La interna del Partido Justicialista no para de crecer. A la disputa entre Cristina Kirchner y Ricardo Quintela por la presidencia del partido nacional se le sumó en las últimas horas las duras críticas de la exmandataria hacia quien hasta no hace mucho tiempo era su “hijo político”: Axel Kicillof. La expresidenta tildó al gobernador bonaerense de “traidor”, lo que dejó al partido al borde de un quiebre histórico.
Ante esa situación, el gobernador de La Rioja volvió a ratificar hoy que competirá con Cristina Kirchner para presidir el partido, y si bien pidió “bajar los decibeles” en la disputa interna, dejó un fuerte mensaje al pedir “cuidar y proteger” a Kicillof.
“Hay que proteger y cuidar a Kicillof porque es la única alternativa que tenemos hoy por hoy los argentinos. Por eso hay que protegerlo. Por eso le pedí que no se metiera para que no se genere ningún tipo de suspicacia. La verdad es que está teniendo un rol importantísimo y debe asumir la responsabilidad de ese rol y no inmiscuirse en este tema para que podamos tener una competencia lo más tranquila posible basada en ideas, en propuestas y con un cambio de métodos, procedimientos”, afirmó sobre el funcionario bonaerense, con quien aseguró tener “excelente diálogo”.
Y agregó: “No es Cristina el problema únicamente. Creo que el problema es que hay un cansancio, por lo que hay que modificar muchas cosas; entre ellas, conductas, métodos, formas, actitudes, gestos, sistemas de comunicación con nuestra gente, lenguaje. Inclusive hay un cansancio de cierta dirigencia, en la cual me incluyo aunque puedo ser un poco más nuevo”.
Respecto de la escalada del conflicto interno en el PJ, aseguró que “es imprescindible bajar un poco los tonos” porque se requiere generar un espacio para “fortalecer el peronismo” y “construir consenso” con otras fuerzas políticas y sociales. Llamó a organizar el partido de forma tal que “todos los compañeros” se sientan “contenidos”.
El mandatario de La Rioja opinó que, con la irrupción de la figura de Javier Milei, se terminó un “método de hacer política” y que la sociedad “no mira para atrás”. “Yo mismo me considero una transición en caso de que el afiliado me dé la posibilidad de conducir. Me tendría que encargar de generar las condiciones para las nuevas generaciones con métodos diferentes y actitudes diferentes para que puedan constituir un proyecto mucho mayor que supere los límites del movimiento nacional justicialista”, sostuvo.
“Estamos tratando de armar una propuesta que tenga cuatro o cinco personas conocidas, de los viejos, y el resto gente nueva, lo más federal posible. Y que se empiecen a conocer, a sentir, voces distintas, más provincianas, que puedan transmitir lo que está sintiendo la gente de las distintas provincias. Los últimos cuatro presidentes fueron todos de Capital”, precisó.
Quintela también habló en Radio 10 y sostuvo que su rol será trabajar en “garantizar que el justicialismo se pueda ordenar”. En ese sentido remarcó su deseo de que “puedan volver muchos compañeros: Schiaretti, Urtubey, Pichetto, Rovira, Camaño, el flaco Randazzo. Son peronistas que tienen la concepción del peronismo y tienen que venir a aportar y fortalecer al movimiento nacional”.
“Cristina me merece respeto, admiración y cariño. Pero es tiempo para otra generación, con energía nueva, renovada y nosotros tenemos que ayudar y fortalecer”, remarcó el gobernador riojano, quien se refirió a la reunión frustrada entre él y Cristina Kirchner, prevista originalmente para el último viernes. “No sé por qué no se dio la charla con Cristina. Le mandé un mensaje a Mariano (el secretario de la ex presidenta). Creo que no podía. No sé. Hoy ya no hay tiempo”, dijo.
“Los Poncio Pilatos y los Judas en el peronismo no van más”
Las fuertes acusaciones de Cristina Kirchner contra Kicillof se dieron ayer durante una reunión en la sede de SMATA, que conduce Ricardo Pignanelli, quien fue elegido por la expresidente como uno de los candidatos a vicepresidente al PJ Nacional. “Los Poncio Pilatos y los Judas en el peronismo no van más”, sentenció, en referencia a quien firmó la sentencia de muerte de Jesús y luego se lavó las manos para dar una señal de que no tenía responsabilidad.
Según pudo reconstruir Infobae a través de fuentes gremiales, la exmandataria tuvo una reunión con sindicalistas, intendentes y dirigentes políticos horas antes de cerrar la lista para su candidatura al PJ Nacional. Sin nombrarlo, mostró todo su enojo y decepción con Kicillof. “No estamos eligiendo entre San Martín y Belgrano. Me hace ruido y me provoca dolor que haya gente que no se defina”, dijo por la disputa entre ella y Ricardo Quintela.
“¿Alguien se imagina a un ministro de Néstor Kirchner juntando avales para Chiche Duhalde en 2005 o un ministro mío juntando avales para De Narváez en 2009? ¿Qué estás haciendo hermano? Hacete cargo”, expresó. Quienes formaron parte del acto la notaron molesta y contundente en sus palabras. Sin margen a la doble interpretación.