(Desde Washington, Estados Unidos) El sorteo oficial para establecer la lista de oradores en la Asamblea General de la ONU encendió todas las alarmas en la Cancillería: el martes 24 de septiembre, Javier Milei hablaría ante el foro global minutos antes que Masoud Pezeshkian, el presidente de la República Islámica Irán, que fue sindicada como autora ideológica de los ataques terroristas perpetrados por Hezbollah contra la embajada de Israel en Argentina y la sede de la AMIA.
El jefe de Estado rechazó la posibilidad de cruzarse en las Naciones Unidas con Pezeshkian y el Palacio San Martín inició un raid diplomático para evitar que Milei tuviera un momento de mal gusto en la Asamblea General. El presidente está alineado con Estados Unidos e Israel, y se niega a tomar contacto con representantes de países involucrados en atentados fundamentalistas.
Irán no sólo respaldó los ataques en Buenos Aires: el régimen de los Ayatollahs también autorizó la ofensiva de Hamas contra Israel en octubre de 2023, y financia todas las operaciones terroristas que despliegan Hezbollah y los Huties contra territorio israelí.
El sorteo oficial de la ONU estableció que Argentina debía hablar entre Marruecos e Irán. Y antes de estos tres países se alineaban Perú, Kirguistán, Ruanda, Sierra Leona y El Salvador. En este contexto, la Cancillería asumió que la única posibilidad era establecer un contacto con la diplomacia de El Salvador para modificar la lista de oradores.
Milei había participado de la asunción presidencial de Nayib Bukele, y la relación personal había fluido a velocidad infinita. Entonces, desde el Palacio San Martín se planteó el asunto a la cancillería salvadoreña, que pidió un tiempo razonable para hacer las consultas extraoficiales.
Bukele dijo que sí. El presidente de El Salvador hablaría antes de Irán, y Milei tomaría la palabra después de Sierra Leona.
A diferencia de otros presidentes argentinos, Milei optó por clausurar todos los contactos con Irán. Cristina Fernández de Kirchner urdió un acuerdo con Teherán para cerrar la causa del ataque a la AMIA, mientras que Alberto Fernández decidió que Argentina participara en los BRICS junto a Irán, que llegaba a ese foro multilateral de la mano de Vladimir Putin.
Milei, en cambio, rechazó el acuerdo con Irán, excluyó a la Argentina de los BRICS y fue el único presidente de América Latina que viajó a Israel para condenar los ataques terroristas que cometió Hamas el 7 de octubre de 2023. Los familiares de los secuestrados en Gaza todavía recuerdan el discurso del presidente en el kibbutz Nir Oz, que fue diezmado por la organización terrorista que financia Teherán.
El domingo 22 de septiembre, en la mañana de New York, Milei aterrizará en el aeropuerto JFK. Y si no hay mayores cambios, su delegación oficial será acotada: Diana Mondino -canciller- Luis Caputo-ministro de Economía-, Karina Milei -secretaria General de la Presidencia- y Gerardo Werthein, embajador argentino en Estados Unidos.
El presidente permanecerá cerca de 60 horas en Manhattan, y al margen de su participación en la ONU, la agenda oficial está aún bajo definición.
Durante su discurso en la Asamblea General, adonde cuestionará la Agenda 2030 de la ONU, Milei reclamará por la soberanía nacional en Malvinas, defenderá sus conceptos ideológicos y avanzará sobre el terrorismo mundial.
En este contexto, el jefe de Estado exigirá la libertad de los rehenes secuestrados por Hamas y condenará las acciones terroristas cometidas por Hezbollah y los Huties bajó las órdenes de Irán.
Será la primera vez que Milei exponga en la ONU, y su discurso se extenderá por 15 minutos. Su idea fuerza es su mirada actual del tablero internacional: la democracia como sistema de vida corre peligro y Occidente tiene que hacerse cargo de su defensa.