Diez meses después de que Javier Milei asumiera el Poder Ejecutivo nacional, el diputado radical Rodrigo De Loredo analizó el impacto que tuvo el líder libertario en la política. “Evidentemente, hay un cambio de proceso muy grande, un cambio de época, Javier Milei es una figura emergente, muy disruptiva, que desorganiza”, evaluó al mencionar que el discurso del presidente fue determinante para englobar el enojo que cargaba la sociedad en los últimos años.
Luego de que el presidente del bloque de la UCR en la Cámara de Diputados reconociera la existencia de dos posturas diferentes en el partido respecto de las políticas impulsadas por la actual gestión, no se mostró sorprendido sobre el efecto que tuvo la aparición de Milei en la esfera política. “Siempre mi partido tiene pluralidad, aparte de que es un partido muy desplegado en el territorio de la Argentina, con un énfasis muy federal”, señaló.
“Si te tengo que hacer una síntesis de muchas miradas hay como dos cosmovisiones, una más porteña-AMBA centrista y después tenes una mayoría que es el radicalismo del interior”, interpretó De Loredo al indicar que la primera de estas se posicionó como “ultra opositora y que no gobierna nada”, mientras que la segunda está al frente de varios distritos y provincias pese a las diferencias y matices que pudieran tener entre sí.
Al ser consultado en el programa Somos Buenos, emitido por TN, sobre las internas surgidas dentro de los partidos de la oposición, el dirigente radical aseguró que “voló por el aire toda la organización política de la Argentina con la incursión de Javier Milei”. De esta manera, describió al presidente “como una especie de big bang” que provocó que se intensificara la pelea interna por el liderazgo de los espacios.
No obstante, afirmó que la popularidad de Milei estuvo profundamente vinculada con el enojo de la sociedad respecto de la situación política, económica y social que se vivió en los últimos años. “Es hijo de una frustración, de un enojo, empatiza con el enojo de la gente y rompe con algunas cuestiones”, indicó al destacar que en el discurso político del mandatario había una serie de contradicciones al crear “una agenda liberal en lo económico y conservador en lo cultural”.
Por este motivo, el radical argumentó que el apoyo que han mostrado al gobierno no podía ser total, ya que tenían diferencias fundamentales “en la agenda institucional, cultural y en los modos”. Sin embargo, reconoció que el lazo de unión entre los partidos era la visión económica al subrayar que “el venir a poner sobre la mesa que la Argentina tiene un problema endémico de 70 años de gastar más de lo que recauda, no solamente es un hallazgo y un acierto, sino que es un planteo cultural muy necesario”.
“Nosotros apostamos a que al gobierno le vaya bien, hay que tener sentido de la responsabilidad porque gran parte de nuestro electorado está deseoso de que le vaya bien al gobierno”, admitió De Loredo al hacer hincapié en que había cuestiones como, por ejemplo, el veto a la fórmula de movilidad jubilatoria en la que no compartían la postura oficialista.
En línea con esto, el diputado señaló: “Tenemos nuestras diferencias sobre la calidad del ajuste llevado a cabo”, al rememorar que “siempre le dijimos al gobierno que había alternativas que la licuadora sobre los haberes previsionales que están todos en la pobreza”. Asimismo, admitieron que era “absolutamente impensado que se pueda llevar adelante un ajuste sin que haya algún tipo de sacrificio, sin que se toquen tarifas y tantas otras cosas”.
Al mismo tiempo que desmintió que el radicalismo pudiera formar una alianza con el oficialismo de cara a las elecciones legislativas que se celebrarán en 2025, el dirigente planteó que “en la UCR tiene que haber templanza, tiene que haber coraje”. Por el contrario, criticó la actitud adoptada por el radicalismo opositor al gobierno al asegurar que la respuesta no sería “salir corriendo al abrigo de un electorado o el otro”.
“La verdad que nosotros tenemos una postura, no tenemos una crisis de identidad”, ratificó el presidente del bloque radical en la Cámara baja al asegurar que los principios que fundaron el partido no se han modificado. No obstante, fue autocrítico al señalar que el espacio político debería trabajar en el pulido de la propuesta económica que presentan a la sociedad. “Hace tiempo que el radicalismo no da claridad en su discurso político”, analizó.