El bloque de la Unión Cívica Radical en la Cámara de Diputados parece haber llegado al límite. Las últimas discusiones más importantes que se dieron en la Cámara Baja fueron proyectos que surgieron del bloque y que sufrieron el veto presidencial, y luego la pérdida de la insistencia por votos en contra que también provinieron del propio bloque.
Aunque desde el pasado 10 de diciembre el bloque se lanzó en un proceso de coqueteo con el oficialismo, la estructura interna se fue resquebrajando, pero “aguantaba” y no se rompía. La decisión que tomaron cinco miembros del bloque de “saltar” y acompañar al oficialismo en dos ocasiones en contra de los proyectos de su propio partido terminó de quebrarlo. La movilidad jubilatoria dejó todo al borde del abismo, y votar en contra de los presupuestos universitarios fue el empujón final.
En ese contexto, hoy a las 18:30 habrá una nueva reunión de bloque en la que un grupo de legisladores pedirá que se tome una decisión respecto de la continuidad o no de los “radicales peluca”. La intención de quienes solicitaron el encuentro es expulsar al tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat, el correntino Federico Tournier (el único no afiliado al partido), el misionero Martín Arjol y el neuquino Pablo Cervi.
Esta no es la primera reunión que se pide para tratar este tema. El dato importante a tener en cuenta es quiénes solicitaron la reunión: no fueron los sectores de Evolución Radical (Martín Lousteau) ni los que responden a Facundo Manes, que vienen enfrentados con la conducción del bloque a cargo de Rodrigo De Loredo, sino los “neutrales”, los diputados Julio Cleto Cobos y Mario Barletta, dos hombres de peso dentro del partido y con una fuerte ligazón a las universidades.
Los más expuestos a la expulsión son Campero, Picat y Arjol —Tournier no está afiliado al partido y Cervi se abstuvo en la votación por las universidades—. Y el tucumano es quien genera el mayor nivel de rechazo. Se tomó una selfie en el encuentro con Milei y, después de la reunión de bloque donde se discutió por primera vez su expulsión, salió y se fue al asado de los “87 héroes” en la Quinta de Olivos con una botella de vino bajo el brazo.
La diputada Mariela Coletta fue tajante: “Si no se van voluntariamente, hay que expulsarlos del bloque”. Esa es la postura que lleva buena parte de los 33 que conforman el bloque. Sin embargo, como esta discusión ya se dio con posterioridad al debate de la movilidad jubilatoria y en ese momento ganó la posición de mantenerlos adentro, la posibilidad de que se repita esa situación no deja salida para la diputada porteña. “Si no son expulsados, voy a plantear que nos vayamos”, afirmó.
La idea de que el radicalismo vuelva a tener dos bloques, como sucedió hasta el pasado 10 de diciembre —UCR y Evolución—, sobrevuela entre los legisladores que entienden que están agotadas las instancias con los “radicales peluca”.
Un dato no menor es que los radicales violetas no estarán en la reunión del bloque porque se encuentran en Brasil en un encuentro de “agrodiputados” del Mercosur. Aunque no se los ha visto muy presentes en los últimos encuentros, Campero suele asistir y tensiona el debate en cada oportunidad, asegurando que no se irá del bloque.
”Hay sectores que no van a las reuniones de bloque si están ellos, porque entienden que son espías de la Casa Rosada. ¿Cómo hacemos para discutir una estrategia parlamentaria, definir qué y cómo vamos a trabajar ciertos proyectos si están ellos, que después van y se juntan con el Gobierno?”, se preguntó uno de los diputados que los señala como “espías” de La Libertad Avanza dentro del bloque.
Todo depende del sector que responde a Rodrigo De Loredo. Hasta ayer no tenían una postura definida, pero son quienes pueden inclinar la balanza para uno u otro lado. A favor de la expulsión hay 14 votos, y se necesitan 17 para tomar la decisión.
Este debate se da en medio del análisis del Presupuesto 2025, en el que un sector del bloque de la UCR está trabajando en conjunto con Encuentro Federal, la CC y parte de los diputados provinciales en un dictamen propio que busca recortar fondos a la Secretaría General de la Presidencia —Karina Milei— y a la SIDE —Santiago Caputo—, para financiar la educación pública, que tiene recortes en términos reales, y la movilidad jubilatoria, que el Gobierno vetó.