El gobernador bonaerense Axel Kicillof no tiene reelección. En 2027 el peronismo deberá definir quién o quiénes podrían sentarse en una mesa de discusión para cerrar una estrategia electoral que le permita retener el principal bastión electoral de una fuerza que desde la derrota del 2023 no encuentra, hasta el momento, una instancia de conducción o liderazgo a nivel nacional.
Buenos Aires reúne al 37% del padrón electoral a nivel nacional. En las últimas elecciones Unión por la Patria se impuso en las tres instancias: PASO, generales y balotaje. Depende de la terminal peronista que se consulte, la explicación de por qué el peronismo no perdió en Buenos Aires varía. Para los intendentes, la estructura puesta al servicio de la fuerza fue determinante, mientras que en la gobernación ponderaron la gestión de Axel Kicillof como valor propio.
Como sea, el presente y el futuro transitan por otra sintonía. Mientras Kicillof confronta desde la gestión contra las políticas del presidente Javier Milei y alrededor suyo se viene construyendo políticamente con el objetivo de una candidatura nacional, en las charlas informales de la dirigencia peronista el 2027 aparece en el menú, a sabiendas que el mandatario provincial no tiene reelección.
Hay algunos dirigentes que han levantado el perfil y tejen ciertos acercamientos con intendentes. Uno de ellos es el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Katopodis. En la primera mitad del año, el ministro combinó recorridas de gestión por distintos distritos con reuniones más de corte político; incluso en distritos donde no gobierna el peronismo. A la par, ha cerrado el acompañamiento de algunos intendentes de la Segunda y Quinta sección electoral para una eventual cruzada electoral o al menos de construcción política propia.
Entre los intendentes peronistas que también aceleraron recorridas por fuera de sus distritos se destaca el de Avellaneda, Jorge Ferraresi. Los movimientos del intendente del distrito de la Tercera sección electoral son seguidos de cerca por La Cámpora, pues se dan en el marco de la interna peronista con epicentro en la provincia de Buenos Aires. Este fin de semana por ejemplo hizo pie en la Quinta sección electoral encabezando dos plenarios: uno en Necochea y otro en Villa Gesell.
La hoja de ruta de Ferraresi tiene como primer objetivo armar una línea dentro del peronismo que tenga el suficiente sustento como para disputar internamente dentro del PJ contra la línea kirchnerista que representan el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner y varios intendentes.
La Cámpora también tiene algunas figuras con recorrido bonaerense y que podrían mostrar cierta proyección. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, es una de las posibles cartas a jugar. Mendoza llegó a la intendencia en 2019 con 36 años, tras vencer al intendente Martiniano Molina (PRO). En 2023 fue reelecta con el 50,9% de los votos.
Políticamente reporta directamente a la ex presidenta Cristina Kirchner. Fue la anfitriona del único acto en lo que va del 2024 que hasta ahora protagonizó Kirchner frente a la militancia kirchnerista. Además acompañó a la dos veces presidenta a su gira por México semanas atrás donde se reunió con la presidenta electa del país del norte, Claudia Scheinbaum.
La semana pasada, fue parte de la delegación de la Fundación Universitaria del Río de la Plata (FURP) que participó en San Francisco, California, de distintas reuniones con eje en avances tecnológicos y desarrollo de Inteligencia Artificial (IA). Allí, la intendenta compartió viaje con los gobernadores Ignacio Torres (Chubut) y Carlos Sadir (Jujuy); el exgobernador Juan Schiaretti (Córdoba); el vicegobernador Lucas Spinelli (Misiones); los senadores Maximiliano Abad y Alejandra Vigo; los diputados Rodrigo De Loredo y Cristian Ritondo; la directora de ARSAT, Noelia Ruiz; el CEO de Bitso Argentina, Julián Colombo, y el legislador porteño Darío Nieto. “Viajar para conocer, para abrir la mente, para escuchar de primera mano, para pensar y repensar nuestro modo de trabajo en pos de alcanzar un mejor funcionamiento del estado, verdaderamente eficiente, para abordar soluciones a los problemas de nuestra comunidad, de Quilmes, de la Provincia de Buenos Aires, de Argentina”, posteó luego del viaje en su cuenta de Instagram.
El senador nacional por la provincia de Buenos Aires, Eduardo Wado De Pedro y el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner -ambos de La Cámpora- también tienen activos políticos en el devenir del peronismo de la provincia de Buenos Aires. De Pedro tuvo una fuerte exposición cuando intentó ser el precandidato presidencial por el kirchnerismo el año pasado.
Cristina Kirchner también estuvo acompañada por la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, en su gira por México. Al igual que Mendoza, Fernández llegó al distrito en 2019 y fue reelecta en 2023. Ambas gobiernan municipios de peso poblacional y complejidades sociales varias. Mariel Fernández tampoco tiene reelección. Hoy por hoy también es una referencia entre los intendentes de la Primera sección electoral. Tiene línea por igual tanto con Máximo Kirchner como con Kicillof.
Hay otros intendentes cuyos nombres forman parte de conversaciones de la dirigencia peronista. Aunque por ahora mantienen el perfil bajo en este asunto, se anotan entre posibles postulantes. Dos de ellos son Federico Achával de Pilar y Leonardo Nardini de Malvinas Argentinas.
El primero lleva una gestión ordenada. “Lo quieren en las dos puntas, no muchos logran eso”, apuntan desde su distrito ante la consulta de Infobae. Hacen referencia de que los sectores altos y bajos que conviven en el distrito ponderan su gestión, básicamente a la hora de las elecciones.
Por su parte, Nardini lleva ya su tercer mandato al frente del distrito de Malvinas Argentinas, donde volvió luego de ser ministro de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires, entre 2021 y 2023. Por ahora, conserva el perfil bajo pero en su radar no descarta el 2027 como el momento de dar el paso hacia adelante. Tiene injerencia en la vida interna del peronismo tanto a nivel nacional como provincial.
Mientras, Kicillof no da señales siquiera hacia el 2025, en lo que se puede sugerir como el kicillofismo, el mandatario reposa asuntos políticos del orden internos en dos dirigentes de su confianza: el ministro de Gobierno, Carlos Bianco y de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Cuervo Larroque.
La salida de Martín Insaurralde volvió a poner a Bianco en un lugar central en el esquema de gobierno de Kicillof. A la par, el ministro está detrás de un armado más nacional desde la provincia de Buenos Aires con la figura de Kicillof como bandera. Al menos en su Instagram suele replicar publicaciones de militantes que lo mencionan y lo ponderan como “futuro gobernador”.
Larroque tiene una doble tarea: la contención social de la provincia más grande del país en un marco de política de ajuste disputa por el gobierno nacional y el armado de una alternativa -incluso por fuera de La Cámpora- a través de la organización La Patria es el Otro. Desde ese lugar es que ha logrado cierta notoriedad interna que lo posiciona como uno de los que buscarán sentarse en esa mesa donde se defina al menos la estrategia electoral del espacio -primero- hacia 2025. Las elecciones del año que viene ordenarán el escenario de un peronismo que en la provincia de Buenos Aires tiene a Kicillof al frente de la jefatura de gestión, pero no aún en el tramo político.
En todo este entramado está también el Frente Renovador de Sergio Massa. El ex ministro de Economía sigue fuera del escenario, mientras insinúa con un eventual regreso a la arena pública de la mano de una presentación de su libro. Mientras, son los intendentes y legisladores massistas los que interactúan a partir de la gestión y con los demás actores. Los massistas coinciden en un solo nombre para hablar de una apuesta propia para la provincia de Buenos Aires: Malena Galmarini.