El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, volvió a hacer hoy un llamado a la unidad en el PJ, antes de la presentación de las listas que competirán en las elecciones para elegir la nueva conducción del partido. En ese sentido, aclaró que Ricardo Quintela, el primero en postularse, no es su candidato para ese cargo y afirmó que no está dispuesto a participar de un guerra interna en el espacio. Además, y sin mencionarlos, lanzó críticas a La Cámpora al marcar las críticas que recibe desde sectores del peronismo bonaerense.
El mandatario provincial se expresó a través de un comunicado difundido en sus redes sociales luego de que en las últimas horas se conocieran las palabras de Cristina Kirchner, quien durante un encuentro en la sede del SMATA durante la mañana del viernes, lo trató de traidor sin decir esa palabra. “Los Poncio Pilatos y los Judas en el peronismo no van más”, fue la frase de la expresidenta que dejó al peronismo al borde de un quiebre histórico.
Sin embargo, en un extenso escrito, Kicillof evitó profundizar más la interna, aunque no evitó dejar definiciones con claros destinatarios. Tras lanzar fuertes críticas a la gestión de La Libertad Avanza, aclaró: “Milei no ganó por accidente; es presidente luego de que el peronismo hiciera un gobierno nacional que no cumplió con las expectativas. No solo sufrimos una dura derrota a nivel nacional sino también en muchas provincias. Evidentemente algo no anda bien”.
“Desde que se apartó a Alberto (Fernández), repetí en público y en privado que no me interesa disputar la interna del PJ ni directa ni indirectamente”, dijo, a la vez que advirtió que observa con “preocupación” que “la derecha empieza a aprovecharse de nuestros debates internos”. “A horas del cierre, vuelvo a expresar mi voluntad: ¡unidad, unidad respetuosa, unidad peronista!”, insistió.
Además, el gobernador aclaró: “Quintela no es mi candidato, es un gobernador y un dirigente que viene enfrentando, con un coraje que no abunda, las políticas de Milei desde una provincia alejada de los medios y las redes porteñas. Es un error pensar que se trata de un dirigente al que yo ‘subo o bajo’, pero sobre todo es un gran error atacarlo. La lógica del sometido o traidor es una lógica que entró en crisis y que viene causando malos resultados”.
“La verdad es que no quiero ni puedo estimular peleas entre compañeros pero tampoco puedo convalidar el equivocado mecanismo de que cualquier diferencia o crítica desate el disciplinamiento. La única pelea en la que todos los días pongo cuerpo y alma es la pelea contra Milei y sus políticas de exclusión y crueldad”, siguió quien fuera ministro de Economía de Cristina Kirchner.
En una parte de su exposición, envió un mensaje a La Cámpora, pero sin mencionarlos: “Últimamente sectores de nuestra fuerza política, con quienes a veces tengo diferencias pero también un recorrido común, afecto y coincidencias, han decidido criticarme mucho y acompañarme poco. Sinceramente, me cuesta entenderlo pero no tuve ni tengo la necesidad de agredir a nadie para expresar el reclamo de un mayor respaldo al gobierno provincial. Sobre quienes forman parte del gabinete, estoy orgulloso del trabajo que vienen haciendo y que deseo que sigan realizando”.
“Por favor, encontremos la unidad y dejemos de reproducir metodologías y conductas que nos trajeron hasta acá. Que nadie espere de mí que libre una guerra interna, la historia no nos lo perdonaría y el futuro tampoco. Cristina está en el corazón del pueblo, también en el mío y no tengo que rendir examen de ese sentimiento”, concluyó.
Una interna que dejo al PJ al borde de la fractura
Ayer, Cristina Kirchner avanzó con la conformación de las candidaturas para ir por la presidencia del PJ Nacional. Además, durante una reunión en la sede de SMATA, que conduce Ricardo Pignanelli, quien fue elegido por la ex presidenta como uno de los candidatos a vicepresidente al PJ Nacional, expresó: “Los Poncio Pilatos y los Judas en el peronismo no van más”.
La cronología de los últimos sucesos de la vida peronista explican, con absoluto detalle y precisión, la crisis interna que vive la fuerza política. Kicillof pidió la unidad, Quintela evitó sellar un acuerdo con CFK en el PJ Nacional, la ex mandataria presentó su lista para competir por la presidencia del partido y acusó de traidor al gobernador bonaerense. Punteo acotado de tres días donde hubo una guerra sin trincheras. No se midieron las consecuencias de las palabras y los gestos. No fueron horas para los grises.
Entre algunos dirigentes cercanos a Kicillof hay una coincidencia en el análisis sobre los sucesos acontecidos. “Lo de Cristina es un gesto de debilidad”, sostienen. Y lo argumentan: “Le molesta la centralidad que logró Axel en el acto y que no puede ordenar la interna del PJ”. Advierten que, siendo la dirigente más importante del peronismo, no logró el consenso necesario para conducir el partido.
En el kirchnerismo entendieron que el discurso del Gobernador fue una puesta en escena. El lanzamiento de su candidatura presidencial. No le creyeron. El problema no es solo el presente, sino el futuro. Ya no le creen. Algo se rompió. A partir de hoy en el kirchnerismo se camina por veredas separadas. Ellos y nosotros, la lógica K de siempre, pero ahora aplicada bajo el mismo techo.
“Si no fuera por Cristina, Axel estaría dando clases en una Universidad”, sentenció un funcionario K, molesto por considerar que se olvidó de cómo llegó hasta la silla de gobernador. Una voz potente de La Cámpora fue más contundente: “Es un desagradecido. Se cree con una inteligencia superior y de política no sabe nada. La quiere jubilar a Cristina”. Ya no hay filtros. No hay matices. Kicillof se convirtió en el principal enemigo interno del cristinismo y el camporismo. El traidor que quiere componer una nueva canción. Así lo configuran en el núcleo más duro del kirchnerismo.
En las últimas horas perdieron sustento las proyecciones optimistas que flotaban en el peronismo sobre una posible unidad de todos los sectores, tras la muestra de buena voluntad del gobernador bonaerense. “Al final vamos a estar todos juntos”, aseguró una funcionaria cercana a la cúpula cristinista. Se había ilusionado con la frase de Kicillof en Berisso. Eso de que “los días más felices fueron con Cristina”. La definición de unidad quedó rápidamente vieja. La acusación de CFK sobre Kicillof parece generar un punto de no retorno. Un quiebre impensado, pero real y profundo.
Tras el comunicado de Kicillof, lo único que resta ahora es que el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, oficialice su lista con la con la que competirá con Cristina Kirchner. Según pudo confirmar Infobae, no existe ninguna negociación abierta para buscar un punto de encuentro, y la confrontación electoral de octubre parece inexorable.