Como en el popular juego de la oca, en el que se avanza y se retrocede de manera constante, la relación entre Javier Milei y Mauricio Macri tuvo en estas horas cierto nivel de progreso con el entendimiento entre el Gobierno y el PRO con la incorporación la nueva secretaria de Energía, cuyo desembarco fue avalado orgánicamente por primera vez por el ex presidente tras la última reunión que mantuvo a solas, hace algunas semanas, con Santiago Caputo, el asesor todoterreno del Ejecutivo.
“Acá no hay una discusión sobre la política energética, ahora vamos a ver como funciona”, aclararon sin embargo ayer colaboradores de Macri después de su paso por Mar del Plata, la ciudad balnearia en la que se entrevistó con el intendente Guillermo Montenegro, funcionarios y concejales del PRO, emprendedores y un grupo de empresarios con los que almorzó en la selecta cava del restorán Sarasanegro, sobre la calle San Martín.
Anoche, desde el macrismo insistieron en ser prudentes con la designación de María Tettamanti, de extensa trayectoria en el sector de la distribución del gas natural. Fuentes de la industria también la asociaron en su momento a Alejandro Macfarlane, un empresario amigo del ex jefe de Estado -asistió a su cumpleaños hace poco más de un mes en un salón del barrio porteño de Palermo-, accionista de Cammuzzi, la distribuidora en la que Tettamanti se desempeñó como directora general hasta el año pasado.
Cuando el consultor Caputo le pidió a Macri en la última reunión una colaboración puntual para el área, enfrentado al saliente Eduardo Rodríguez Chirillo, el jefe del PRO le envió a los pocos días a Emilio Apud, asesor en el rubro que trabajó para la campaña de Patricia Bullrich, a conversar con Daniel González, el controller de los Caputo -Santiago y el ministro de Economía- en Energía y Minería. De esos contactos surgió el entendimiento que terminó con la designación de Tettamanti que se hará formal en las próximas horas.
Pero más allá de este nombramiento, las tensiones entre La Libertad Avanza y el PRO siguen tan vigentes como en los últimos meses. Un equilibrio permanente que sufre frecuentes inestabilidades por la disputa de poder entre el “triángulo de hierro” y Macri. “Es lo que se está discutiendo, poder, es normal”, lo relativizó un ex funcionario que trabaja para el ex presidente.
Para el ex mandatario y sus colaboradores, el asesor estrella de Milei juega su propio partido. Para ellos, es “anti PRO” y “anti Macri”. “Accede a este tipo de acuerdos más por un pedido del presidente que por algo genuino”, insistieron fuentes macristas. El mandatario, para colmo, no delega; se desentiende, con excepción del área económica. Ahí es donde mejor talla Caputo, por un lado, y Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem, con el que el asesor arrastra desacuerdos, por el otro.
El ex presidente y Caputo tuvieron su pico máximo de tensión meses atrás, cuando la oposición y los aliados, especialmente el macrismo, voltearon el DNU que asignó $100.000 millones adicionales y discrecionales a la SIDE, un terreno alambrado por el asesor todoterreno. Por entonces, el ex jefe de Estado ya se había ocupado de ponerle el ojo, en público y en privado, al ex discípulo de Jaime Durán Barba. “El mayor mérito de Mauricio fue que lo sacó de la cueva”, explicó un ex ministro de Cambiemos.
Tras el encuentro que el consultor y el jefe del PRO mantuvieron hace algunas semanas en una oficina cercana a la Casa Rosada, después de meses de notables reproches por parte de Macri por el funcionamiento del sistema de toma de decisiones ejecutado por el asesor principal del Ejecutivo, Fernando de Andreis, uno de los dirigentes más cercanos al ex mandatario, posteó en sus redes: “Como el escorpión que mata a la rana que lo está ayudando a cruzar el río, no pueden resistirse, está en su naturaleza”.
Tuvo un único destinatario, Caputo, que desde una de sus cuentas anónimas (@kepler86b), le respondió: “Xq le decís escorpión a Mauricio, que te apoyó toda la vida? No seas escorpión vos también”.
Es que, más allá del resultado materializado este jueves, con la designación de Tettamanti, desde la conducción del PRO aseguraron a este medio que la reunión fue “mala”. “Intrascendente”, señaló una fuente. Atravesada por reproches, y un nivel de desconfianza muy alto que difícilmente vaya a disiparse durante el resto del mandato.
Es más: desde el macrismo subrayaron ayer en que el desembarco de la nueva secretaria de Energía se trató de un proceso que siguió de primera mano Apud, y que Macri solo lo supervisó desde Estados Unidos. El experto en energía aportó con la Fundación Pensar un listado con entre cinco y seis candidatos. En ese viaje, con escala en Nueva York, el ex presidente visitó de paso la casa de Sergio “Kun” Agüero en Miami, donde pasó el cumpleaños de su hija Antonia junto a Juliana Awada y la familia del ex futbolista.
