En su intervención en el Foro Económico Mundial en Buenos Aires, el presidente Javier Milei pronunció un discurso fie a su estilo: en tono combativo y repleto de afirmaciones contundentes, que incluyó críticas a sus adversarios políticos.
El jefe de Estado destacó las “reformas radicales” que impulsa su gobierno, subrayó su compromiso con la reducción del tamaño del Estado y el impulso a las libertades individuales, e insistió en que el éxito de su gestión radica en que “hace lo que tiene que hacer” y logra la aceptación social con medidas que, en otros contextos, habrían generado un fuerte rechazo popular.
“En menos de un año ya alcanzamos la inflación más baja de los últimos cuatro años”, destacó el mandatario, que de inmediato resaltó que eso se logró incluso con decisiones muy difíciles que, aún así, no afectaron el respaldo de la gente: “Hicimos el ajuste más grande de la historia de la humanidad y no hemos perdido ni un ápice de apoyo social”.
Para el presidente, esta capacidad de implementar medidas tan duras sin perder legitimidad ante la gente es una señal del compromiso del pueblo argentino con su proyecto de transformación económica. Y por eso ratificó el rumbo.
Reducción del gasto público y bajas impositivas
En línea con su promesa de “ponerle un cepo al Estado”, Milei enfatizó que la reducción del gasto público tiene como objetivo principal devolver recursos al sector privado mediante una disminución de impuestos.
En su discurso, Milei también hizo una fuerte crítica a los gobiernos anteriores, acusándolos de haber impuesto restricciones a las libertades individuales a través de un Estado sobredimensionado. En su opinión, mientras sus predecesores se enfocaron en controlar la vida de los ciudadanos, su administración ha iniciado un proceso para limitar el poder estatal y reducir su tamaño. “Los que abogan por el Estado de Bienestar no hacían otra cosa que luchar por el bienestar del Estado”, recordó.
Luego el mandatario hizo una analogía y recordó que su administración enfrenta su propia “batalla de las Termópilas” por el difícil contexto político argentino. En ese marco, aseguró que su gobierno, con sólo 6 senadores y 39 diputados, enfrenta al “gran aparato” del partido estatal que busca mantener sus privilegios.
De inmediato se enfocó en sus rivales políticos y disparó contra un sector al que denominó como “oposición carancho”, que sólo busca conservar sus privilegios y que ha pronosticado repetidamente la caída de su gobierno: “Dijo que nos íbamos en enero, en Semana Santa, en junio y ahora no saben donde meterse, porque la motosierra sigue más prendida que nunca”.
Los resultados económicos, la seguridad y las reformas pendientes
Milei también hizo mucho hincapié en que su gobierno está llevando a cabo el plan de reformas más ambicioso de la historia de Argentina, con alrededor de 3.000 propuestas que aún quedan por implementar.
Según el presidente, el Ministerio de Desregulación que preside “el coloso Federico Sturzenegger” está trabajando todos los días para eliminar trabas y regulaciones innecesarias; por eso lo comparó con un “escuadrón antibombas” que desactiva “curros” de manera casi diaria.
En cuanto a los resultados obtenidos por su gobierno, Milei destacó que, además de la reducción de la inflación, se han logrado importantes avances en materia de seguridad porque “se pacificó Rosario”, una ciudad que ha sido centro de conflictos vinculados al narcotráfico, y en pocos meses se terminó con el problema de los piquetes en el país, gracias al aporte invalorable de la ministra Patricia Bullrich, clave para conseguir que se restablezca el orden público.