La Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) firmó un polémico acuerdo con la señal internacional de propaganda rusa RT en Español para que dicte un seminario de posgrado “enfocado en trabajo periodístico en canales globales”.
Según informó la casa de estudios dirigida por la decana kirchnerista Ayelén Sidun, el canal acusado de crear campañas de desinformación para defender al régimen de Vladimir Putin en América Latina estará a cargo del ciclo “Trabajo periodístico en canales globales de noticias: creación, difusión y diseño de noticias en los procesos de mundialización” y buscará “integrar la reflexión teórica con la práctica analítica, centrándose en el rol de la producción audiovisual en el contexto actual”.
Sidun, ex funcionaria de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires y promovida como decana por su antecesora Florencia Saintout, aseguró que la iniciativa se alinea con los principios de la institución. “En la Facultad militamos otro modo de hacer periodismo, ponemos énfasis en la mirada crítica de la comunicación y combatimos a los medios como empresa; por eso nos interesó tanto esta propuesta”, aseguró.
Sin embargo, el canal RT en español, anteriormente conocido como Russia Today, parece tener otros propósitos. Fue creado en 2009 con la intención de alinear un relato militante sobre el régimen de Putin y llegó a la plataforma estatal de la Televisión Digital Argentina en 2014, tras una decisión de la entonces presidenta Cristina Kirchner. La señal está a cargo del Ministerio de Desarrollo Digital de Comunicaciones y Medios y es financiada por el gobierno ruso.
Si bien se presenta como un canal de noticias y sus sitios web, la señal fue acusada en varias oportunidades de difundir campañas de desinformación al servicio del zar ruso. En febrero de 2022, cuando Rusia invadió Ucrania en una guerra que todavía continúa, varios países de la región decidieron restringir o directamente prohibir a RT por difundir propaganda de guerra o directamente mentir sobre los bombardeos.
Recientemente, el gobierno de los Estados Unidos acusó a RT de formar parte del aparato de inteligencia ruso. “Nuestro antídoto más poderoso contra las mentiras de Rusia es la verdad”, dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. A la par, Meta, propietaria de Facebook, Instagram, WhatsApp y Threads decidió prohibir transmisiones en vivo de RT por considerar que realizan “operaciones de injerencia en otros países”. YouTube hizo lo mismo.
La Facultad de Periodismo de la UNLP acumula otras decisiones controvertidas. En su etapa como decana, la ex diputada de Unión Ciudadana Saintout le entregó el premio “Rodolfo Walsh” al dictador Hugo Chávez, al ex presidente ecuatoriano prófugo de la justicia de su país Rafael Correa y al boliviano Evo Morales, acusado por parte de su propio partido de promover un golpe de estado contra el actual presidente Luis Arce. También condecoró a la militante condenada Milagro Sala.
El año pasado, en medio del proceso electoral, Saintout y Sidun fueron las caras visibles de un comunicado que repudió una invitación que había recibido el periodista Alejandro Fantino para dar una charla en la Facultad. Entre los argumentos que esgrimía la institución para repudiar la presencia del reconocido comunicador, le endilgaban “su rol en la conducción de programas con evidente sentido patriarcal y machista hasta su protagónica participación en operaciones de prensa en la modalidad lawfare contra líderes y liderezas populares y con discurso de odio contra minorías y diversidades”.
En el comunicado, también cuestionaron la participación de Fantino en el encuentro anual de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina, que se llevó a cabo en el marco del 200° aniversario de las relaciones bilaterales entre ambos países, con un espacio denominado Conversaciones AmCham: ciclo “Protagonistas políticos”, “donde entrevistó a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich”.
