En el inicio de la sesión en la cámara de Diputados, en la que se busca avanzar la declaración de Servicio Esencial de la Educación, se dio un fuerte cruce entre el presidente de la cámara Baja, Martín Menem, y la legisladora de Unión por la Patria, Cecilia Moreau. En se contexto, en el recinto se hizo referencia a la denuncia de Fabiola Yañez contra el expresidente Alberto Fernández por violencia de género.
Antes del inicio de la orden del día, entre los diputados que pidieron la palabra hacer una objeción estuvo Cecilia Moreau, quien sorprendió con un planteo directo contra el presidente del cuerpo, Martín Menem, a quien acusó de no prestarle atención cada vez que levanta la mano para participar del debate.
“Le voy a hacer una cuestión personal, cada vez que levanto la mano, y les pasa a otros diputados, no me mira. Le voy a pedir que mire el recinto, porque no está siempre adelante suyo el orador. A los costados también hay diversidades y coincidencias”, denunció la legisladora opositora.
“La verdad, me parece bastante machirulo no mirarme a mí o a otras compañeras diputadas. Porque tiene un trato de no mirar y hacer gestos con las manos, que en estos momentos tan difíciles, sobre todo, lo quiero destacar”, apuntó la diputada de UP.
Las palabras de Moreau generaron una reacción automática del bloque de La Libertad Avanza: algunos de sus representantes parlamentario trajeron al debate la denuncia contra Alberto Fernández porque comenzaron a gritar que “machirulo es pegarle a su esposa”. La frases era una clara alusión a la acusación por violencia de género que pesa sobre el ex mandatario.
Tras pedir silencio, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, tomó la palabra para responder a las acusaciones de la legisladora de Unión por la Patria, y le dijo: “Con todo respeto diputada, hago lo que puedo y tengo el mismo respeto por los 265 diputados que integran esta cámara”.
Además, explicó: “No puedo mirar a todos al mismo tiempo. El jefe de bloque que tiene (Germán Martínez) sabe que es mi intención que todos participen y que hablen”.
No obstante, y ante los gritos reiterados de la Cecilia Moreau, el titular de la Cámara Baja volvió a intervenir para terminar con el tema: “Le pido silencio diputada, por favor”.
Qué dijo Cecilia Moreau sobre la denuncia contra Alberto Fernández
La diputada nacional de Unión por la Patria, Cecilia Moreau, expresó la necesidad de respetar a Fabiola Yáñez y permitir que la Justicia actúe con perspectiva de género, en relación a la denuncia de violencia física hecha por Yáñez contra el expresidente Alberto Fernández. La legisladora también instó a las mujeres a seguir denunciando estos casos de violencia, remarcando que es crucial visibilizarlos, ya que trascienden partidos políticos y clases sociales.
Moreau compartió su profunda tristeza, impotencia y enojo como militante de la fuerza política que integraba junto a Fernández. “Fracasamos porque fue un mal presidente que no pudo construir un espacio político donde lo colectivo primara”, expresó en diálogo con radio Splendid.
La legisladora calificó la acusación de Yáñez como una de las formas más terribles de violencia: la física. También subrayó que si la ministra de la Mujer, Ayelén Mazzina, vio fotos relacionadas con el caso y no tomó medidas, debería reconocer el incumplimiento de su deber público.
Además insistió en que los casos de violencia hacia mujeres y niños deben ser denunciados sin importar quién esté involucrado y destacó que este hecho está catalogado como un acto privado, que depende de la decisión de la víctima. Aunque desconoce si trabajar en la Quinta de Olivos implica firmar un código de confidencialidad, sostuvo que debería testificar el médico que prestaba servicios allí.
“Hay muchos casos de violencia hacia mujeres y niños. Caiga quien caiga, las denuncias se tienen que hacer. Este hecho está tipificado como un acto privado y depende de la decisión de la mujer, trasciende el título de funcionario”, dijo.
Finalmente, remarcó la importancia de seguir adelante con las denuncias y la visibilización de la violencia, un punto que considera un logro del feminismo, a pesar de los intentos por desprestigiar la palabra.