Carlos Barraza hace más de 20 años que trabaja en la sección consular de la Embajada argentina en Caracas. Es venezolano y, al igual que antes su padre, era un empleado local valorado por aquellos que ejercieron alguna función en ese destino. Anoche, fue sacado de su casa de manera brutal por agentes de la temible policía política de la dictadura de Nicolás Maduro, el SEBIN, y generó una enorme preocupación tanto en la Cancillería argentina como en la diplomacia de Brasil, que actualmente representa nuestros intereses ante el régimen chavista. Tras difundirse el caso e intensas gestiones diplomáticas, fue liberado este sábado.
Todo empezó con el argumento del robo que Infobae contó la semana. Desapareció una abultada cifra en bolívares -unos 90 mil dólares- de la cuenta que tenía la embajada en Caracas y que eran utilizados para los gastos de funcionamiento de la Embajada, el Consulado y la residencia del embajador, donde hoy por hoy están refugiados seis militantes de la corriente de María Corina Machado que tienen orden de captura y que si pisan fuera del lugar serán arrestados.
Con ese argumento, de acuerdo a lo que pudo reconstruir Infobae de fuentes que conocen el caso, con la excusa de la investigación por el dinero depositado en el Banco Nacional de Venezuela, agentes del SEBIN detuvieron a una empleada local, que luego fue liberada a las horas, pero también a Barraza, de quien no se supo nada durante más de un día. La preocupación es que tampoco figuraba su nombre con orden de detención formal en fiscalías de Caracas. Hacía temer un virtual secuestro.
“Puede estar en una cárcel de Caracas, puede estar en el Helicoide. No sabemos nada”, reveló una fuente diplomática al tanto del episodio que preocupó no sólo a la Argentina sino también a Brasil, que asumió el 1° de agosto la representación de los intereses nacionales debido a que la dictadura de Maduro decidió unilateralmente romper relaciones con el gobierno de Javier Milei, después que el presidente expresó su rechazo al fraude a gran escala cometido en las últimas elecciones.
En el marco de ese choque diplomático, la dictadura de Maduro y Diosdado Cabello ordenó la expulsión en tres días de todos los diplomáticos argentinos. A horas de que se venciera el plazo, todo el personal argentino abandonó el país, tras una operación que contó con el apoyo de varios países. Como ocurrió en la guerra de Malvinas, en 1982 en Londres, el gobierno brasileño aceptó representar los intereses argentinos y extender su inmunidad y protección. Es que en la residencia del Embajador, están seis perseguidos políticos que tienen orden de detención por el simple hecho de ser opositores y expresar sus ideas políticas.
Ante la falta de información oficial sobre la suerte del empleado, se especuló con que hubiera sido una víctima más de las graves violaciones a los derechos humanos que ocurren en Venezuela y que se profundizaron a partir de la derrota aplastante en las últimas elecciones presidenciales, que siguen negando a pesar del reclamo de la comunidad internacional. De acuerdo a la información que se manejó en estricta reserva, hubo consultas y averiguaciones diplomáticas discretas para averiguar el paradero del funcionario. “Estuvieron de varios países preguntando por él”, revelaron a Infobae fuentes diplomáticas.
El caso Barraza
De acuerdo con la información que llegó a Infobae desde Caracas, Barraza fue detenido en el marco de la investigación por el robo de los 90 mil dólares. La semana pasada este medio había informado que la desaparición de esa suma de dinero había resultado sospechosa. La versión que brindaron los informantes es que se pudo haber originado en un “hackeo” y no descartaron una intervención de agentes de la dictadura chavista, incluso de elementos inorgánicos.
Barraza era un empleado calificado del área contable que tenía acceso a las cuentas de la Embajada, pero no administraba los permisos requeridos para hacer movimientos de fondos. Su función, según indicaron, era gestionar cuestiones administrativas y de logística principalmente vinculadas a la sección consular. “Nadie puede poner las manos en el fuego por nadie, pero era un empleado de muchos años que siempre desarrolló sus actividades laborales de manera correcta”, dijeron a este medio.
Lo cierto es que primero hubo una detención de una empleada local, a quien interrogaron, la llevaron a una dependencia policial y luego la liberaron. Anoche, dos vehículos identificables como pertenecientes al SEBIN llegaron a la casa de Barraza, lo interrogaron. En horas de la tarde de este sábado, y cuando ya la información había trascendido y llegó a la portada de Infobae y otros medios, el régimen lo liberó. “Está en su casa, con su familia”, contó la misma fuente que había alertado sobre la situación.