta de control y de dominación sobre los sectores más vulnerables. Militan el hambre o se abrazan a la causa y el hambre del país porque es su única manera de permanecer durante años y años en el poder. Te doy ejemplos. Un militante del hambre, Juan Grabois, otro militante del hambre, Emilio Pérsico, otra militante del hambre, es la ex ministra Victoria Tolosa Paz. Militantes del hambre también son Luis D’Elia y Eduardo Belliboni.
A.R: Sí, de hecho, estos últimos 20 años con los planes sociales, solo han hecho incrementar el hambre. Así que es una cuestión.
L.G: Ellos querían sistemáticamente continuar dominando a los sectores vulnerables. No necesitan gente libre y que piense, necesitan gente que tenga muchísimas necesidades para poder dominarlos. Y para poder decirles venía una marcha para que te dé un bolsón de comida. Ellos les decían: “Te doy un plan Potenciar Trabajo, pero tenés que militar”. En esas organizaciones utilizan el hambre como un elemento de control y dominación sobre los sectores vulnerables.
A.R: Como una ideología del posmodernismo. La ideología de los años ‘70 movilizaba masas y ahora en la posmodernidad, la ideología no moviliza, moviliza el hambre. O sea, se utiliza para movilizar a las masas.
L.G: Siniestro y nefasto. Cuando se le quitaron las herramientas del reparto de comida y de las altas y las bajas, las marchas menguaron. Fue una decisión política del presidente de Javier Milei poner fin a la era de los piquetes y las marchas. Entonces, junto a dos ministras, como lo es Patricia Bullrich, que activó el protocolo antipiquetes, y la ministra Pettovello, que desfinanció a estos intermediarios, a estos gerentes de la pobreza, los dejaron sin recursos y nosotros desde la subsecretaría legal llevamos a los militantes del hambre hacia las cuerdas en Comodoro Py. En mi caso, firmé más de 30 denuncias por hechos de corrupción y al equipo de penalistas siempre le decía lo mismo pónganse como si fuéramos fiscales. Nosotros busquemos las pruebas permanentemente y acerquemos a los fiscales o a los jueces en Comodoro Py, porque a veces en Comodoro Py no entienden la lógica estatal y piensan que no es un delito, sino que es una cuestión administrativa. Y te dicen que se resuelva con un sumario. Se avanzó en muchas causas gracias al laburo que hicimos nosotros de la Subsecretaría. Desde la Subsecretaría Legal creamos esta brigada anticorrupción o Task Force, como le gusta decir al presidente Milei, y comenzamos a auditar y a destapar curros, como siempre decimos y a denunciarlos ante el fuero federal.
—Hay dirigentes sociales denunciados, imputados, procesados, pero no es el caso de Juan Grabois.
L.G: Nosotros hicimos las denuncias, los fiscales deben investigar. O sea, yo no soy fiscal ni la subsecretaría Legal tiene las herramientas que tiene un fiscal para poder investigar y seguir la línea de tiempo de un delito y dar con los distintos autores. Pero en nuestro caso, en una de las denuncias en donde denunciamos los fondos que había recibido Asociación Civil para la Salud Comunitaria, relacionada al MTE de Grabois, pudimos ver como había sido una Unidad de Gestión, había recibido un montón de recursos por parte de Desarrollo Social y no habían hecho ni un solo curso y los balances con informes que hemos pedido al IGJ no cerraban, no podían justificar los números. El domicilio donde funcionaba era el de Grabois. A ver, Grabois habrá sido más prolijo que otros militantes del hambre a la hora de comenzar y tramar algún tipo de ilícito. Pero yo tengo fe que si la justicia investiga como tienen que investigar, van a llegar a él. Los que decían ser peronistas durante los últimos 20 años no fue peronismo con la bandera de la justicia social. Avasallaron y violentaron a las clases más vulnerables. Le decían a la gente: “Qué tal, compañera, qué tal compañero” o “compañero, cobraste el Potenciar me tenés que dar la mitad” o “compañero, hay que ir a marchar, sino no te doy el bolsón de comida”. Entonces, asco, asco, asco. Juan Grabois también. Juan Grabois quiere ser el monaguillo del año. Quiere ser el mejor monaguillo de la historia. Grabois es un niño bien. Un niño rico con culpa de clase y muchísima ambición de poder. No hace falta disfrazarte de pobre y caer con los zapatos rotos y sin bañarse, como hizo en Comodoro Py para empatizar con la gente que decís representar y no junto a más de 30.
La actuación de los jueces
—¿Ustedes creen que los jueces y fiscales están actuando de manera correcta y están avanzando en las causas o ven que le ponen el pie a alguna?
