Un informe oficial sobre el Plan Bandera que se puso en marcha en Rosario en enero pasado reveló que además de reducir los homicidios y los niveles de criminalidad, las medidas de prevención del delito tuvieron un impacto económico que se pudo medir en una mejora en la actividad del turismo. El balance de los primeros ocho meses circuló en los despachos oficiales y anticipa la visita que hará la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a esa ciudad para reunirse con el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.
Que el tema de la seguridad es un objetivo político de primer orden quedó expuesto en el acto que encabezó Javier Milei el viernes en la Bolsa de Comercio local. “Mi short description decía que tenemos que pulverizar la inseguridad y creo que la provincia de Santa Fe es testigo de la enorme tarea de la ministra Bullrich exterminando la inseguridad y si bien no creo que estaba explícito en mi short description creo que también la gente me exige que logre hacer crecer la economía”, resaltó el presidente en su discurso.
Esa definición describe el valor político que la gestión libertaria le dio a la seguridad desde el inicio del mandato y que se ubica a la par de los datos de la inflación. Son dos de los resultados que exhibe la administración, mientras enfrenta las consecuencias negativas de una política de ajuste draconiana, que prioriza el déficit fiscal cero por sobre otras variables.
El informe resaltó que desde el 2 de enero, cuando arrancó el Plan Bandera en Rosario, se redujeron los homicidios en Rosario 60%, mientras que en la zonas de mayor actividad delictiva esa caída estuvo en el orden 70%. Es un dato que en el Ministerio de Seguridad lo vinculan a otro: las medidas de lucha contra la narcocriminalidad tuvieron un alto impacto en la economía cotidiana de la ciudad, al punto que “las vacaciones de invierno fueron las mejores de los últimos 10 años, con una ocupación hotelera fue del 70%”.
Respecto de la tasa de homicidios dolosos en Rosario, entre enero y agosto del año pasado se registraron 150 crímenes, mientras que en el mismo período, ese número se redujo a 57 homicidios. En las zonas con mayor despliegue de fuerzas federales, como Gendarmería, Prefectura o Policía de Seguridad Aeroportuaria, hubo una disminución del 73%, ya que se pasó de 56 a 15 homicidios. En Rosario hay unidades fiscales especializadas en el delito de “balaceras”, debido a que fueron un flagelo en los últimos años, con heridos, muertos y vecinos y comerciantes amedrentados, como el caso de la familia política de Lionel Messi. De acuerdo con ese trabajo, hubo un 59% menos de tiroteos. Y un aumento del 500% en decomiso de cocaína.
En el informe del organismo que encabeza Patricia Bullrich se destacó que la clave para los resultados estuvo en un aumento del patrullaje en vía pública, los controles a vehículos -autos pero sobre todo motocicletas- y a personas, allanamientos e incautaciones, pero principalmente a la implementación del Sistema Integral de Gestión para Personas Privadas de la Libertad de Alto Riesgo en el Servicio Penitenciario Federal, para los delincuentes más pesados vinculados a la narcocriminalidad. Se trata de un sistema que dispone medidas de aislamiento para los presos más peligrosos, mayor cantidad de requisas, visitas limitadas a familiares directos, monitoreo permanente, controles y limitaciones a las comunicaciones telefónicas.
En el balance, el Ministerio de Seguridad resaltó que, según datos aportados por Ente Turístico Rosario (Etur), la inyección económica que recibió la ciudad giró en torno a los 5.000 millones de pesos, mientras que en el Aeropuerto de Fisherton llegaron a la ciudad más de 40 mil personas a través de vuelos provenientes de 9 provincias, de Panamá y de Río de Janeiro. También mejoró el turismo en la capital de la provincia, la segunda en el ranking entre las preferencias de quienes aprovecharon las vacaciones para viajar, con beneficios económicos por 2000 millones de pesos.