La desinformación al servicio de Putin
En los meses previos a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, Russia Today (RT) y Sputnik, medios de comunicación controlados por el Kremlin, fueron objeto de críticas por su papel en la difusión de desinformación y propaganda. La subdirectora de la edición en español de RT, Inna Afinogenova, minimizó las advertencias de una invasión inminente. En su programa “¡Ahí les va!” del 1 de diciembre de 2021, afirmó: “Llegará enero, después febrero y marzo, acabará 2022 y seguro que en los medios seguirán leyendo que la invasión es inminente”. Según Afinogenova, quienes advertían de una posible invasión “lo tienen perfectamente calculado”.
Mientras tanto, fuentes oficiales de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos alertaban entonces que Rusia se preparaba para un ataque a Ucrania. A finales de 2021, tropas rusas se concentraban en la frontera ucraniana. Desde Moscú, se afirmaba que se trataba de maniobras militares, mientras que Occidente denunciaba los preparativos de una invasión.
El 16 de febrero, el programa “El Zoom” de RT emitió un reportaje titulado “Historia de una gran histeria: ¿Invasión inminente de Rusia a Ucrania?”, donde el presentador, Javier Rodríguez Carrasco, advertía del riesgo de vender “titulares tremendistas” en torno a un conflicto bélico. “A quienes juegan con la guerra se les debería caer la cara de vergüenza”, señaló Carrasco. El 24 de febrero, cuando finalmente Rusia invadió Ucrania, la narrativa de RT y Sputnik se transformó rápidamente para justificar la agresión militar.
El 27 de febrero, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, anunció la prohibición de ambos medios en Europa: “Prohibiremos las máquinas de comunicación del Kremlin en la UE. Los medios estatales Russia Today y Sputnik no podrán difundir más sus mentiras para justificar la guerra de Putin”. Esta medida fue aplicada por el Consejo Europeo a partir del 2 de marzo, argumentando que RT y Sputnik son esenciales para apoyar la agresión militar rusa.
La guerra ya lleva más de dos años e incontables violaciones a los derechos humanos por parte de Rusia que RT se empeña en tapar o justificar.
Desde entonces, el acceso a RT y Sputnik se ha bloqueado en la UE, pero aún es posible visualizar su contenido mediante redes privadas virtuales (VPN) o utilizando “mirrors” (copias de sitios web). Según el abogado y periodista Pablo Romero, la Comisión Europea ha tenido que solicitar a cada red social que bloquee las URLs específicas, pero la difusión se mantiene activa desde Latinoamérica y otros países fuera de la jurisdicción de la UE.
Carlos Elías, catedrático de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, señaló a Infobae en aquel inicio de la invasión que RT y Sputnik difunden su contenido a través de sus plataformas digitales, que es posteriormente amplificado por redes sociales mediante el uso de bots y otros medios automatizados. “El cerebro humano no está hecho para la verdad. Lo que llamamos ‘sesgo de confirmación’ consiste en consumir aquella información que ratifica lo que pensamos”, explicó Elías.
Una periodista que trabajó en RT y prefirió mantener el anonimato por razones de seguridad comentó que los trabajadores del medio deben firmar un contrato de confidencialidad con multas que superan los 46.000 euros por romperlo. Esta cláusula se mantiene vigente hasta 20 años después de abandonar la empresa. Además, ex empleados indicaron que en los últimos meses, tras el inicio de la guerra, la información difundida por RT se centró en acusar a Ucrania de genocidio en el Donbás y de tener vínculos con el nazismo.
En respuesta a la invasión rusa, varios periodistas de RT dimitieron. Shadia Edwards-Dashti, corresponsal en Londres, anunció su renuncia en Twitter el mismo día del ataque. “Lamento haber dejado ahora RT. Mucha suerte a todos mis antiguos compañeros”, escribió Edwards-Dashti.
Desde la perspectiva internacional, la posición crítica hacia RT y Sputnik no es nueva. En 2017, el presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que durante su campaña presidencial ambos medios “no se comportaron como organizaciones de medios y periodistas” y los acusó de actuar como “agencias de influencia y propaganda” del Kremlin.
Ahora, en la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata les pedirán consejos.