El diputado nacional Miguel Ángel Pichetto defendió que el Congreso avance con la discusión del régimen legal de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), un debate que impulsa la oposición y que encuentra resistencias en el presidente Javier Milei. En el oficialismo están preocupados porque, de resultar favorable una modificación, le restaría una herramienta clave para gobernar mientras son minoría en la Cámara de Diputados.
“El DNU tiene que ser usado en situaciones de emergencia y excepcionalidad, no puede ser un instrumento por encima de la ley”, definió hoy el legislador al ser consultado por el tema.
Los bloques de Unión por la Patria y Encuentro Federal motorizan cambios en el régimen que regula la sanción de DNU por el Poder Ejecutivo. La ley actual pone trabas al proceso de revisión de los decretos, con el propósito de facilitar la gobernabilidad en situaciones críticas. Primero, establece una comisión bicameral que debe expedirse, en un plazo de 10 días; y luego el rechazo de las dos cámaras del Congreso para que se caiga un DNU.
Ahora, desde sectores de la oposición están impulsando como cambios para suprimir algunas de esas trabas, y que solo sea necesario que una de las cámaras derogue un DNU. Javier Milei calificó esta intención como un intento de “golpe de Estado”. En La Libertad Avanza perciben este debate como una forma de desestabilizar y describen la estrategia opositora como una forma de “jugar con fuego” para debilitar al Poder Ejecutivo.
En contraste, Pichetto respondió que apenas sobre dichas suspicacias como algo que “están tratando en el marco de una comisión” y como algo “normal dentro del ámbito del Congreso”. “Yo no creo en una visión tan dramática. Tiene el instrumento del veto si no le gusta la ley. Me parece que el Congreso lo único que no puede hacer es no discutir los temas”, sostuvo en declaraciones a radio Mitre.
La preocupación del oficialismo comenzó a crecer el martes previo a la marcha universitaria, cuando el foco principal de la agenda estaba puesto en los fondos para la educación superior. Desde el primer día, los mencionados bloques de la oposición buscan avanzar con alguno de los 16 proyectos que están presentados en la Cámara baja. Esto genera un fuerte malestar en el Gobierno, sobre todo porque los obliga a hacer frente a una embestida mientras se define el debate que más les importa, que es la aprobación del Presupuesto 2025.
Los DNU están contemplados en la Constitución Nacional en su artículo 99, que establece su utilización solo bajo “circunstancias excepcionales que hicieran imposible seguir los trámites ordinarios”. A pesar de esta premisa, la utilización de DNU ha sido frecuente en la práctica.
La Ley 26.122 regula el procedimiento para el tratamiento de los DNU dispone que el Congreso puede ratificarlos o derogarlos. La derogación requiere el rechazo del decreto por ambas cámaras. Sin embargo, este mecanismo ha sido utilizado solo una vez en la historia argentina, cuando se derogó un DNU que aumentaba los fondos reservados para la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).
En ese marco, Pichetto volvió a defender las facultades y el rol del Poder Legislativo: “No quiero entrar en polémica. Nos tenemos que preguntar: ¿qué le conviene a la Argentina, a las inversiones, a nuestra relación con los organismos internacionales? Que el Congreso funcione, que el Gobierno vaya acordando los temas y caminos de razonabilidad y encontrando gobernabilidad en cada una de las cuestiones”.
La semana pasada, Javier Milei cargó con dureza contra Miguel Ángel Pichetto por un comentario que hizo el ex candidato a vicepresidente de Mauricio Macri, con críticas al modelo libertario. Lo calificó de “ignorante en economía”, por plantear una similitud del actual rumbo económico con el esquema que diseñó el ex ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz (h), junto al economista Ricardo Arriazu durante la dictadura militar de 1976.
El diputado nacional ratificó que el plan del actual ministro de Economía, Luis Caputo, “es parecido al de Martínez de Hoz” en términos de ajuste y de lo que se conoció como “la tablita”, que fue “un modelo que no funcionó”. “No agravié al Presidente, di una visión y dije que esperaba más diálogo e institucionalidad. Ya van dos veces que el Presidente se coloca en el plano de la ofensa”, lamentó.
Pichetto también opinó que el Gobierno también “perdió tiempo” al establecer acuerdos con los bloques legislativos con voluntad de negociación y acuerdos. “Le sostuvimos de buena fe el Decreto 70/2023 para que pudiera avanzar en la actitud desregulatoria. Más que veto, debería haber tenido una política elaborada al diálogo y podría haber construido una propuesta de mayoría parlamentaria”, concluyó.