La Mesa Nacional del Transporte resolvió este mediodía realizar un paro nacional de 24 horas el 17 de octubre, aunque la aprobación de la medida de fuerza se adoptará formalmente el 8 de octubre durante un plenario de comisiones directivas y delegados de los gremios del sector.
La decisión se tomó en un encuentro realizado en la sede de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), en Bartolomé Mitre 1906, presidido por el anfitrión, Juan Pablo Brey, y con la presencia de Pablo Moyano (Camioneros), Pablo Biró (pilotos), Omar Maturano (La Fraternidad), Mario Caligari (UTA), Juan Carlos Schmid (Fempinra) y Raúl Durdos (SOMU).
El plenario previo al paro se trata de una formalidad, pero a los dirigentes de la Mesa Nacional del Transporte les permitirá sondear a otros sindicatos del sector para que adhieran a la protesta. De por sí, la idea era pedirle a la Federación Nacional de Peones de Taxis (FEPETAX), que conduce Jorge García, un salón que tiene esa organización para reunir a las comisiones directivas y delegados.
De esta forma, en medio del conflicto de Aerolíneas Argentinas, los sindicatos del transporte se diferenciaron de la CGT, que mantiene una tregua con el Gobierno, y profundizarán su ofensiva mediante un paro de 24 horas que tendrá lugar, curiosamente, en una fecha asociada con el peronismo como el 17 de octubre, aunque fuentes sindicales negaron que tuviera alguna connotación: “El día lo propuso uno de los dirigentes y lo fuimos aprobando, pero no hay nada detrás de eso”.
El paro de 24 horas fue resuelto luego de dos horas de intenso debate entre los sindicalistas: algunos eran partidarios de realizar primero asambleas escalonadas, que provocarían demoras en los trenes, colectivos, aviones, camiones y barcos, como una forma de comenzar con acciones graduales e ir subiendo la intensidad de la protesta. Sin embargo, finalmente ganó la posición más dura.
La Mesa Nacional del Transporte fue lanzada la semana pasada para “defender los derechos laborales que garantizan la no precarización de la actividad” y “rechazar cualquier regulación del derecho de huelga” en el sector. La importancia de este nucleamiento radica en que agrupa a dirigentes que integran la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte (UGATT), que hasta hoy fuertemente enfrentadas.
Además del paro del 17 de octubre, los sindicatos del transporte se sumarán a otras acciones contra el gobierno de Javier Milei. La semana próxima participarán de la nueva Marcha Federal Universitaria en rechazo al veto a la ley de financiamiento universitario, y la semana siguiente habrá una movilización de los gremios aeronáuticos al Ministerio de Economía o al Ministerio de Transporte en rechazo a la privatización de Aerolíneas y en reclamo de mejoras salariales.
Los sindicatos de pilotos y de aeronavegantes instrumentaron una nueva estrategia a través de la conformación de la flamante Mesa Nacional del Transporte. Venían de realizar asambleas y paros que causaron trastornos a miles de pasajeros y corren el peligro de ser rechazados por amplios sectores de la sociedad, justo en el momento, para colmo, en el que el Gobierno difundía los sueldos de los trabajadores en conflicto y los beneficios que tienen incorporados en los convenios colectivos.
Además del transporte, los gremios docentes de la CGT también endurecieron su posición ante el Gobierno: este jueves se sumaron al paro de 24 horas en las universidades nacionales en contra del veto a la ley de financiamiento universitario y convocaron a la marcha del 2 de octubre.
El anuncio se hizo este miércoles durante una conferencia de prensa realizada en la sede de la CGT de la que participaron dos de sus cotitulares, Pablo Moyano y Carlos Acuña, más el secretario de Políticas Educativas, Sergio Romero, que lidera la Unión Docentes Argentinos (UDA), y titulares de sindicatos universitarios como Daniel Ricci, de FEDUN, y Walter Merkis, de FATUN.
Allí, el dirigente de Camioneros dijo: “Vamos a estar en la calle apoyando la ley que se votó hace pocos días en el Congreso. Y ojalá que aquellos diputados que tienen una oportunidad histórica de darle el aumento que merecen los trabajadores de la educación argentina no traicionen el voto de los trabajadores”. Romero, por su parte, advirtió que “el sistema educativo está en crisis, no solamente las universidades”, y que el 60% de los docentes universitarios cobra salarios por debajo de la línea de pobreza, aunque le hizo un guiño al Gobierno: señaló que hay que “buscar el diálogo” para superar los problemas de la educación en la Argentina y “salir del esquema del conflicto permanente”.
La confirmación del paro del transporte y las protestas del sector educativo agregan más tensión al momento político que atraviesa el Gobierno, con tensiones sociales, encuestas que muestran una imagen presidencial a la baja y crujidos por las internas del gabinete y de La Libertad Avanza. Ante este escenario, se entiende por qué la CGT busca una reunión con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos: quiere encontrar soluciones ante un inevitable choque con un amplio frente sindical.