L.G: Hay algunos jueces y fiscales que sí que actúan de manera correcta, que están muy bien predispuestos, y hay otros que van como en cámara lenta. A esos jueces les mandábamos todos los martes y viernes al equipo de abogados penalistas que teníamos a cargo con más y más documentación siempre tratamos de impulsar los expedientes, pero a veces la gente te dice y “¿cuándo cae en cana?”, “¿cuándo lo vas a meter en cana?”. Y yo no puedo meter en cana a nadie. Colaboro a que eso suceda, pero no tengo el poder de meterlos en cana.
—¿O sea hay causas que van más rápido que otras?
L.G: La causa de Emilio Pérsico es una. Pérsico estaba de los dos lados del mostrador. Lo denunciamos nosotros y dos años antes la Coalición Cívica.
A.R: Nosotros lo que sí percibimos es que por lo menos en nuestro criterio, lo que nosotros vemos es que algunos jueces atacan de manera rápida a las asociaciones civiles que tiene que ver con la izquierda, pero cuando tienen que avanzar sobre organizaciones más vinculadas con el peronismo, con la Iglesia, con Grabois, no tienen esa velocidad.
L.G: Sí, por ejemplo. De hecho, en ese caso de Polo Obrero ya está pedida la indagatoria, pero en cambio no de Emilio Pérsico (Movimiento Evita) y de Walter Gramajo (secretario general de la UTEP).
A.R: A nosotros nos parece que es más fácil atacar a cierto sector que no tiene tanta cobertura que a otro que tiene más cobertura.
—¿Y qué les pasó a ustedes cuando se enteraron que procesaron a Eduardo Belliboni, líder del Polo Obrero, y que con eso casi lo sacaron de circulación?
L.G: Fue una fiesta fue en la oficina. Yo me puse a bailar en la oficina de la felicidad que tenía. Fue una satisfacción enorme porque dijimos: “mira lo que pudimos conseguir”. El pueblo argentino se lo merece, tiene sed de justicia desde hace años. Fue una satisfacción enorme. Dijimos: “bueno, está cambiando el rumbo de la historia”.
La Matanza: narcotráfico e inseguridad
—Hablando de poder, de militancia. Ustedes van a desembarcar en La Matanza, que es un distrito blindado por el PJ, por el peronismo y está gobernado por Fernando Espinoza.
A.R: En La Matanza hay sed de cambio. Nosotros venimos ya trabajando en La Matanza hace un tiempo, caminando. Cada vez lo hacemos más. Y la verdad que la gente está podrida.
L.G: Y eso para mí, para el equipo, es un enorme desafío. Un ministro, que como yo es hincha de Racing me dijo: “No tenías otro lugar más difícil”. A mí me caracteriza algo en mi vida profesional y laboral. Cuanto mayor sea el desafío, más ganas me dan. La Matanza es un lugar que necesita libertad. La gente necesita liberarse y dejar de ser dominada por Tintura Espinoza, por ejemplo que está procesado por abuso sexual. Escuché que no habilitaba un puesto de Mercado Libre en la feria La Dulce. Espinoza no es progreso. La matanza con él no avanza, sino que retrocede. No permite generar más fuentes de laburo. ¿Por qué? Porque quiere continuar con el clientelismo político con el que estuvo acostumbrado durante siglos, años y años de hacer política.
—¿Cómo los llamaste Espinoza?
L.G: Pintura. Pintura Espinoza.
—¿Por qué?
L.G: Porque se da la biaba. Se tiñe de caoba. Va al cirujano plástico para estirarse la cara.
—Un Espinoza que está procesado por presunto abuso sexual y se saca fotos con y con Axel Kicillof, con funcionarios.
L.G: Ahí te das cuenta cómo obviamente el tipo debe tener mucho poder y habrá sido cómplice y parte de muchísimos actos de corrupción con toda la gente que ahora está saliendo a sacarse foto. Espinoza les debe decir: “salgan a bancarme, porque yo hablo y caemos todos”. Debe apretar. Obvio que sí.
—¿Qué pasa cuando caminan las calles de La Matanza? Leila, tu cara es conocida, estás muy identificada con La Libertada Avanza en un distrito peronista por excelencia.
L.G: Se genera amor y odio a la vez. Sí, muchos que te dicen “dale flaca, vamos por más mételos en cana”. Y hay otros que te dicen “puta ¿cómo llegaste?” Pero es más la gente que apoya y cuando me agreden lo hacen por mi condición más de mujer, porque siempre piensan que si llegas es por acostarte con un tipo. Es más, la gente que apoya.
—¿El objetivo final es disputarle a Espinoza la Intendencia en 2027 y antes ir por una diputación?
