El martes 1 de octubre comenzará formalmente el debate del proyecto de Presupuesto 2025 en la Cámara de Diputados y los bloques de la oposición ya comenzaron a realizar un análisis pormenorizado de todas las partidas de gastos. Si bien al principio hubo algunas suspicacias respecto a si el Gobierno realmente tenía intenciones de lograr su aprobación, tanto los sectores más duros como los dialoguistas coinciden en que los libertarios deberán negociar por dos razones: su sabida debilidad parlamentaria y la necesidad de enviar señales positivas a los mercados internacionales.
La presentación que el propio Javier Milei hizo ante el Congreso no causó una buena impresión en la oposición. Los llamó “ratas miserables”, repitió que vetaría cualquier proyecto que atentara contra el equilibrio fiscal y también reclamó un ajuste de USD 60 mil millones a las provincias.
Al término de su discurso, algunos interpretaron que estas muestras de intransigencia evidenciaban que en realidad el gobierno nacional no tenía la intención de que el proyecto sea aprobado. Así, podría regirse por la prórroga automática del Presupuesto 2022 como ya hizo este año (nunca envió un proyecto de presupuesto), lo que en contextos de alta inflación implica grandes márgenes de discrecionalidad ya que se subestima la recaudación y los ingresos por encima de lo presupuestado se puede redirigir desde la Jefatura de Gabinete. Sin embargo, con el correr de la semana la mayoría ponía en duda esa hipótesis.
“No sería una buena señal para los mercados, sería algo raro para un gobierno que tiene tanto puesto en las expectativas”, analizó un diputado peronista miembro de la comisión de Presupuesto. Desde Encuentro Federal coincidieron en que “no es lo que le piden el FMI, los acreedores o Loretta Preska”, en referencia a la jueza de Nueva York que tiene jurisdicción sobre Wall Street y tiene a su cargo varias causas por “holdouts” y contras algunas provincias argentinas por bonos defaulteados.
El peronismo ya se reunió, se dividieron el proyecto para analizarlo con mayor profundidad. Los diputados que conduce Germán Martínez aseguran que no tienen como objetivo político rechazar el proyecto de Milei sino modificar los puntos que están más “dibujados” o revertir los recortes en algunas áreas sensibles.
Saben que Milei no cederá en algunos puntos centrales como el equilibrio fiscal, pero consideran que el proyecto es una propuesta de máxima donde habrá margen para la negociación. “Creemos que va a ser un proceso largo similar al de la Ley Bases”, explicaron a Infobae.
En la misma línea, un referente de Encuentro Federal destacó que la aprobación de un Presupuesto es fundamental para poder controlar en alguna medida al Gobierno. “Si vuelven a prorrogar el presupuesto de 2022 es imposible controlar nada”, aseguraron.
El peronismo tendrá como prioridad la recomposición de las jubilaciones, ya que el proyecto que elaboró la Casa Blanca consolida la fórmula de actualización que impuso mediante el DNU 274/2024. Por otro lado, entienden que las obras públicas para las provincias serán el verdadero campo de negociación junto con las deudas con las cajas previsionales provinciales. “Por lo menos figuran los giros, deberían ser el doble pero ahí seguramente tengamos un ida y vuelta”, explicaron.
“Este proyecto consolida el ajuste en educación, en subsidios, en jubilaciones y en ciencia y tecnología. También se suspende la fórmula de actualización de las asignaciones familiares”, opinó uno de los referentes económicos del peronismo.
Por su parte, sectores dialoguistas como la Coalición Cívica, Encuentro Federal y la UCR ya adelantaron que tratarán de imponer cambios en el gasto tributario. Es algo que propusieron al Gobierno durante el debate de la Ley Bases pero sin éxito.
El gasto tributario engloba los recursos que el Estado deja de percibir por exenciones de impuestos a sectores estratégicos. En este sentido, el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego se convirtió en una bandera de la oposición, que lo considera demasiado oneroso y poco eficiente.
Otro punto de contacto entre los sectores duros y dialoguistas es el reclamo de que el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo se presente a contestar preguntas técnicas y políticas. Hasta el momento desde la Casa Rosada no dieron ninguna señal de que el ministro tenga intenciones de someterse a esa situación.
El presidente de la comisión de Presupuesto, José Luis Espert, ya comenzó a tener algunos contactos informales con los bloques dialoguistas. Desde el peronismo aseguran que esperan el llamado para empezar la negociación.