El paro salvaje que afecta a 150 vuelos y dejó varados a unos 15 mil pasajeros tiene responsables directos: el principal es Pablo Biró, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), un dirigente alineado con el ultrakircherismo y de perfil polémico, como volvió a demostrarlo cuando le advirtió a Javier Milei que “si se quiere cargar a Aerolíneas, nos van a tener que matar”.
No había pasado tanto tiempo desde que en julio de 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, circuló en las redes un video en el que el dirigente gremial planteó en un plenario de trabajadores una consigna de cuño golpista: “Enfrentemos a este Gobierno y volteémoslo””.
Biró es un claro opositor a Milei como lo había sido de Macri, a quienes ataca por la política de “cielos abiertos” que facilita el acceso de aerolíneas extranjeras al mercado argentino, pero su discurso y su estrategia están condicionadas por su fuerte adhesión a la figura de Cristina Kirchner.
Es cuarta generación de una familia de pilotos, fue de parte de la primera promoción del Liceo Aeronáutico Militar de Fisherton, en Santa Fe, y cuando se graduó fue destinado a LADE (Líneas Aéreas del Estado), en Comodoro Rivadavia, luego trabajó en Aero Master, que hacía taxi aéreo, y cuando esa empresa quebró lo llamaron de LAPA: “Allí empecé a rosquear políticamente”, admitió.
Biró lidera un gremio de pocos afiliados (unos 1.800) desde 2012, cuando triunfó en las elecciones ante el moyanista Jorge Pérez Tamayo, a quien había secundado como secretario adjunto hasta que decidió pelearle el puesto. En 2015, ya embanderado en el kirchnerismo, fue reelegido al ganarle por 33 votos los comicios del sindicato a su hermano Daniel, cuya candidatura promovía Hugo Moyano.
En 2022, luego de la fusión de APLA con UALA (que agrupaba a los pilotos de Austral), fue ratificado en el cargo cuando le ganó en las elecciones ante Diego Pérez Bariggi, hijo de Pérez Tamayo. Al acto de asunción fueron altos exponentes del kirchnerismo como Axel Kicillof. Su mandato vencerá en 2026.
Antes de las elecciones de 2015, Biró logró que Daniel Scioli, candidato presidencial del Frente para la Victoria, aprobara su propuesta para reestructurar el mercado aerocomercial si llegaba al poder. El triunfo de Macri arruinó sus planes y fue un implacable opositor al gobierno de Cambiemos. Militaba en la Corriente Federal de Trabajadores, que también integra el bancario Sergio Palazzo, pero luego pasó al Núcleo Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), piloteado por el kirchnerismo.
Apoyó luego al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, con etapas de euforia oficialista como cuando se usaba Aerolíneas para traer vacunas contra el Covid desde Rusia. Biró fue el piloto de los primeros vuelos que viajaron a Moscú en busca de las dosis de Sputnik. “A Aerolíneas la creó Juan Domingo Perón, la recuperó Cristina Fernández y la está usando Alberto Fernández para traer salud. Para eso fue creada, para ponerse al servicio de los argentinos”, decía en esa época.
En esos mismos días de cuarentena obligatoria, Biró llegó a sostener: “Si dejamos de buscar la unidad para la Nación perdemos de vista el objetivo. Hoy, bancarlo a Alberto es una obligación moral”.
Luego de haber apoyado la candidatura presidencial de Sergio Massa, en sintonía con la decisión de su jefa política, Biró recobró protagonismo en noviembre pasado al advertirle a Milei que si quería “cargarse Aerolíneas Argentinas” iba a tener que “matar” a los trabajadores para lograrlo.
La fuerte polémica que originó su frase lo llevó a rectificarse: “Tuve una frase muy poco feliz que sacada de contexto caería muy mal, hasta a mí me cae mal. Tengo que empezar aclarando que Javier Milei ganó con el 55% de los votos en elecciones limpias, sin fraude”, sentenció.
Tras haber respaldado al gobierno del Frente de Todos, en enero pasado hizo declaraciones con cierta autocrítica: “Si el gobierno de Alberto hubiera sido bueno no estaríamos donde estamos”, dijo.
El líder de los pilotos no vacila en dejar varados a los pasajeros por un conflicto, pese a que es consciente de los daños que genera. “¿Los pilotos tienen en claro que ante los paros que realizan, la opinión pública los destroza?”, le preguntó un periodista. Su respuesta fue: “Y tienen razón, no se equivocan. Lo que no entienden es que cuando nosotros nos equivocamos la gente muere, y si reclamamos o dejamos en tierra un vuelo es porque sabemos el peligro de la operación”.
Biró, de todas formas, comparte la responsabilidad del paro aeronáutico con su colega Juan Pablo Brey, secretario general de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), de 2.200 afiliados, que agrupa a azafatas y comisarios de a bordo. Tiene 46 años, está alineado con el moyanismo y cobró notoriedad cuando el 12 de junio gestó la foto con el papa Francisco en el Vaticano que causó un fuerte impacto: posaron con una bandera de Aerolíneas en medio del debate sobre su privatización.
Brey, que llegó a su puesto en Aeronavegantes en 2013, es además secretario de Deportes de la CGT y titular de Prensa de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). Como Pablo Moyano, integra el ala dura de la CGT, aunque muestra una vocación más dialoguista: En julio pasado le dijo a Infobae: “Primero siempre hay que hablar, hay que negociar. Y cuando se rompe el diálogo tanto con el Gobierno como con las empresas de cada actividad hay que actuar y salir a la calle para usar las herramientas sindicales que tenemos, como el paro o la movilización.”