(Desde Washington, Estados Unidos) La Casa Rosada tiene un backchannel con la administración Biden que funciona a la perfección: hace unos días logró que el Departamento de Justicia interceda en la causa de YPF a cargo de la jueza Loreta Preska en New York, y hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que Rodrigo Valdés abandonaba la negociación con Argentina, pese a los esfuerzos públicos y secretos que desplegó Kristalina Georgieva para proteger al director del Departamento del Hemisferio Occidental, que había sido cuestionado por Javier Milei.
“Hubo complicidad del jefe de la misión Argentina del FMI con el Gobierno anterior. Rodrigo Valdés tiene mala intención manifiesta. No quiere que le vaya bien a Argentina. Él tiene otra agenda. Nosotros somos sobre cumplidores con todos pero prefirieron apoyar el desastre de Massa. ¿Por qué el FMI le permitía todo a Massa? Nosotros sobrecumplimos todos y todo el tiempo están poniendo peros. Avalaba todo el desastre de Massa y a nosotros nos hace los que nos hizo”, sostuvo Milei, el 19 de julio pasado.
Y completó: “Es una decisión del FMI, vaya a saber uno porqué el FMI nos pone a un Foro de San Pablo ahí adentro. Nosotros sobrecumplimos todo y todo el día están poniendo peros. El FMI tenía un conjunto de metas, nosotros pusimos metas más fuertes y sobre cumplimos las nuestras”.
El Presidente consideraba que Valdés trababa la posibilidad del Gobierno de obtener un desembolso extra del Fondo por 10.000 millones de dólares, y juró que terminaría con su papel clave en las negociaciones permanentes que atan a la Argentina con el organismo multilateral de crédito.
Pero Milei se encontró con una fuerte resistencia de Georgieva, Gita Gopinath -subdirectora gerente del FMI- y de todo el staff del Fondo. La defensa era corporativa: si el jefe de Estado lograba el desplazamiento de Valdés -un experto con muchísimo prestigio técnico y académico-, todos podían quedar a merced del Caso Argentino.
La defensa interna de Georgieva se transformó en un respaldo institucional cuando la vocera del FMI, Julie Kozack, ratificó a Valdés en su puesto: “Es importante señalar que la Directora General (por Georgieva) tiene plena confianza en Rodrigo Valdés”, señaló Kozack antes que comenzaran las vacaciones en el Fondo.
El presidente leyó en su celular las declaraciones de Kozack y activó a su backchannel.
Estados Unidos controla al board del FMI, y su silla responde a las instrucciones directas de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Argentina inició su movimiento en el Consejo de Seguridad Nacional de Biden, y desde allí se abrió una consulta informal a la Secretaria del Tesoro, que habitualmente se alinea con las decisiones políticas del FMI.
Sin embargo, en esta oportunidad, el staff de Yellen consintió a la recomendación que llegaba del Ala Oeste de la Casa Blanca.
El backchannel de Milei actuó durante todas las vacaciones de verano en Estados Unidos, y en la primera conferencia del FMI tras el descanso anual, Kozack anunció lo que ya se sabía en los despachos de Georgieva y Gopinath.
“Para apoyar mejor el compromiso constructivo en curso con las autoridades argentinas, el director del Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdés, ha delegado completamente las negociaciones del programa a Luis Cubeddu, el subdirector del departamento del Hemisferio Occidental, y Ashvin Ahuja, el jefe de la misión de Argentina, cuyo trabajo es supervisado directamente por la administración del fondo”, explicó la portavoz del FMI.
Solo habían pasado dos meses desde la primera crítica de Milei a Valdés.
En Balcarce 50 ya habían agradecido el gesto de la Casa Blanca, en un momento atravesado por la campaña electoral en Estados Unidos y el apoyo explícito de Milei a la candidatura de Donald Trump. Hay una apuesta política de la administración Biden al gobierno de Milei, y esa apuesta va más allá de la sintonía ideológica entre el presidente y el candidato republicano.
El Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado reconocen la posición geopolítica de Milei respecto a Estados Unidos, Venezuela e Israel, y en este contexto apalancan su poder interno para respaldar la agenda doméstica de su principal aliado en América Latina.
-Le ganaste una batalla al Fondo-, le comentaron al Presidente cuando se conoció el desplazamiento de Valdés.
-Hice lo que tenía que hacer para que sacaran a una persona que jugaba deliberadamente en contra del país-, replicó Milei.