La riqueza potencial del litio por ahora permanece debajo del suelo, en el norte de la Argentina, pero están dadas las condiciones para que empiece ver la superficie. Al menos 50 proyectos, de 33 empresas mineras, se encuentran en distintas etapas con un único objetivo: extraer el mineral demandado por las automotrices para hacer funcionar los motores eléctricos.
Si todos se concretan, se estima que, en cálculos conservadores, ingresarían al país inversiones por más de 8 mil millones de dólares, con expectativa de desarrollar un negocio que, en las condiciones actuales, permite amortizar el capital en los primeros años para luego multiplicar por diez la inversión a lo largo de dos décadas, la duración promedio de los proyectos.
El atractivo para la llegada de ese flujo de dinero está dado por dos datos esenciales: de las 106 millones de toneladas de litio que se hallan en las reservas del norte argentino, sólo se extrajeron hasta el momento alrededor de 100.000. En otras palabras, el litio sigue ahí. Además, existe un acuerdo entre los países del mundo para renovar el parque automotor y llegar al año 2030 con un salto en el porcentaje de electromovilidad, esto es, que el transporte automotor deje progresivamente de quemar combustible para dar paso a los vehículos que utilizan motores eléctricos. Mientras ese objetivo no cambie, la demanda de litio seguirá creciendo.
En ese marco, las provincias de Salta, Catamarca y Jujuy, han recibido y ordenado durante la última década proyectos de empresas procedentes de todas las regiones del planeta. China, Estados Unidos, Canadá y Australia aparecen como los países de origen. También hay inversores argentinos.
De un total de 50 propuestas, cuatro ya se encuentran en operación, es decir, produciendo carbonato e hidróxido de litio actualmente:
- Olaroz, de la fusión estadounidense - australiana, Arcadium Lithium, en Jujuy
- Cauchari Olaroz, de la minera Exar (Jujuy)
- Fenix en Catamarca (también de propiedad de Arcadium Lithium)
- Centenario Ratones, inaugurada en julio por Eramine, una alianza de capitales franceses y chinos, en Salta.
Se espera que la producción este año alcance 136 mil toneladas.
Otros 6 proyectos, en tanto, están en etapa de construcción:
- “Sal de Oro”, de la minera coreana Posco, ubicada en el límite entre Catamarca y Salta, en el Salar de Hombre Muerto
- “Sal de Vida”, de la minera estadounidense-australiana Arcadium Lithium, también en el Salar de Hombre Muerto en jurisdicción de Catamarca
- “Tres Quebradas” de la empresa Zijin Mining Group Ltd., en el Salar Laguna Verde de Catamarca
- “Rincón”, de la minera australiana Argosy Minerals, en el departamento Los Andes, Salta
- “Sal de los Ángeles”, de la minera Revotech Asia, en el Salar Diablillos, Salta
- “Mariana”, de la empresa Gangfeng Lithium, en el Salar de Lullaillaco, Salta
Estas últimas se espera que comiencen a producir carbonato e hidróxido de litio en el año 2025. No obstante, la etapa en la que se encuentran en este momento es la que mayores beneficios trae para las provincias, ya que es donde mayor capital invierten las empresas, con requerimiento de mano de obra y proveedores de bienes y servicios. De acuerdo a estimaciones locales, el 80% del capital volcado en la construcción de las minas se vuelca en la región.
Por otro lado, la mitad de los proyectos relevados por la Secretaría de Minería de la Nación se encuentran en etapa de exploración avanzada. Por definición, este período se da una vez definidas las zonas de mayor contenido del mineral. A partir de allí se continúan realizando estudios de mayor detalle para definir las características del posible yacimiento. Las siguientes instancias son la evaluación económica preliminar, la pre factibilidad, factibilidad, hasta iniciar la construcción. Otros 14 proyectos están en esta situación avanzada.
Según especialistas consultados por Infobae, entre la exploración avanzada y el inicio de las obras suelen transcurrir entre 12 y 18 meses. Esa proyección ilusiona tanto a funcionarios locales como nacionales por la posibilidad concreta de un vuelco de inversiones en el mediano plazo.
“Sólo en Salta se dieron inversiones por más de dos mil millones de dólares, en tres proyectos, los de Eramine en Centenario Ratones, Sal de Vida de Arcadium Lithium y Sal de Oro de Posco. Creemos que eso se va a multiplicar, si todo se concreta podemos estar alrededor de los 15 mil millones de dólares en las tres provincias”, indicó Alberto Castillo, presidente de REMSA, la empresa estatal salteña que administra los yacimientos y otorga las concesiones en los salares, a partir de procesos de licitación.
El funcionario también explicó que los 14 salares que se ubican en Salta guardan el 60% de las reservas de litio de la región. Ese es el motivo por el que allí se desarrolló la mayor cantidad de proyectos de exploración.
Prácticamente la totalidad de los proyectos mencionados se iniciaron antes de la sanción de la ley bases, es decir, previo a la vigencia del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). De esta manera, los beneficios que ese régimen plantea podría incentivar la concreción de nuevas exploraciones. No obstante, en paralelo a las exenciones que el nuevo régimen introdujo, el paquete fiscal aprobado por el Gobierno nacional otorgó a las provincias la potestad de aumentar de un 3% a un 5% el cobro de regalías mineras, algo que las administraciones locales no pierden de vista.