Finalmente, Alberto Fernández presentó este miércoles por la tarde su renuncia como presidente del Partido Justicialista en medio del escándalo derivado de la denuncia por violencia de género que presentó contra él su ex pareja Fabiola Yañez, y por la que el ex mandatario fue imputado esta tarde por la Justicia federal por lesiones graves y amenazas coactivas.
“En el marco de la denuncia por presunta violencia de género a partir de la cual estoy siendo investigado en la Justicia Federal, vengo a elevar mi renuncia indeclinable al cargo de presidente del Partido Justicialista orden nacional con el que oportunamente me honrara”, inicia el texto enviado por el ex jefe de Estado a Gildo Insfrán, el gobernador de Formosa y apoderado del espacio político.
Fernández se había pedido una licencia al partido en marzo pasado, cuando estalló el escándalo por la investigación en torno al negocio de los seguros que lo comprometen a él, a parte de sus colaboradores y a Héctor Martínez Sosa, uno de los principales brokers, pareja de María Cantero, la histórica secretaria del ex mandatario.
En los últimos días, una vez que Yañez avanzó en la Justicia con su denuncia por violencia física y psicológica contra su ex pareja, en el entorno de Fernández empezaron a conversar con él la posibilidad de que de un paso al costado en la presidencia del PJ, vapuleado por la mayoría de los dirigentes partidarios, en particular por Cristina Kirchner.
Solo unos poquísimos ex funcionarios del riñón del ex mandatario ensayaron una tímida defensa pública. Entre ellos, Jorge Argüello, ex embajador en los Estados Unidos.
Quien hasta este miércoles fue el líder del PJ nacional consideró en su escrito que tiene “el deber y la necesidad” de tomar esa decisión “con el único propósito de no involucrar al partido” en los hechos que, asegura, se le endilgan “falsamente”.
“Deseo que ninguna esquirla del linchamiento mediático al que estoy siendo sometido pueda lastimar a este partido en el que militan hombres y mujeres que tanto hicimos por la igualdad de géneros y respeto a las diversidades”, resaltó.
La renuncia continúa: “Los hechos que se me imputan son falsos”. “Aún aguardo que la Justicia actúe como tal, deje de lanzar irregularmente datos a través de los medios de comunicación y me permita ejercer el derecho legítimo a la defensa”, agregó.
“Con mi alma lastimada por tanto escarnio y siendo víctima de una cruel operación que también lastima a mis hijos, saludo a cada compañero y compañera con mi compromiso de siempre”, concluyó Fernández, con el agregado de su firma, su despedida del liderazgo del PJ.
Según pudo reconstruir este medio, la renuncia se aceleró no solo con la imputación del fiscal Ramiro González, y las primeras medidas de prueba tras la extensa declaración de Yáñez de este martes, de cuatro horas, si no por la presión de diversos sectores del partido, que desde las primeras horas del escándalo le dieron la espalda al ex mandatario.
De hecho, el texto de renuncia, adelantado por Infobae, se conoció en simultáneo a un comunicado del PJ porteño -su presidente es el senador Mariano Recalde, de La Cámpora- en el que se pidió “apartarlo definitivamente“ a Fernández de la presidencia del partido nacional.
Fuentes del espacio resaltaron a este medio que sectores internos del peronismo porteño, entre ellos La Cámpora y Victor Santa María, intentaban este miércoles que el ex presidente fuera expulsado en su condición de afiliado.
Según confiaron, fue Juan Manuel Olmos, el ex vicejefe de Gabinete, uno de los máximos dirigentes del PJ de la Ciudad, de los más cercanos al ex mandatario -sigue en contacto con él- el que terminó por convencer a Fernández para que renunciara a la presidencia del peronismo nacional. Para descomprimir la situación.
En el comunicado del PJ liderado por Recalde se indicó que “el Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires repudia de forma contundente todo hecho de violencia de género, provenga de quien provenga”.
“En ese marco y frente a la gravísima denuncia contra el ex presidente Alberto Fernández, consideramos que corresponde ponerle fin a su licencia y apartarlo definitivamente de la presidencia del Partido Justicialista Nacional para continuar con la reorganización de la jefatura partidaria iniciada en el último Congreso”, advirtieron en el texto.
“El PJ siempre ha luchado por una sociedad justa, libre e igualitaria”, abundaron. Y concluyeron en que “es necesario expresar y dejar clara” la postura “como condición para reconstruir nuestra fuerza política”. “Tenemos que hacerlo para ofrecer una alternativa de gobierno que vuelva a representar la esperanza del pueblo argentino”, sintetizaron.