El ex presidente de Bolivia, Evo Morales, atribuyó la decisión del gobierno de Javier Milei de quitarle el estatus de refugiado en Argentina, una condición que le había otorgado Alberto Fernández a los pocos días de asumir como Jefe de Estado, como una maniobra para “distraer de la grave crisis económica”.
”El gobierno de Javier Milei, enemigo de los pueblos y de la integración latinoamericana, intenta distraer de la grave crisis económica a la que llevó a la Argentina con un comunicado sobre el refugio que ese hermano país me concedió desde diciembre de 2019 hasta noviembre de 2020″, escribió Morales en la red social X.
En su mensaje, el dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS) manifestó su “agradecimiento profundo” al ex presidente Alberto Fernández (2019-2023), y a la ex mandataria y ex vicepresidenta Cristina Kirchner (2007-2015)y “al pueblo argentino por su infinita solidaridad”.
“Por supuesto, desde mi retorno a Bolivia no necesité de esa protección. Finalmente, cada insulto que viene de gente como Milei es solo una señal de que estamos por el camino correcto, al lado de nuestros pueblos”, concluyó.
Alberto Fernández le había concedido el refugio a Morales, con quien era un aliado político regional a finales de 2019, luego de que el líder boliviano abandonara su país denunciando ser víctima de un “golpe de Estado”. El dirigente cocacolero y del socialismo boliviano fue eyectado del poder, en medio de masivas protestas y motines policiales en su contra. Había sido acusado de fraude a su favor en las elecciones presidenciales de ese año, que luego resultaron anuladas.
Ayer, el vocero presidencial, Manuel Adorni hizo un breve anuncio en el que informó lo definido por el Gobierno acerca de ese asunto. “Se ha dado por finalizada la condición de refugiado de Juan Evo Morales Ayma. Fin”, publicó en sus redes sociales.
En otro comunicado, el ministerio de Justicia amplió el sentido de la medida, al señalar que ese estatus “fue utilizado indebidamente como herramienta política” por Alberto Fernández, “omitiendo el cumplimiento de los requisitos que establece” la ley argentina de reconocimiento y protección a los refugiados.
Según la postura del ministerio de Justicia, a cargo de Mariano Cúneo Libarona, “Morales llegó a Argentina tras huir de Bolivia en 2019 luego de intentar perpetuarse en el poder mediante un fraude electoral” y fue recibido “con privilegios injustificados, pese a las graves acusaciones que pesaban sobre él, entre ellas corrupción, fraude electoral y persecución política de opositores”. Para el gobierno de La Libertad Avanza, que el exmandatario volviera a retomar su “liderazgo en la política boliviana” demostrarían “que no enfrenta los peligros que justifican la protección humanitaria del refugio”.
“El estatus de refugiado es un derecho que debe ser otorgado con seriedad, no como herramienta de conveniencia política. Este Gobierno de ninguna manera utilizará los recursos de los argentinos para proteger a criminales, terroristas o intento de dictadores. No ayudamos a quienes siembran el terror y atentan contra la democracia”, señaló el mensaje oficial.
El 12 de diciembre de 2019, Evo Morales arribó a la Argentina, junto a otros funcionarios como el vicepresidente Álvaro García Linera, en condición de asilado político, para luego otorgarles la de refugiados. Antes había ido a México por razones médicas, pero más tarde solicitó poder quedarse en Argentina, donde se encontraban sus dos hijos. El ex presidente de Bolivia realizó ese periplo mediante un operativo secreto desde Cuba y la asistencia de diplomáticos enviados por el entonces presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
Legisladores del gubernamental MAS afines a Morales consideraron que el Gobierno de Milei actuó con “racismo” y “discriminación” al retirarle el estatus de refugiado, mientras que la oposición destacó esa decisión.
Luego de regresar a su país, Evo Morales se vio envuelto desde 2021 en una encarnizada batalla política su ex delfín y actual presidente de Bolivia, Luis Arce, quien también integra el MAS. El dirigente ahora opositor se perfila como candidato para las elecciones del año que viene.
La semana pasada, miles de seguidores de Evo iniciaron una marcha de 187 kilómetros por el altiplano boliviano guiados por el ex presidente, con la consigna de “salvar Bolivia”. La convocatoria apuntaba contra el Luis Arce, al que le adjudican tener el país “hundido” en una crisis económica. Para el actual mandatario boliviano, la protesta busca dar un “golpe de Estado”.