La defensa de Alberto Fernández aportó esta mañana ante la Fiscalía de Ramiro González el testimonio de una persona que trabajó en la quinta de Olivos. Se trata del “Testigo D”. Al igual que ocurrió en los casos anteriores, hizo una exposición ante un escribano público y ahora debería declarar ante el fiscal para que su testimonio tenga validez.
Según pudo saber Infobae, se trataría de una empleada que trabajó en la residencia y que compartía muchas horas con la familia presidencial.
Como en los casos anteriores, el testimonio del “Testigo D” se entregó en un sobre cerrado con sus datos personales para que pueda ser citado por la Fiscalía.
La semana pasada, la defensa de Alberto Fernández comenzó con esta estrategia de presentar posibles testigos a los que identifica con letras. Primero fue el caso de la “Testigo A” y luego la “Testigo G”.
La primera trabajó durante varios años como empleada doméstica en el departamento de Puerto Madero, pero recién comenzó a tener vínculo frecuente con Fabiola Yañez en la quinta de Olivos, donde trabajaba siete días seguidos, con cama adentro, y luego descansaba una semana.
Ante el escribano, dijo que la ex primera dama tomaba alcohol de manera habitual y hasta describió que en una oportunidad la encontró tirada a un costado de la pileta de Olivos. “Yañez había quedado hasta muy tarde con sus amistades y cuando la fue a buscar la encontró tirada en el piso en medio de las plantas en la zona de la pileta”, dijo ante un escribano.
La empleada aseguró también que “se ocupaba de limpiar y ocultar todas las bebidas y vasos para que el Doctor Fernández no se enterara”. Y que las bebidas se guardaban en la casa de huéspedes, en un armario con llaves, luego de ser ingresadas por dos personas: un peluquero, al que no identifica con nombre y apellido, y Sofía Pacchi, la amiga de Fabiola Yañez que terminó enemistada por los mensajes que recibía de parte del ex Presidente.
En otro pasaje de la declaración, la “testigo A” asegura que la pareja tenía una buena relación: “Yo siempre vi un trato cariñoso, siempre le hablaba con cariño con amor, nunca noté nada que me llamara la atención de él. Siempre la cuidaba, él era muy atento y a pesar de verla en las condiciones en las que la encontraba, se preocupaba”.
El viernes pasado se sumó el testimonio de una niñera que aseguró haber visto hematomas en el cuerpo de Yañez y los adjudicó a “tratamientos de plasma rico en plaquetas”. “Iba una mujer, le hacía el tratamiento mencionado, masajes, drenaje linfático, entre otros”, sostuvo.
La mujer agregó que se acordaba de esa situación porque al día siguiente hablaron de su miedo por las agujas: “Le he visto el machucón de extracción de sangre en el brazo y en la cara le note los pinchazos del tratamiento”, afirmó ante las preguntas de la abogada de Alberto Fernández.
La guerra de testigos “reservados”
El próximo jueves, el fiscal González le tomará declaración testimonial al médico presidencial Federico Saavedra (ex titular de la Unidad Médico Presidencial) y a la esteticista Florencia Aguirre, propuesta por la querella. Una semana después deberá presentarse Sofía Pacchi, la mujer que desató una crisis el 11 de agosto de 2021 cuando le mostró a su entonces amiga los mensajes que le mandaba el Presidente.
Una vez que termine esa ronda de testigos, el fiscal comenzará a citar a otras personas.
Mientras tanto, las dos partes se cruzaron con planteos ante la Fiscalía alertando sobre las filtraciones. Primero se conocieron los mensajes entre María Cantero y Fabiola Yañez que estaban en un legajo “reservado”. Los testigos que se pretendía resguardar también quedan expuestos. Y hasta se ventiló una historia clínica para sacar alguna ventaja. Nadie quiere perder la batalla mediática, mucho menos la jurídica. En el medio, no hay secretos.
Tras el goteo de testigos de “identidad reservada”, la querella promete aportar al menos cinco nuevos testigos. Y espera con expectativa la declaración de la mamá de Fabiola. “Ese testimonio va a ser explosivo”, dicen cerca de Yañez.