Los sindicatos agrupados en la CGT se hicieron presentes de manera dispar en la Marcha Federal Universitaria. Algunos salieron a la calle con columnas más numerosas y otros, con una participación “testimonial”. Es otro de los reflejos de una división sindical que se manifiesta en un ala dialoguista que selló un acuerdo con el Gobierno y otra combativa, que resiste sus políticas con protestas.
Una de las principales figuras gremiales que se mostró en la calle fue Pablo Moyano, cotitular de la CGT y secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, al frente de una columna compacta, confirmando que lidera el espacio ultraopositor dentro de la central obrera. Hace dos semanas, creó la Mesa Nacional del Transporte, desde donde se convocó a un paro de 24 horas para el 17 de octubre.
El hijo mayor de Hugo Moyano encabezó la semana pasada una conferencia de prensa en la CGT en la que se anunció la adhesión a la marcha universitaria de este miércoles, junto a otro cotitular cegetista como Carlos Acuña (estaciones de servicio), pero a su lado no estaba ningún referente del sector dialoguista y sí, en cambio, algunos aliados del sector docente como Sergio Romero (UDA), secretario de Políticas Educativas de la CGT, además de otros dirigentes que no integran la central obrera como Daniel Ricci, de la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN), y Walter Merkis, de la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (FATUN).
Esa postal se repitió esta tarde en la zona de la marcha, aunque se registró una presencia, aunque sea simbólica, de gremios del ala dialoguista como Sanidad, UOCRA, UPCN y Obras Sanitarias. ¿Por qué no movilizaron a todo el aparato sindical? “No es una marcha de la CGT, aunque compartimos el reclamo por la educación”, respondió a Infobae un dirigente que movilizó sólo a 1.500 militantes.
El caso del Sindicato de Comercio llamó la atención: integra el sector dialoguista, aunque salió a la calle con una columna encabezada por su titular, Armando Cavalieri, y su adjunto, Carlos Pérez. “La educación pública es uno de los pilares más importantes de nuestra sociedad y por eso no podemos permitir que se recorte un derecho que ha sido siempre el motor de ascenso social para millones de argentinos”, declaró Cavalieri. ¿Se terminó la tolerancia de los moderados de la CGT? En realidad, esa postura parece indicar que muchos sindicalistas quieren sintonizar con esa multitud que marchó y que, más allá de la ideología, tiene a la educación como uno de los valores más respetados.
Previsiblemente, fue fuerte la participación callejera de gremios docentes como UDA, que movilizó a afiliados de casi todo el país para integrar una de las columnas más numerosas, al igual que otras entidades sindicales del sector como CTERA, dirigida por Sonia Alesso, y SUTEBA, que lidera Roberto Baradel, además de las dos fracciones de la CTA, encabezadas por Hugo Yasky y Hugo Godoy, y un sindicato de impronta combativa como el de la Federación de Aceiteros, que dirige Daniel Yofra.
Más allá de estar presentes en la marcha, los sindicatos docentes que integran la CGT no sólo apuestan a la protesta: Sergio Romero y Marina Jaureguiberry, titular del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), formaron parte de la delegación de la CGT que este lunes se reunió con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el secretario de Trabajo, Julio Cordero, y el asesor Santiago Caputo.
Si bien Francos ratificó que el Presidente vetará en forma total la ley de financiamiento del sector, les propuso a los sindicalistas integrar una mesa de diálogo con el Gobierno para analizar los reclamos de mejoras salariales. La respuesta fue positiva, pero ratificaron que irían a la marcha.
El sector dialoguista venía negociando con el Gobierno la realización del encuentro en la Casa Rosada, como una forma de formalizar una tregua entre los dos sectores, pese a que todos sabían que era imposible el levantamiento de la marcha universitaria y que será difícil bajar el paro del transporte.
Como informó Infobae, la CGT se llevó más de lo que pensaba de su reunión con los tres funcionarios clave de Javier Milei: logró que el Gobierno diera marcha atrás sobre el artículo anti-bloqueos de la reforma laboral y aceptara consensuar la reglamentación en una mesa de diálogo tripartita. Y, además, el asesor estrella del Presidente les ratificó que el Gobierno no dará su apoyo al “proyecto Tetaz”, como llaman al proyecto de Democracia Sindical que les pone límites y controles al gremialismo y que el jefe de Gabinete había frenado la semana pasada.
Tras la marcha universitaria, se espera que esos acuerdos de la CGT en la Casa Rosada se instrumenten mediante la creación de las mesas de diálogo del sector docente, aunque entre los sindicalistas de la actividad educativa hay pocas esperanzas de tener una respuesta positiva a sus reclamos salariales. Por eso la foto de la masiva movilización puede ser apenas el comienzo de otra etapa de protestas.