El presidente Javier Milei vetó la ley de financiamiento universitario el pasado miércoles al término de la masiva movilización en defensa de la educación pública. Ahora tanto la Casa Rosada como los referentes libertarios en el Congreso buscan asegurarse los votos necesarios para blindar la decisión presidencial y todas las miradas se concentran en Mauricio Macri.
Tanto el peronismo como el radicalismo y el bloque que conduce Miguel Ángel Pichetto pidieron inmediatamente una sesión especial para insistir con la ley, saben que mientras más cerca de la movilización sea, mayor será la presión social que sientan los diputados y habrá mejores chances de éxito. La fecha elegida fue el miércoles 9 y necesitan el voto de dos tercios de los presentes.
Por su parte, los libertarios tendrán que volver a juntar el apoyo de los 87 “héroes” que frenaron la reforma jubilatoria el mes pasado. Pero el panorama luce mucho más complejo por diferentes razones. Principalmente por las señales de alerta que llegan desde PRO.
Los diputados conducidos por Cristian Ritondo están divididos. Algunos creen que hay que seguir apoyando a Milei sin fisuras y no tienen problemas en pagar el costo político de sostener el veto al financiamiento universitario. En cambios, otros destacan la mala praxis del Gobierno: entiende que la partida presupuestaria no pone verdaderamente en riesgo el equilibrio fiscal, que los libertarios se equivocan en ampliar el conflicto a otros ámbitos por fuera de lo salarial (por ejemplo al denunciar que las universidades inventan alumnos y son focos de corrupción política), y creen que no se tiene en cuenta que muchos diputados y senadores son profesores en esas mismas universidades.
“El costo total del proyecto es 0,14 del PBI. Pero como el Gobierno ya hizo una oferta salarial, deberíamos calcular cuál es la diferencia entre esa propuesta oficial y el 0,14 del proyecto. Tal vez todo este conflicto, que puede seguir escalando, es por un 0,08 del PBI”, explicó una diputada. Muchos de sus compañeros comparten que el costo político es demasiado alto en relación al costo fiscal.
“Es muy difícil, sobre todo para los diputados que son profesores en el interior porque en algunas provincias el tamaño de las facultades es más chico y la relación es más directa. Seguramente va a haber algunos ausentes”, se sinceró otro referente del PRO.
Las primeras señales que llegaron fueron negativas para el Gobierno. Mientras que Mauricio Macri se pronunció a través de las redes sociales inmediatamente después del veto a la reforma jubilatoria, esta vez se mantuvo en silencio y dejó correr las especulaciones. Es más, en la última reunión con senadores amarillos también evitó las definiciones claras. De hecho dijo que la educación pública es una “bandera histórica” de su fuerza política.
Martín Menem sabe que depende de Macri para poder avanzar con la negociación. Sin tener asegurado el apoyo del bloque PRO es aún más difícil lograr un compromiso de otros bloques provinciales que no quieren verse arrastrados a una derrota previsible.
En el entorno del presidente de la Cámara de Diputados reconocen que todo se puede encaminar “con Macri hablando públicamente”. “Macri es el único que puede ordenar esto, además él sabe que las partidas no se pueden indexar por inflación y también que si el PRO no se ordena se va a terminar dividiendo, porque los 14 diputados que responden a Patricia nos van a apoyar”, explicaron a Infobae.
Los libertarios reconocen que la discusión no gira solo en torno a un número. “No es un tema cuantitativo sino cualitativo, estamos discutiendo si pueden sacar leyes sin decir de dónde salen los fondos. Nosotros rechazamos eso contundentemente y por eso el veto es total”, señalaron.
“Nosotros estamos tratando de ‘desindexar’ la economía para no alimentar más la inflación. Macri sabe que no se pueden indexar las partidas, porque mañana van a querer actualizar por inflación otros gastos”, advirtieron. También aseguran que, a diferencia del veto a los jubilados, con la disputa con las universidades no pierden “tantos” votos.
Otra muestra de las dudas internas del PRO quedó evidenciada con claridad con la participación en la movilización del diputado Álvaro González y la senadora Guadalupe Tagliaferri. Héctor Baldassi, que estuvo ausente cuando se ratificó el veto a los jubilados, adelantó que votará a favor de las universidades. “Estoy convencido de que lo único que te saca de la vulnerabilidad es el acceso al estudio y al conocimiento, especialmente en el nivel universitario. Hay que hacer eficientes los recursos, controlar y mejorar, pero la prioridad debe ser el financiamiento de la educación superior”, tuiteó el día de la marcha. También se pronunció en contra del veto el senador Luis Juez.
Los libertarios tampoco tendrán el voto de Oscar Zago, debido a que estará de viaje toda la semana. Desde su entorno aseguraron que estaba planeado desde hace meses y negaron cualquier lectura política. Tampoco estará en Argentina la libertaria Lilia Lemoine, que ya se encuentra en Ucrania para conocer de primera mano las consecuencias de la invasión ordenada por Putin.
Por otro lado, el bloque Innovación Federal también podría retirar su apoyo. Los tres salteños ya dejaron trascender que rechazarán el veto, mientras que sus compañeros de Río Negro y Misiones especularán hasta último momento como suelen hacer. En la votación de jubilaciones se abstuvieron pero se quedaron en el recinto, lo que jugó para el Gobierno porque subió el umbral para llegar a los dos tercios.
Además, dos de los cinco radicales que dieron vuelta su voto y ayudaron a Milei a vetar las jubilaciones también mostraron algunas dudas. Pablo Cervi y Martín Arjol aseguran que todavía quieren dar la discusión interna en su bloque.
“Van a ser héroes o se van a prestar a esta movida opositora”, advirtieron los libertarios, que por estas horas reconocen que todavía no tienen los 87 votos necesarios para evitar una “derrota simbólica”. El lunes, en la nueva reunión de la mesa de coordinación entre el Gobierno y sus aliados, los libertarios jugarán sus últimas cartas. Al día siguiente el bloque de Ritondo definirá su postura.