El bloque de la UCR en la Cámara de Diputados finalmente no se rompió y acordó conformar una mesa de diálogo donde estén representadas todas las líneas internas. Sin embargo, las tensiones persisten y algunos miembros de la bancada que conduce Rodrigo de Loredo no descartan que el quiebre llegue en el corto plazo. “Nadie puede asegurar qué va a pasar en un mes”, dijo a Infobae uno de los diputados que buscó evitar el quiebre.
La nueva mesa de diálogo se reunirá este miércoles por la mañana. Al mismo tiempo, el bloque acordó que nadie vaya por la tarde a la Casa Rosada por su cuenta (hubo invitaciones individuales) para no reavivar los enojos. El bloque podría enviar a un representante “institucional” pero eso todavía no se definió.
La semana pasada alrededor de una decena de diputados, que responden a las líneas internas de Martín Lousteau y Facundo Manes, exigieron la expulsión de los cinco diputados que apoyaron los vetos presidenciales a la reforma jubilatoria y el financiamiento universitario. Plantearon que no podían permitir que haya “topos” del oficialismo en las filas radicales.
El bloque tiene 33 miembros y se necesita una mayoría de 17 votos para avanzar con cualquier expulsión. Como en la última reunión de bloque quedó claro que este sector no tenía consenso suficiente para echar a los radicales “con peluca” -como los bautizaron peyorativamente-, dejaron trascender un ultimátum: el jefe de bloque Rodrigo de Loredo tendría que elegir entre expulsar a los cinco radicales “libertarios” o afrontar un desprendimiento de entre 10 y 13 legisladores que quieren confrontar más abiertamente con el Gobierno. “Son ellos o nosotros”, había asegurado un diputado del norte del país.
La conducción del bloque aclaró inmediatamente que rechazaba la idea de expulsar a los que votaron diferente y buscaron alternativas para contener a todas las facciones. Con ese espíritu, el diputado Julio Cobos propuso que se comprometieran a firmar un reglamento interno que estipule que todos deben respetar las decisiones que adopte el bloque por mayoría. En todo caso, se permitiría cierto margen para abstenerse o ausentarse.
Algunos incluso especularon con que esa maniobra forzaría el alejamiento voluntario de Mariano Campero, Luis Picat, Martín Arjol, Pablo Cervi y Federico Tournier.
Finalmente, no se firmó ningún compromiso o reglamento interno pero algunos de esos puntos clave necesariamente tendrán que discutirse en la mesa de diálogo. “Va a haber tres ejes centrales: primero poner reglas de funcionamiento, por ejemplo respetar las decisiones de la mayoría y permitir abstenciones si no hay acuerdo; segundo, tiene que haber una disposición a la unidad; y tercero, mucho diálogo”, explicó un diputado que se mantiene equidistante de los “libertarios” y los “confrontativos”.
Los sectores que amenazaron con romper el bloque responden políticamente al tándem Martín Lousteau/Emiliano Yacobitti y al neurocientífico Facundo Manes. El primer grupo lo conforman las diputadas Carla Carrizo, Danya Tavela, Mariela Coletta y Marcela Antola. El segundo, Pablo Juliano, Fernando Carbajal, Manuel Aguirre, Marcela Coli y el propio Manes. Por fuera está Jorge Rizzoti, cercano al ex gobernador Gerardo Morales. A estos once diputados se suman Juan Carlos Polini, Natalia Sarapura y Melina Giorgi. Los últimos dos tienen fuertes vínculos con los gobernadores de Jujuy, Carlos Sadir, y de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.
Ante la consulta de Infobae, algunos diputados del “centro” estimaron que quienes impulsaban la ruptura no pudieron convencer a los que estaban en duda y esto terminó de inclinar la balanza. “No es lo mismo irte con 13 que con 8 o 9″, explicaron. También destacaron el trabajo de convencimiento “uno a uno” que realizaron algunos miembros del bloque.
Según revelaron desde el sector de Manes, en la flamante mesa de diálogo también apuntarán a resolver otras cuestiones relacionadas con el funcionamiento interno del bloque. Por ejemplo, rediscutir los lugares en las comisiones y el control de la Secretaría Parlamentaria.
“Primó la razonabilidad, pero se dijeron muchas cosas y la capacidad de olvido va a ser clave”, ironizó otro correligionario que se retiró del edificio del Anexo de Diputados con una sonrisa por haber cumplido con su objetivo de evitar que su bloque se vea reducido.