Javier Milei se comprometió especialmente con la situación institucional de Venezuela. Siguió con atención las elecciones del 28 de julio, en las que Nicolás Maduro se autoproclamó ganador ante Edmundo González Urrutia, candidato impulsado por la opositora María Corina Machado. Esa misma noche, desconoció el resultado del escrutinio fraudulento y en su entorno voces calificadas dejaron trascender la intención de organizar una reunión de presidentes críticos del régimen venezolano.
La posición del líder libertario buscó ubicarse como una referencia regional, en contraste con las expresiones del eje Andrés Manuel López Obrador (México), Luiz Inacio Lula Da Silva (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia), que fueron más tolerantes con los abusos del régimen de Diosdado Cabello y Maduro.
En el Gobierno persiste una indefinición al respecto. Tanto en la Cancillería como en la Casa Rosada no confirman si habrá cumbre. Entre los trascendidos estuvo la posibilidad, incluso, de que se concretara la reunión en Buenos Aires. Más allá de eso, Milei sigue siendo una de las voces más duras de la región que denuncia sin matices el fraude y reconoce la victoria de González Urrutia.
El 31 de julio, la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó una resolución para exigir que Maduro muestre las actas de las elecciones. En una estrategia concertada de Lula y AMLO, los aliados del régimen caribeño lograron bloquear esa iniciativa. Brasil y Colombia se abstuvieron, México se ausentó y el documento se frustró: fue transparentar el eje de contención ante una crisis de consecuencias imprevisibles.
Quienes habían votado a favor fueron Chile, Argentina, Uruguay, Costa Rica, Jamaica, Ecuador, Perú, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Canadá, Guyana, Surinam, Haití, Paraguay y República Dominicana. Esos eran los países a los que Milei apuntaba a convocar a una especie de contra cumbre para enfrentar la postura de Lula. Sin embargo, la idea por ahora se truncó.
Mientras tanto, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, que asumió su mandato el 1 de julio, se anticipó y convocó a los líderes de América Latina que estuviesen en sintonía para reunirse en su país. Ese cónclave aún no tiene fecha, pero opacó la propuesta de Balcarce 50.
En medio de la indefinición, Milei fue invitado este domingo a la ceremonia de asunción del presidente de República Dominicana, Luis Abinader. El líder dominicano fue reelecto con el 60% de los votos el 19 de mayo. El Jefe de Estado de ese país caribeño aprovechó la ocasión para citar también a una cumbre latinoamericana. Se espera que tenga lugar el viernes, en la previa de su acto para tomar los atributos de mando.
Infobae consultó con fuentes del círculo presidencial y respondieron que no está previsto que Milei viaje a República Dominicana. Quien sí tiene previsto volar para la ceremonia de asunción de Abinader es Diana Mondino, la canciller.
El próximo viaje de Milei será el 24 de agosto, cuando volará hacia México para reunirse con empresarios locales y participar de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). No está previsto un encuentro con su par AMLO, con quien tiene una relación tensa. Ambo han intercambiado dardos verbales producto de sus diferencias ideológicas.
Es en este marco que se diluye la posibilidad concreta de una cumbre en Argentina con los países de la región que rechazan el fraude de las elecciones venezolanas por parte de Maduro. Al menos, no hay confirmación en los próximos días.
Argentina, por pedido del régimen de Maduro, retiró todos los representantes diplomáticos de su embajada en Caracas. Milei había dado asilo a seis opositores que se resguardaban en la residencia argentina en Venezuela. Los dirigentes asilados son Pedro Urruchurtu Noselli, Humberto Villalobos, Claudia Macero, Omar González, Fernando Martínez y Mottola Magalí Meda. Se trata de personas ligadas al equipo de campaña de los referentes opositores a Maduro, María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.
Tras largas horas de negociaciones diplomáticas, Brasil asumió el cuidado de la Embajada de Argentina en Venezuela y garantizó el resguardo de los asilados políticos. Pese a ese gesto, Milei sostiene su postura sobre Lula y sobre Maduro.