Las próximas semanas serán, en ese sentido, decisivas para la convivencia y los acuerdos políticos entre LLA y el PRO. Por la alianza parlamentaria que el oficialismo y el partido amarillo logren robustecer en cabeza, por el lado del macrismo, de Cristian Ritondo. Y por la posibilidad de que en el corto plazo puedan incorporarse otros cuadros técnicos del macrismo, de manera institucional, en una negociación global entre el gobierno y el ex mandatario.
No hay, de todos modos, nada concreto, al menos por ahora. Sí se habló en estos días de un ofrecimiento que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, le transmitió a Macri para reemplazar a Leila Gianni en el área de Legales de esa cartera. Pettovello y Macri tienen un vínculo fluido. Se conocieron, como publicó este medio, meses atrás, en una oficina de la zona de Retiro, cerca del microcentro porteño, por intermedio de Matías Kelly, un importante asesor de la ministra. Después de ese encuentro, fortalecieron la relación. El jefe del PRO conoce a la perfección la enemistad manifiesta que hay entre ella y Caputo.
Macri está incómodo. Sabe, como suele decir el alumno de Durán Barba en privado, que la consola de videojuegos Playstation se vende con un solo joystick, y que ni el presidente ni su entorno están dispuestos a comprarse otro. Sabe, además, que buena parte del electorado que se inclinó por el PRO en las elecciones generales del año pasado ya se mudó a La Libertad Avanza, que el espectro de la centroderecha ahora es ocupado por el presidente, y que el partido que fundó hace más de dos décadas corre el riesgo de ser absorbido en su totalidad por LLA en las elecciones del próximo año.
Para colmo, coincide con el trazo grueso del programa económico y el plan de estabilidad de la macroeconomía, aunque tiene serios reparos con la gestión diaria, una constante en sus comidas nocturnas con Milei en Olivos.
Ayer, por ejemplo, en la charla de una hora y media que encabezó con el intendente Montenegro y su mano derecha, Alejandro Rabonovich; funcionarios, concejales del PRO y comerciantes de General Pueyrredón en un espacio cultural marplatense se mostró muy proclive al relato libertario. Para algunos, sorprendentemente libertario. Se refirió al ministro de Economía como su “amigo ‘Toto’ Caputo”, dijo que con “el acceso al crédito” los comerciantes “pueden comprar más”, y habló de la “estabilidad de la macro” en una hora y media de conversación en la que estuvo muy atento. Se mostró incluso fascinado con la gestión de Montenegro: “Claro, gestión sin guita, le parece fantástico”, bromeó uno de los presentes.
Macri pidió también reunirse con una agrupación de universitarios locales del PRO, que tienen entre sus filas militantes de LLA y que no están de acuerdo con las medidas de estas fuerzas en torno al conflicto universitario. En Mar del Plata está previsto que este viernes aterrice Milei, que sería recibido en esa ciudad por el intendente.
En simultáneo a la puja global, desatada a nivel nacional por el rumbo del proyecto libertario, para el ex presidente hay un factor clave en la disputa con el Gobierno: la Ciudad de Buenos Aires, es decir, la casa matriz del PRO, gobernada por ese sector de manera ininterrumpida desde el 2007, ahora en manos de Jorge Macri.
El PRO siempre ordenó sus internas desde la Ciudad. Es el distrito que los Macri no pueden darse el lujo de perder. El sostén simbólico y político, pero también económico, en todos los sentidos, de ese espacio. Que renueva, en el 2025, las tres bancas del Senado.
En estos días, en el corazón del macrismo porteño empezaron a esparcir la versión de que irían separados próximo año con La Libertad Avanza. Hay serias sospechas, por parte del PRO, de que Karina Milei quiere ser la que termine de una buena vez con la hegemonía amarilla en ese territorio. En los papeles, ungió de hecho a la legisladora María del Pilar Ramírez como presidenta de LLA, y avaló que saliera con los tapones de punta públicamente en contra del código urbanístico que el jefe de Gobierno aprobó hace algunas semanas en la Legislatura con mucho ruido. De hecho, tuvo que intervenir su propio primo, que también se involucró personalmente en el conflicto por la coparticipación y en el traspaso de las 31 líneas de colectivos que transitan la Ciudad.
En ambos campamentos aseguran que la disputa recién empieza.
Hay otra discusión en el ámbito del Congreso que en estos días también empezó a revitalizarse: es la designación de los tres auditores de la Auditoría General de la Nación (AGN) correspondientes a la Cámara baja, aún sin acuerdo entre el PRO, el oficialismo, la UCR, la bancada de Miguel Ángel Pichetto y el peronismo.
En todos los bloques resaltaron que, antes de fin de año, y después de meses de desacuerdos, podría haber novedades. Hasta ahora, se había hablado de Mario Negri, Jorge Triaca y un dirigente del PJ como los postulantes para esos sillones bien codiciados.
En los últimos días surgió una versión en torno a que otra vez volvió a colarse en la discusión el nombre de Santiago Viola, un abogado muy cercano a la influyente secretaria General de la Presidencia. Y que habría existido una negociación entre un enviado muy importante de La Cámpora y Martín Menem, el presidente de Diputados, para acercar posiciones.
En oficinas del Congreso explicaron a este medio que, de todos modos, podría tratarse de una operación. De esas que abundan cada tanto.