Negociación espejo, la clave para que el Presupuesto no naufrague en el Congreso y blinde la visión del mercado

Los titulares de las comisiones de Hacienda ya trabajan en línea. El Gobierno empieza a entender, con victorias y derrotas, que lo único que importa en el plano legislativo es el número

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Javier Milei saluda al presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, José Luis Espert (Gustavo Gavotti)
Javier Milei saluda al presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, José Luis Espert (Gustavo Gavotti)

El Presidente, Javier Milei, realizó presentación del Presupuesto 2025 sin detalles sobre su articulado esta noche, en el recinto de Diputados. Es la batalla principal y la que esperó el mercado todo el año, con un oficialismo que empezó a comprender en los últimos días, con derrotas y victorias, que lo único trascendental en el plano legislativo es el número.

Bajo este panorama es que los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda de Diputados y el Senado, José Luis Espert (Buenos Aires) y Ezequiel Atauche (Jujuy), respectivamente, mantuvieron una cumbre el martes último, como contó Infobae, para activar una orden simple y contundente de la Casa Rosada: las negociaciones en la Cámara baja tendrán que darse en simultáneo con la Cámara alta para evitar un tratamiento eterno y una tortuosa devolución en segunda revisión de la iniciativa, como ocurrió con la ley Bases y el paquete fiscal.

De allí que tanto Espert como Atauche estuvieran presentes, esta noche, en el estrado del recinto de Diputados junto a Milei, a la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, y su par de la Cámara baja, Martín Menem. “Si el Presupuesto no lo encaramos de manera conjunta, lo aprobamos en 2028″, reflexionó un asesor de peso de La Libertad Avanza ante este medio.

En las próximas horas se conocerá el diseño de la estrategia y metodología del oficialismo para avanzar con la ley de gastos 2025 en Diputados. Los recintos aún tienen escombros de lo que fue la última semana en el Congreso, con la caída de la insistencia de la ley que mejoraba las jubilaciones -hubo veto presidencial-, y la sanción de la iniciativa que blinda el presupuesto universitario, enlazado al rechazo y caída del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) sobre fondos para la flamante Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE).

La vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, junto al jefe libertario en la Cámara alta y presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Ezequiel Atauche (Jaime Olivos)
La vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, junto al jefe libertario en la Cámara alta y presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Ezequiel Atauche (Jaime Olivos)

Quien entendió desde el minuto uno la importancia del número, a diferencia de la mayoría del oficialismo e incluso -y llamativo- gran parte de la experimentada oposición, fue Villarruel. En el período estival se cansó de ganar tiempo para evitar que el Senado rechazara -luego lo hizo- el mega DNU de desregulación económica. Después, estiró la definición de la ley jubilatoria más de dos meses y frenó hasta donde pudo el proyecto universitario. Mismo caso para la norma del Ejecutivo sobre la SIDE.

Es más: el 13 de diciembre pasado dejó solo al kirchnerismo, que tiene 33 de los 72 senadores -a cuatro del quórum y mayoría absoluta propia-, ante un conglomerado de oficialistas y “dialoguistas” que se repartieron a las autoridades y las principales comisiones de la Cámara alta. Algo así como un auto de primera marca con nafta prestada.

Uno de los últimos milagros que consiguió la oposición fue que Milei bajara al terreno de la “casta” para hacer política. Le salió “bien” en Diputados con el veto jubilatorio -el texto mejoraba los castigados haberes previsionales, en medio de un ajuste feroz- y ayudó a blindar las modificaciones de la Boleta Única de Papel (BUP) en el Senado, aunque en la Cámara alta ocurrieron luego dos mazazos en contra, con lo universitario y el DNU. Todo un desafío para el jefe de Estado esta nueva faceta. No hay inconveniente en hacerlo; habrá que corroborar si le gusta en demasía. Por eso, ante semejante suma de poder en sus manos, la dosificación será trascendental.

El principal embrollo que se presenta en el Senado, en cuanto al Presupuesto 2025, es una Unión Cívica Radical (UCR) que tiene 13 votos y, cuando dice una cosa, hay que pensar que hará otra. Las acciones del partido que comanda el senador Martín Lousteau, cada vez más en sintonía con el kirchnerismo, quedaron devaluadas tras las volteretas de los últimos días e internas -ya son un mandamiento, a esta altura- que pincelaron cuestiones personales que sólo hacen crujir, aún más, a sus bancadas legislativas.

La última sesión en el Senado significó un mínimo reacomodamiento para el Frente de Todos. Como partido de poder, olvidó la cuestión numérica durante meses. Días atrás volvió -quizá, con algo de suerte- a sus raíces. El Presupuesto 2025 será complejo para los bloques que comandan Germán Martínez (en Diputados es Unión por la Patria) y José Mayans (Formosa). Ambos tendrán que cerrar filas ante picardías innegables que habrá hasta fin de año. También tienen sus propias trifulcas, con algunas discusiones en tonos elevados y desconfianzas por doquier. Una maldad que se piensa en un par de despachos: que alguna compulsa legislativa ocurra el Día de la Lealtad, el 17 de octubre próximo. Cae jueves y suele ser un día con actividad en los recintos.

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