En los próximos días se terminará de definir quién será finalmente el reemplazante en la Cámara de Diputados del recientemente fallecido legislador del PRO por Tierra del Fuego, Héctor “Tito” Stefani.
La ley de paridad de género establece que tiene que ser un varón, y quien aparece primero en la lista es Ricardo Garramuño, quien figura como suplemente de la lista de Juntos por el cambio en la Isla; es hijo del ya fallecido ex senador Jorge Garramuño.
La definición está tardando porque quien estaba segunda después de Stefani en la lista de Juntos por el Cambio era la radical Dalila Nora, quien ya adelantó que irá a la Justicia para resolver la discusión.
La fueguina, abogada de profesión, entiende que la Constitución está por encima de la ley de paridad de género y que debería ser ella quien asuma en lugar de Stefani. Para Nora, la justicia electoral es quien tiene que definir la cuestión del reemplazante de Stefani. La radical dijo a los medios locales que se la está “discriminando por ser mujer”,
“Soy titular y están planteando una discriminación de género. El artículo tercero de la ley no da lugar a duda porque dice que hay que agotar los titulares”, enfatizó.
Más allá de la disputa legal, en el Palacio Legislativo dan como un hecho que será Garramuño quien acceda a la banca que quedó vacante. El problema que enfrenta el bloque PRO es que el fueguino tiene una estrecha relación con el presidente de Encuentro Federal, Miguel Ángel Pichetto.
Garramuño no es del PRO, sino que es el vicepresidente de la agrupación local Somos Fueguinos, que en la última elección se integró a Juntos por el Cambio. El partido de la Isla tiene un perfil anti k y se encuentra enfrentado al gobernador Gustavo Melella, del partido Concertación Forja, que forma parte del conglomerado de espacios kirchneristas.
En las últimas elecciones, el vicepresidente de Somos Fueguinos ingresó como primer suplente de la lista de Juntos por el Cambio a instancias de Pichetto, que en ese momento militaba en las filas del macrismo como una especie de extrapartidario del PRO, la Coalición Cívica y la Unión Cívica Radical.
Esa relación, con el grado de cercanía entre Garramuño y Pichetto, es la que todos observan, por lo que se abre la posibilidad de que, una vez que jure, el PRO pierda un voto en manos de Encuentro Federal.
Algo similar sucedía hace pocas semanas, pero en ese caso el beneficiado fue el partido amarillo, en la previa a la votación por la insistencia de la ley de movilidad jubilatoria que vetó el presidente Javier Milei.
En el inicio de la sesión especial se aceptó la renuncia del diputado radical por Entre Ríos, Pedro Galimberti, quien presentó su dimisión a la banca para asumir en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, el ente binacional que controla la represa.
Luego se tomó juramento a Nancy Ballejos, una dirigente del PRO de Entre Ríos, lo que generó que el radicalismo perdiera una banca y el sector que conduce Cristian Ritondo ganara una, convirtiéndose en la segunda minoría detrás de Unión por la Patria.
El caso de Ballejos, que asume en lugar de un hombre, no es comparable al de Nora porque, a diferencia de lo que sucede en Tierra del Fuego, en la lista de Juntos por el Cambio de Entre Ríos no quedaban varones para suplantar a Galimberti; por eso le tocó a una mujer.