La comunidad venezolana en Argentina movilizará hoy enfrente de la Embajada de Brasil en Buenos Aires. Además de CABA, también marcharán en Córdoba y Mendoza. Se dará en simultáneo a concentraciones en las embajadas y consulados brasileros en el mundo. Los militantes de la oposición venezolana buscan ejercer presión sobre el presidente Lula Da Silva para que condene al régimen de Nicolás Maduro por la situación político institucional en el país caribeño. Es en este marco, que esta mañana tendrá lugar una foto relevante: el embajador de la República de Brasil, Julio Bitelli, recibirá a integrantes del comando de campaña de María Corina Machado.
Según supo Infobae, el encuentro será en la sede diplomática de Itamaraty en Buenos Aires, en Cerrito 1350. Está previsto que Bitelli se reúna con Adriana Márquez, jefa del comando Vzl, espacio de la líder de la oposición venezolana, y a Richard Blanco, diputado nacional de Venezuela. Los dirigentes evalúan llevar una carta para exigir a Lula que repudie la violación de los derechos humanos por parte de Caracas.
El comando de campaña de Machado en Argentina gestiona desde hace días ese encuentro. Mientras tanto, habían convocado a la movilización que sucederá hoy mismos, también desde las 9, frente a la Embajada carioca. La líder venezolana tiene excelente relación con el Gobierno de Javier Milei, especialmente con Patricia Bullrich, a quien conoce desde hace años. En tanto que su equipo cultiva un buen vínculo con la canciller Diana Mondino. Esos nexos habrían contribuido a facilitar la reunión de hoy con Bitelli.
Pese a las tensiones entre Milei y Lula, Argentina y Brasil mantienen un diálogo político correcto. Mondino tiene canal abierto con Mauro Viera, su par brasilero, así como también con el propio Bitelli. El 15 de julio, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Itamaraty llamó a consulta al embajador brasileño. Se especulaba con una ruptura en la relación internacional, pero no sucedió. Si bien el diplomático viajó hacia Brasilia, a los pocos días regresó a la Embajada en Buenos Aires.
No sólo eso, sino que cuando Maduro expulsó a la delegación diplomática de Argentina en Venezuela, Brasil asumió la custodia de la embajada, donde se encuentran asilados seis militantes del comando electoral de María Corina Machado. Son dirigentes íntimos de la líder opositora, al punto de que está su jefa de campaña, Magalí Meda. Los otros cinco militantes de Vlz son Pedro Urruchurtu Noselli, Humberto Villalobos, Claudia Macero, Omar González y Fernando Martínez.
El régimen de Maduro ejecutó el fin de semana un asedio a la embajada argentina en Caracas. Fue una forma de presionar a Lula para que sus representantes abandonen la sede diplomática que tienen bajo custodia. El operativo no dio resultado y el hostigamiento se atenuó cuando se conoció que Edmundo González Urrutia, ex candidato a presidente de Machado, se había ido exiliado a España.
El asedio de Maduro a la embajada argentina comenzó con la decisión de revocar el “beneplácito” otorgado a Brasilia para ejercer la representación de los intereses de Argentina y sus nacionales en territorio venezolano. Brasil se amparó en la Convención de Viena y rechazó esa exigencia. La Cancillería, a través de Diana Mondino y su equipo, articuló comunicaciones con Itamaraty para garantizar el cuidado de la sede diplomática nacional en la capital venezolana.
Por eso la visita del comando de Machado en Argentina a la Embajada de Brasil en Buenos Aires cobra relevancia. Al instante que recibieron el llamado para darles la citación, Márquez y Blanco se comunicaron con el equipo de Vzl en Caracas. Coordinaron un posicionamiento político sobre el mensaje que le llevarán hoy a Bitelli.
Lula conoce que Brasil es el hegemón regional bajo los ojos del mundo. Río de Janeiro albergará en noviembre la cumbre de presidentes del G20. Será el escenario sobre el que el Planalto buscará impulsar una posible candidatura a integrar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como miembro permanente. Articula con China y Rusia, sus socios estratégicos, para allanar ese camino.
El operativo depende de múltiples variables, incluso algunas que Brasil no controla, y será dificultoso. No obstante, Lula aplica un sutil pragmatismo. Asume que no puede levantarle la mano al líder chavista tras el fraude en las elecciones del 28 de julio. Por eso, salió a exigir que Caracas exhiba las actas. Sin embargo, junto con Colombia y México, no aplicó una condena clara a la situación de Venezuela.
Con este complejo ajedrez geopolítico de fondo, los delegados de Corina Machado estamparán hoy una postal con el representante de Lula en Argentina.