El ministro bonaerense de Transporte, Jorge D’ Onofrio, explicó esta mañana que sus dichos de ayer sobre una potencial escisión de la Provincia de Buenos Aires del resto del país fueron una forma de plantear una discusión sobre la coparticipación.
“En la misma nota yo digo que no creo que sea ese el camino. Lo que estoy planteando es que, entre los debates que debemos tener, está el de la coparticipación. Claramente dejé a salvo que no me quería convertir en un vasco bonaerense”, aclaró D’Onofrio en diálogo con Radio Rivadavia. Para fundamentar su análisis, explicó que la jurisdicción aporta casi el 45% del PBI del país y recibe solo el 22 por ciento.
El funcionario bonaerense generó sorpresa ayer cuando planteó la idea. Al ser consultado sobre la intención de Cristina Kirchner de presidir el PJ, indicó que existen discusiones más importantes y habló de una posible reforma constitucional para que la provincia de Buenos Aires saliera del Estado Nacional.
Hoy justificó su respuesta: “No es una amenaza, es un planteo que algunos se lo hacen”.
“Yo no lo creo, lo que afirmo es que hay que discutir el tema de la coparticipación. Es más horroroso lo que plantea el presidente, que es el topo que viene a destruir el Estado, que negar una posibilidad de que realmente nos ponga al borde de la disolución de los argentinos”, desarrolló.
Al ser consultado por el periodista Marcelo Longobardi sobre si Javier Milei lleva a la Argentina al límite de la disolución, afirmó: “Si es el que viene a destruir el Estado, es un peligro”.
Por otro lado, desmintió que Sergio Massa le haya pedido la renuncia, tras la polémica generada por sus dichos: “Mi relación con Sergio, de toda la vida, es, fue y será la mejor. Militamos en el mismo espacio, somos amigos y está muy lejos esa versión que ha corrido en algún momento”.
El funcionario de Kicillof también apuntó contra el Gobierno Nacional y las medidas que van “en contra” de su jurisdicción, como la desregulación de transporte de media y larga distancia dispuesta: “Si se aplicara a raja tabla en la Provincia, más del 70% de las localidades pequeñas de menos de 15 mil habitantes, quedarían aisladas, porque no son rentables”.
El anuncio implica que se desregulará buena parte de las exigencias que tienen las empresas que operan en el sector, entre ellas para la determinación de rutas, recorridos y precios. También se liberarán otras restricciones que permitirán el ingreso de nuevas compañías que operen combis en lugar de micros, y se les habilitará el ingreso a aeropuertos para levantar pasajeros.
El antecedente de la “autonomía” en el 2001
Un mes antes del estallido de la crisis, en noviembre, el entonces gobernador bonaerense Carlos Ruckauf había hecho pública su intención de profundizar la autonomía bonaerense.
En agosto de ese año ya había los bonos bonaerenses Patacón. Se emitieron formato de billete, con la imagen del fundador de La Plata, Dardo Rocha, y denominaciones de 1, 2, 5, 10, 50 y 100, con una equivalencia de 1 a 1 con el peso.
El Gobierno los usó para pagar el medio aguinaldo del sector público, en un acuerdo al que había llegado el entonces ministro de Trabajo bonaerense, Aníbal Fernández, con los gremios estatales.
En paralelo, con el correr de las semanas, comenzó a crecer la tensión con el Ejecutivo nacional por los fondos coparticipables que reclamaban la Provincia y otros gobernadores peronistas.
En este sentido, Ruckauf amenazó con pedir ante la Justicia el embargo de bienes nacionales que se encuentren en territorio provincial para que se cumpla el pago de deudas por coparticipación.
Y, al igual que hizo ahora el ministro D’Onofrio, el entonces gobernador puso en agenda el Pacto de San José de Flores, que abre la puerta para que sea la Provincia la que se quede con el cobro de impuestos aduaneros a las exportaciones que ocurran en territorio bonaerense.
Finalmente el destino político del país llevó a la renuncia a Ruckauf -para asumir como canciller de Eduardo Duhalde-, y le entregó la gobernación a Felipe Solá el 4 de enero de 2002.