Tras la carta que publicó hoy Mauricio Macri contra el manejo de fondos de las universidades y el pedido para “poner fin al uso político de los recursos”, la Universidad de Buenos Aires (UBA) le respondió al ex presidente y actual líder del PRO: lo criticó por “afirmaciones falaces y mal intencionadas” y lo acusó de querer “confundir a la sociedad”.
“Los comentarios del ex presidente están totalmente equivocados. O tiene un profundo desconocimiento sobre el tema o falta groseramente a la verdad”, señaló el comunicado de la UBA que lleva la firma de su rector, Ricardo Gelpi.
En el comunicado emitido este domingo, la reconocida institución explicó que “las Universidades Nacionales son auditadas dentro del marco normativo vigente por la Auditoría General de la Nación (AGN), que audita a todo el Estado Nacional y no solo a las universidades”. Seguido a ello, especificó: “En el caso particular de la UBA, la última auditoria que la AGN realizó, finalizó en el año 2023, tal cual se desprende de la propia página web del organismo”.
Por otra parte, el documento informó que “en las Universidades existen, además, auditorías internas, cuyos responsables son elegidos por cuerpos colegiados, donde todos los claustros están incluidos”, lo cual “marca una importante diferencia con la auditoría interna del resto del Estado Nacional, donde el responsable a cargo es una persona designada exclusiva y directamente por el Presidente”.
“Como si ello no bastara, el Ministerio de Capital Humano, a través de la Subsecretaría de Políticas Universitarias, recibe mensualmente una rendición de ingresos y gastos. Esa información llega todos los meses a -el subsecretario de Políticas Universitarias de la Nación- Alejandro Álvarez, con máximo nivel de detalle según lo estipulado en las leyes de presupuesto anuales y la Ley de Administración Financiera”, resaltó el comunicado.
En otro tramo del descargo, la UBA manifestó: “Adicionalmente, dos veces por año (con fechas de corte 30/6 y 31/12), la Universidad le remite al Ministerio de Economía (Contaduría General de la Nación) sus estados contables y cuadros de cierre, con la totalidad de los recursos y erogaciones del periodo. Finalmente, toda la información y documentación que recibe el Ministerio de Economía es consolidada y remitida al Congreso de la Nación”.
Para reforzar lo relatado, la institución recordó que “durante el gobierno del Ing. Macri, el Estado Nacional impulsó numerosos convenios de cooperación técnica con nuestra Universidad”. Y fue más allá: “La decisión de su gobierno de solicitar dicha asistencia a esta casa de estudios, como también lo hacen empresas, la Justicia Federal o el Congreso de la Nación, son indicativos del prestigio y la transparencia de nuestra institución”.
“Queremos una universidad pública a la altura de la formación e investigación que nuestra sociedad necesita y ex presidentes que estén a la altura de lo que el debate público necesita: que no falten a la verdad, que no desconozcan lo que administraron”, concluyó la UBA.
El entredicho surgió por las declaraciones del ex primer mandatario, quien afirmó que “la UBA enfrenta una crisis de transparencia” y dijo que “desde 2015 no ha presentado ni una sola factura”, en una definición a tono con la línea del oficialismo, que busca profundizar la auditoría de las partidas que manejan las universidades.
“Lo cierto es que acá no se está discutiendo la autonomía universitaria. Tampoco se está cuestionando el acceso a la universidad ni su funcionamiento. Lo que realmente está en disputa es ‘la suya’: la parte del presupuesto que se desvía hacia la política”, añadió Macri.
El contrapunto se da antes de una semana que será clave para el Gobierno en su intención de sostener el veto presidencial a la Ley de financiamiento universitario sancionada días atrás por el Congreso. Para eso, el Ejecutivo necesita el apoyo total de los diputados y senadores del PRO, la fuerza que conduce Mauricio Macri.
Luego de algunos días de idas y vueltas, y para asegurar el alineamiento con el oficialismo, el Gobierno activó un operativo para apaciguar la ira de sus aliados y seducirlos. Santiago Caputo se comunicó con Mauricio Macri y lo recibió en sus oficinas fuera de la Casa Rosada para escuchar sus planteos. En el entorno del ex presidente habían dejado trascender que estaba incómodo y a punto de pronunciarse en contra del veto de Milei -lo cual bastaría para que naufragara-, así que Milei envió a su consultor a prestarle una oreja a sus reclamos. El asesor estrella del jefe de Estado no le dio respuestas concretas -como otras veces- pero sí le mostró predisposición (aunque luego, dicen, resintió la filtración de esa conversación a la prensa).
En paralelo, también el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, reveló que se había comunicado con el ex jefe de Estado. En su caso, por teléfono. Como en otras ocasiones de necesidad, reconoció públicamente el rol de soporte de Macri.
Las puntadas finales a la malla de contención política se aplicarán mañana en la reunión de la mesa de coordinación legislativa de Francos con el jefe de la bancada de PRO, Cristian Ritondo y algunos de sus soldados que se celebra desde hace un mes en la Casa Rosada, todos los lunes. Y el martes, el Presidente junto a su mesa chica evaluarán el estado de situación en la mesa política de la mañana. Por la tarde, el bloque de PRO se reunirá para unificar posturas, a favor o en contra del veto. Y la sesión para tratar el veto tendría lugar el miércoles