En medio del conflicto salarial entre las universidades públicas y el gobierno nacional, que resultó en un paro docente para este lunes y los días 20 y 21 de agosto, la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) alertó sobre la falta de inversión en el sistema universitario, que podría caer a valores del 2005 de no existir una recomposición “significativa” de ahora a fin de año.
“El financiamiento universitario argentino: anatomía de un derrumbe”, elaborado por los economistas Javier Curcio y Julián Gabriel Leone, del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la mencionada casa de estudios, indica que los salarios universitarios se ubican 55 puntos porcentuales por debajo de la inflación acumulada hasta julio de este año. En ese sentido, la caída es mayor a la del promedio del sector público e incluso de los trabajadores no registrados.
Curcio, en diálogo con Infobae, explica: “Si en noviembre del año pasado cobrábamos 100, en julio cobramos 45. Los otros 55 los perdimos. La caída es más baja que las que tuvieron el resto de los sectores, incluyendo el sector privado no registrado”. La propuesta de aumentos ofrecida por el gobierno fue del 3% para agosto y de 2% para septiembre.
Y detalla: “Lo que caería a valores del 2005 es el financiamiento universitario en relación al producto, es decir, la porción de la actividad de los argentinos que se destina al sistema universitario”. Advierte que ese financiamiento tiene una “alta relación” con el valor del salario de los docentes, por lo que la caída en ese sentido es “casi equivalente”.
Para mantener la actividad en el nivel de los últimos años, el economista cree que el presupuesto debería aumentar en la proporción de un tercio del total. “Si no aumenta, se reduciría en un 33 o 34% respecto de la situación actual”, precisa.
Lo cierto es que el presupuesto asignado al Programa Desarrollo de la Educación Superior, principal fuente de financiamiento de las más de 50 universidades nacionales, se redujo desde 2018 en adelante, de acuerdo con Curcio: “Ahora tendríamos una caída a un piso inferior, equivalente al 2005, pero con el agravante de que en el medio hubo creación de universidades, aumento de matrícula, se amplió el sistema”.
En ese sentido, las universidades tendrían los mismos recursos de hace casi dos décadas para un sistema más extenso. El informe indica que las universidades componen cerca del 85% de su presupuesto total en salarios. El resto de los costos, como los servicios y el mantenimiento, son menos sensibles a la baja, ya que se actualizan de forma automática.
“Es una caída del salario que hace imposible sostener la situación de los docentes, por debajo de la línea de la pobreza para muchos docentes y sus familias”, advierte el economista.
Luego, agrega: “No hay argumentos para una caída tan fuerte en el salario docente, incluso en un contexto de ajuste, que es totalmente entendible y demás. Peligra la continuidad. Si bien es cierto que la crisis existe y sabemos las dificultades del financiamiento, es importante priorizar este sistema si queremos recuperar una senda de crecimiento y desarrollo”,.
“A pesar de su importancia para el normal desarrollo de la función educativa, las universidades componen cerca del 85% de su presupuesto total en masa salarial para el pago a docentes, investigadores, directivos y personal administrativo no docente”, explica el informe. Es por eso que los salarios universitarios son el principal ajuste sobre los fondos del sistema.
Curcio, concluye: “En moneda constante, el programa presupuestario presenta una caída real en lo que va del año del 31,5% respecto al año anterior y de casi un 25% en referencia a igual período en 2022″.