L.G: Falta para eso. Y las listas las van a armar las autoridades del partido de la provincia de Buenos Aires en conjunto con Karina (Milei). Bueno, más arriba de nosotros. Estamos laburando con el equipo de Sebastián Pareja (presidente de LLA en PBA). Tenemos objetivos claros. Nuestro objetivo ahora es bajar a territorio, laburar fuertemente ahí para la gente, por la gente. Yo veo a la política como una herramienta para transformar realidades de verdad, no de la boca para afuera. En San Justo vamos a abrir un local y habilitar una línea abierta y plataforma virtual para que la gente pueda denunciar anónimamente todos los hechos de corrupción que estén o lo que quiera denunciar que esté pasando en el municipio. Hay un equipo de abogados especialistas en derecho penal para poder atenderlos. Es muy importante el contacto con el vecino y como siempre digo, los vecinos quieren ser oídos. Ellos quieren transmitirte los problemas que tienen y muchas veces son ellos los que te traen la solución.
—Una de las primeras denuncias va a ser el narcotráfico que azota el municipio.
L.G: Miedo no tengo.
—En La Matanza están asesinando gente por el problema narco.
L.G: Por eso hay que bajar al territorio para poder empaparse de la realidad y estar cerca. Hay que salir del escritorio al territorio. Yo no me puedo quedar sentada en un escritorio.
—¿Cuáles son los principales problemas que han detectado en La Matanza?
L.G: La inseguridad, problemas con los residuos. Pero el 90% es la inseguridad de gente que sale de la casa a las 4 de la mañana para tomarse 500 colectivos o 500 trenes para poder ir a laburar a Capital. Muchas veces los roban, los matan, los tirotean, los abusan y bueno, el narcotráfico obviamente está a la orden del día.
—¿Es un problema muy serio el narcotráfico en Matanza y en la provincia?
L.G: Sí, obvio que sí. Obvio que sí. Hay muchos narcos. Ahora se están metiendo en los comedores a bajarles comida. Lo que llama poderosamente la atención en La Matanza es la cantidad de vehículos sin patente que circula por las calles, la cantidad de motos también sin patente y sin casco, sin casco que circulan por las calles. Un día, en menos de cinco minutos, conté diez autos sin patente, ni adelante ni de atrás.
—¿Y eso qué significa?
L.G: Que la zona está liberada la zona, que hay un nivel de impunidad altísima. Son chorros.
—¿Cómo evalúan la disputa dentro del PJ por la presidencia nacional del partido?
A.R: Nos es ajena.
L.G: Te da la sensación que se están matando, que quedaron muy heridos, que no saben cómo organizarse. Lo que pasa es que no tienen cuadros.
A.R: Nosotros tenemos un gran líder en ascenso, contrariamente a la líder de ellos que está en descenso.
L.G: Hay más gente que la está viendo. Cada vez hay más peronistas que la están viendo, que están viendo y se están cansando y se están dando cuenta del abuso que sufrieron por aquellos que decían defenderlos. Se han ido despertando leones y hay que despertar más. Hace tres meses que bajamos a La Matanza por orden del Presidente. O sea, esto es una decisión del Gobierno. El Presidente personalmente tomó esa decisión y nosotros vamos a trabajar en línea con lo que nos pida Sebastián Pareja, todo el armado de la provincia. O sea, no estamos solos Por eso también dimos el paso al costado del Ministerio.
—La Matanza es un distrito clave por la cantidad de votantes para ganar la gobernación.
A.R: Y la provincia es una jurisdicción clave para la gobernabilidad del país para poder crecer.
L.G: La Matanza necesita un cambio de verdad. Y para que ese cambio de verdad pueda suceder, hay que meterse en el territorio. De afuera no podes cambiar nada, menos en ese lugar que es tan particular que es una provincia dentro de la provincia de Buenos Aires, en donde tenés distintas clases sociales: San Justo, Laferrere, González Catán, Villa Celina.
A.R: en Capital Humano decían que nosotros éramos los dos rottweilers que íbamos para adelante. Así que para eso estamos. A Leila le dicen “el huracán que llegó a La Matanza”.
L.G: Un huracán que sopla vientos de libertad. En La Matanza no hay nada. Hay muchísimas calles sin asfaltar en donde hay niños con graves discapacidades y las ambulancias no pueden entrar. Espinoza dice que todos los vecinos tienen cloaca, agua potable y no hay nada. Espinoza es un gran mentiroso. Un personaje muy siniestro. Mirarlo a la cara me da miedo la cara porque es una cara siniestra. A él no le tengo miedo. Lo que quiero decir es que Espinoza es una persona perversa.
—¿Y están dispuesto a vencerlo?
A.R: En realidad es el pueblo que quiere un cambio. Nosotros somos un instrumento.
L.G: Un instrumento para que ese cambio suceda. La lucha es larga. Es una pelea larga. Hay mucha fe.
—¿Fe para qué?
L.G: Para poder voltear a Espinoza en el 2027, y si el candidato no es Espinoza, para que no sea Patricia Cubría -por la mujer de Emilio Pérsico- o a todos los que quiera poner Cristina. Acá hay mucha fuerza y ovarios.