El personal del servicio exterior de la Nación vive una situación inédita. Dado que ejercen un rol basado en protocolos estrictos, no tienen una tradición de fuerte sindicalización. Sin embargo, están en pie de guerra desde hace algunas semanas producto de una discusión salarial basada en el pago del Impuesto de las Ganancias. La actualización de ese tributo afectó a diplomáticos que antes estaban exceptuados y desató un debate interno. El conflicto implica medidas de fuerzas que alteran el normal funcionamiento de la diplomacia y la actividad consular de Argentina en el mundo.
El reclamo lo lleva adelante la Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación (APSEN). En este marco, este viernes convocaron a otra asamblea para discutir la situación y evaluar nuevas medidas de fuerza, en caso de no llegar a un acuerdo. “El acatamiento es alto”, le indicó a Infobae un diplomático nucleado en APSEN.
Entre otras medidas, se dificultan trámites consulares y, por ejemplo, en el edificio de la Cancillería en el barrio de Retiro hay ascensores y escaleras inhabilitadas entre 17 y 17:30. Son señales inhabituales que hoy tienen en alerta al mundo diplomático. Desde APSEN han presionado sobre el tema a Diana Mondino, la ministra de Relaciones Exteriores. Sin embargo, la canciller mantuvo cautela pública.
En concreto, los diplomáticos rechazan la reglamentación del impuesto a las Ganancias (ahora denominado Impuesto a los Ingresos Personales) que eliminó la exención que regía para el personal diplomático que reside afuera del país. Si bien los diplomáticos profesionales siempre han pagado impuesto a las Ganancias por sus salarios, el adicional por “costo de vida” cobrado por la asignación en el exterior estaba exceptuado. Pero a partir del Decreto que reglamentó el Impuesto a los Ingresos Personales contenido en la Ley de Medidas Fiscales, sancionada en junio, esa exención se revirtió. El planteo de APSEN es que el Artículo 9 del Decreto reglamentario deroga el Artículo 280 del Decreto 862/2019, que es el que les daba la excepción a los diplomáticos de pagar Ganancias sobre el sueldo en moneda extranjera. En ese punto reside el foco del conflicto.
Como protesta, los diplomáticos trabajan hasta este jueves con jornada laboral reducida en país y exterior, aplican un retiro de dos horas antes de la finalización de la jornada laboral (en el país, a las 17hs; en el exterior, 2 horas antes del horario indicado en la certificación de servicios). Además, señalan la abstención masiva de presentación a próximas licitaciones de traslado.
A su vez, los diplomáticos señalan que Argentina no actualiza el sueldo de los miembros del Servicio Exterior de la Nación desde el 2015. Generalmente, su salario viene regulado con una tabla de sugerencias de las Naciones Unidas, que Argentina dejó de cumplir hace nueve años.
Es que con la nueva reglamentación, quienes trabajan en el exterior deberán tributar Ganancias sobre su sueldo en dólares. Un diplomático de carrera que presta servicio en Argentina cobra su salario en pesos, atado a los sueldos del Poder Judicial. No obstante, cuando al funcionario se le asigna una labor en el extranjero, pasa a percibir un ingreso en dólares a través del Banco Nación. Por esa labor, a su vez, los diplomáticos reciben un “plus” en dólares para afrontar el costo de vida en el exterior. Históricamente, pagan impuestos a las Ganancias pero sobre su sueldo en pesos, no sobre los sueldos en moneda extranjera.
El escalafón diplomático se constituye de secretarios de tercera, segunda, primera y luego consejeros, ministros y embajadores. El sueldo de un diplomático secretario de tercera cuando sale al exterior es de 7.000 dólares en promedio, dependiendo del lugar de destino. “El problema de Ganancias afecta a todos los rangos, como al consejero que gana 10.000 dólares como a los ministros y embajadores que cobran entre 11.000 y 14.000 dólares.
En caso de no revertirse la situación, esos sueldos se verían afectados y pasarían a ser, en el caso de los secretarios, de 5.000 dólares. Los diplomáticos en el exterior no tienen cobertura sanitaria afuera de Argentina, sino que la Cancillería paga por reintegro los gastos médicos. Un ejemplo que dan en un comunicado interno al que tuvo acceso Infobae explica que un parto de una diplomática embarazada puede costar en Estados Unidos, por citar un lugar concreto, hasta 15.000 dólares. La diplomática, en este caso, debería afrontar ese gasto y enviar luego el pedido de reintegro. “La Cancillería puede demorar seis meses, con suerte, en el reintegro y, si se efectiviza la nueva reglamentación, vendrá con la retención de Ganancias”, indicaron.
Este viernes volverán a reunirse para analizar si avanzan con más medidas de fuerzas que afectarían a todos los consulados argentinos del mundo.