Mauricio Macri aterrizó esta semana en Buenos Aires. Llegó proveniente de Seúl. Pasó varios días en el exterior. Estuvo en Corea del Sur, donde habló como conferencista en el Foro Mundial del Conocimiento, y también en Mauritania, en el noroeste africano, con agenda relacionada a su actividad como Presidente de la Fundación FIFA. “Está muchísimo afuera”, comentó un dirigente del PRO que hoy está distanciado del macrismo. El ex presidente ostenta su agenda global, pero no descuida el día a día del partido que fundó. Está pendiente de la política doméstica. Se enfoca en el armado electoral de cara a 2025, con el desafío de converger con La Libertad Avanza sin perder identidad.
Macri ordenó a su mesa política el trabajo de fortalecer al PRO en todas las provincias, regularizar la situación del partido en los distritos intervenidos y recuperar el control donde lo perdieron, como el caso de Córdoba. Allí, el presidente del partido es Oscar Agost Carreño, el diputado nacional que se fue del bloque amarillo para unirse al de Miguel Ángel Pichetto. Es una bancada aliada a un grupo de gobernadores, entre los que tiene especial peso el cordobés, Martín Llaryora.
Martín Yeza, diputado y presidente de la Asamblea del PRO, se sumó a esa misión. El ex intendente de Pinamar, que ayer estuvo reunido con Macri en Olivos, se acopló a Facundo Pérez Carletti, concejal de Santiago del Estero y secretario general del partido, en la labor de diagramar políticamente el panorama partidario en distritos clave. Quien también se sumó a esa tarea es Francisco Quintana, secretario general de la Fundación Pensar que lidera María Eugenia Vidal. Los tres tejen en distritos como Córdoba, justamente, con el objetivo de tomar las riendas. Yeza también supervisa la situación de Tucumán, donde Alejandro Finocchiaro fue enviado como interventor.
Macri repasó con Yeza el clima en el Congreso pos discurso de Javier Milei, y de cara a la cena que organizó el Presidente esta noche en la Quinta de Olivos, y en la víspera del tratamiento del Presupuesto 2025 en el Congreso. Además, según supo este medio, conversaron sobre el proyecto Generación 3.0, una iniciativa que el líder del partido le pidió coordinar al dirigente de Pinamar. Se trata de un espacio para convocar a jóvenes que quieran incorporarse a la política y al PRO.
En relación con el parlamento y el bloque que preside Cristian Ritondo, el ex presidente había sugerido al Jefe de Estado que conformara una mesa política para dinamizar el vínculo entre Balcarce 50 y el Legislativo, a fin de generar mayor coordinación entre su bloque y el de La Libertad Avanza. Es algo idéntico a lo que le propuso al libertario Patricia Bullrich, que lleva semanas sin hablar con Macri.
Milei tomó la idea de Macri, pero la sumó a Bullrich a una mesa política chica y la habilitó a articular con el Congreso. En el macrismo despotricaron contra eso. “La idea se la tira Mauricio y después los laureles se los dan a Patricia”, renegó un legislador macrista que frecuenta al ex presidente. No obstante, en el PRO evalúan que hubo un “cambio positivo” en el manejo de la rosca legislativa.
Algo que siguen criticando en el macrismo es que las reuniones que organiza el Gobierno con los legisladores son “multitudinarias”. En ese sentido, un experimentado diputado del PRO consideró que “una mesa con 20 personas es para no resolver nada”. No obstante, Milei hizo lugar a agilizar el trabajo en el Congreso. Conoce que es prudente forjar un escudo parlamentario para evitar traspiés.
El PRO tiene un rol central en ese sentido. Aporta 40 diputados imprescindibles para Milei, que tiene un bloque de apenas 37 bancas. Pero no sólo eso, también suma experiencia política y expertise parlamentaria. Dirigentes como Ritondo, Silvana Giudici, Damián Arabia, Silvia Lospennato, Diego Santilli o María Eugenia Vidal le dan volumen y fortaleza a la bancada oficialistas, que carece de figuras de peso y trayectoria política en el Congreso.
El PRO está dispuesto a acompañar el Presupuesto que presentó Milei el domingo en el Congreso. Sin embargo, cerca de Macri aclaran que habrá “condiciones”. El partido amarillo exige hacer una análisis fino del articulado y garantizar con partidas que contemplen la situación de las provincias. La Ciudad de Buenos Aires, Chubut y Entre Ríos son gobernadas por dirigentes amarillos.
El jefe de Estado había exigido, en principio, un ajuste de USD 60 mil millones a las provincias de cara al año que viene. Los gobernadores se quejaron por esa cifra. Incluso, Nacho Torres, de Chubut, dijo ante la prensa que “Milei mintió” con esa guarismo. Desde la Casa Rosada aclararon luego que, en verdad, eran USD 20 mil millones.
Un tema esencial, en ese sentido, es el conflicto por coparticipación que la Nación tiene con la Ciudad. Mañana habrá una audiencia a las 11 en la Corte Suprema de Justicia para esclarecer la situación. Jorge Macri, alcalde porteño, planteará los argumentos de Uspallata sobre el fondo del asunto. Pese al litigio, las partes deslizan que habría un “camino para acordar”. Se espera, incluso, que mañana pidan “tiempo” al tribunal para lograr una situación.
Si bien no es un tema principal entre las conversaciones de Macri con Milei, no deja de ser un tema relevante para la relación del PRO con los libertarios. “Están pagando”, admiten cerca del jefe de Gobierno de la Ciudad, aunque resaltan que insistirán con una solución de fondo que respete los parámetros de la cautelar que la Corte Suprema emitió sobre el tema en diciembre de 2022.