Senadores de los principales bloques recomendaron en las últimas horas al oficialismo que se posponga la sesión pensada para pasado mañana, en medio de presiones de la Casa Rosada para modificar el proyecto de Boleta Única de Papel (BUP) y devolverlo en segunda revisión a Diputados.
Hay algunas cuestiones que llaman la atención sobre esto. La primera es que el propio Ejecutivo dinamitó un acuerdo logrado semanas atrás, tras entendimientos logrados entre dialoguistas y el equipo de la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, con silvestres provinciales claves a la hora de contar votos definitorios para que avance la BUP.
En segundo término, el movimiento de apurar una sesión involucra un tema sensible que “se les va meter por la ventana”, como alertó un senador dialoguista este lunes. Es el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) sobre millonarios fondos para la flamante Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE). Nunca ocurrió que ambas Cámaras rechacen una normativa de ese estilo.
La semana pasada, tras haber logrado más de dos meses de tiempo, el Gobierno no hizo nada para mitigar la estrepitosa derrota que sufrió La Libertad Avanza con la sanción de la ley que mejora las jubilaciones, con un veto inminente de Javier Milei. Es decir: el Gobierno quiso y buscó eso, como contó Infobae el último domingo, con un Senado que funciona al revés.
En caso de activar el recinto pasado mañana y, de llegar a un nuevo entendimiento por la BUP, las miradas no se depositarán sobre esta iniciativa, sino sobre una potencial derrota sobre el millonario DNU. Como si el Gobierno quisiera forzar, una vez más, la cara de Villarruel ante un traspié y la posterior comunicación para criticar a todos a cargo del Ejecutivo. Hoy se volverá a reunir la bicameral que realiza el seguimiento de los organismos de inteligencia.
Otras dudas aparecen relacionadas con una eventual sesión, como las feroces internas que tienen bancadas de peso -el kirchnerismo, la UCR y el PRO- y la incertidumbre sobre presencias -votos- de cara a pasado mañana. Todo esto representa un panorama delicado desde lo político que, en vez de ajustarse de forma milimétrica, se lleva a cabo a mazazos desde la estrategia y lo discursivo. El Gobierno no reniega eso y se auto alimenta, mientras el mercado sigue todo desde la orilla.
En cuanto a la BUP, dialoguistas y oficialistas convencieron a silvestres provinciales de quitar el casillero de “lista completa”, que ayudaría a equilibrar a fuerzas locales versus nacionales. También se van a prolongar diversos plazos electorales para una mejor coordinación de los comicios. En tanto, las PASO serían el primer fin de semana de agosto.
La semana pasada, funcionarios nacionales y electorales aterrizaron sin avisar al plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales; y de Justicia y Asuntos Penales de la Cámara alta para explicar los cambios -retomar el entendimiento- y resucitar el proyecto. Lo hicieron de forma desorganizada, ante legisladores que ni siquiera habían recibido el texto final que pretendía la Casa Rosada y que, en honor a los hechos, distaba del preacuerdo que se empujaba.
Con un puñado de días de reflexión y provincias que notificaron las modificaciones sobre plazos y competencias que explicó el Ejecutivo y que serían aceptados por dialoguistas -por la mañana aparecerá un texto final-, la ley podría destrabarse y despejar un tema que se frenó en las sesiones extraordinarias de febrero pasado, cuando un dictamen de minoría dejó un virtual empate. Al ser cuestión electoral, precisa mayoría absoluta y no puede ser saldada por Villarruel ante paridad. Los cambios a aplicarse significarán el regreso de la iniciativa a Diputados, en segunda revisión.
En medio de todo esto, la vicepresidenta encabezará un acto en el marco del “Día Internacional de la Conmemoración a las Víctimas del Terrorismo”. “Por primera vez, el salón Azul del Senado de la Nación será escenario de una actividad que permitirá develar hechos que durante décadas una parte de la política ha querido esconder y que nos ha dejado profundas heridas a los argentinos que todavía no sanan. Se podrán ver y escuchar las consecuencias humanas de los atentados terroristas que se han perpetrado en la Argentina y en otros países”, señala el comunicado oficial del evento.
“Según lo establecido por la Organización de Naciones Unidas desde 2017, cada 21 de agosto se recuerda y honra a las víctimas del terrorismo con el fin de promover sus derechos, libertades fundamentales y sensibilizar a la sociedad sobre sus necesidades. El 27 de agosto en el Senado se pedirá Justicia, Verdad y Reparación para todas las Víctimas del Terrorismo”, agrega el texto en cuestión.