A pocos días de haber radicado una denuncia por violencia de género y hostigamiento en contra del ex presidente Alberto Fernández, Fabiola Yañez confió en una entrevista exclusiva a Infobae los detalles detrás del calvario que habría vivido durante sus últimos años en pareja junto al abogado, con quien comparte un hijo de 2 años. “Terrorismo psicológico”, es fue el término que utilizó la ex primera dama para englobar las situaciones de violencia a las que habría estado expuesta, una tema que aún toca una fibra profunda en su alma que, por el momento, se expresó como un nudo en la garganta y un posterior silencio a modo de evadida.
“No hay palabras. Estoy pasando un momento como nunca antes imaginé. Por algo que no salió de mí”, reconoció al hacer referencia a la forma en la que se conocieron las intimidades de la relación que sostuvo por más de diez años junto al ex jefe de Estado. “Jamás hubiese querido exponer a mi hijo o que mi hijo tenga que ver algo de esto algún día en su vida. Y ahora lo va a tener que ver”, aseguró sobre la investigación de oficio que inició el juez federal Julián Ercolini tras haber dado con una serie de pruebas que alarmaron a los funcionarios.
La bomba explotó el fin de semana pasado, luego de que se conociera que el magistrado, quien está a cargo de la causa de los seguros contratados por la Nación durante la gestión de Fernández, fue alertado por la presencia de varios mensajes, fotos y un vídeo en el teléfono de la secretaria del ex presidente, María Cantero, que habrían revelado los hechos de violencia que habría sufrido a lo largo de estos años.
Durante la conversación que mantuvo con Tatiana Schapiro, Yañez admitió que no solamente se habrían tratado de los hechos de violencia física, de los cuales quedó constancia en las fotografías con moretones en el ojo y el brazo que se difundieron esta semana. “¿Sufriste otros tipos de violencia?”, preguntó la periodista, frente a quien reconoció que “sí, otra violencia a la que estuve sometida durante muchísimo tiempo como es el acoso telefónico”. Sin embargo, apuntó que “fue lo último que esta persona hizo”, respecto de los tipos de violencia a los que se habría visto sometida en la relación.
Si bien la denunciante afirmó no haber sido víctima de violencia económica, recordó una situación que le había generado un profundo malestar a ella y su familia. “No se dio cuenta de que me estaba hablando, tenía el teléfono en altavoz y él dijo que mi mamá y mi hermanita eran… No voy a decir la palabra que utilizó… que las estaba manteniendo”, señaló.
“Fue una manera de reclamarme una cuestión económica y despreciar a mi familia también”, analizó la ex primera dama al dejarse ver afectada por el trato y la forma de referirse hacia su madre y su hermana. No obstante, el mayor momento de incomodidad llegó segundos más tarde, cuando fue consultada sobre si el expresidente habría llegado a forzarla y pasar por encima de su voluntad.
Luego de que Schapiro preguntó: “¿Sufriste algún tipo de violencia sexual?”, la primera respuesta que ofreció Yañez se manifestó en un profundo silencio. Una pequeña inhalación, una pausa y un movimiento de cabeza que se transformó en una negativa corporal antecedieron a su respuesta final. “No puedo. No puedo hablar de esas cosas”, expresó. Una frase que repitió en varias oportunidades al señalar que había “cosas que no las puedo decir porque están dentro de lo que es la causa”.
Otro de los detalles en los que se intentó ahondar correspondió a los rumores sobre que varios de los golpes habrían ocurrido cuando se encontraba embarazada de su único hijo en común, aunque no respondió de manera afirmativa o negativa, si destacó que la peor etapa de los ataques habrían sucedido durante su último año de mandato.
“Lo peor fue el último año cuando me voy a vivir a la casa de huéspedes, eso sucede ahí”, confirmó al aclarar que el pequeño ya había nacido para cuando decidió dejar de convivir con Fernández. “Tuve que salir en pantuflas y bata e irme a la casa de huéspedes”, rememoró sobre la reacción que tuvo tras ese episodio violento que habría quedado registrado en las fotos difundidas.
Ese momento habría sido el quiebre final de la relación, ya que la ex primera dama reveló que para julio del año pasado ya estaban separados y la convivencia había terminado. Asimismo, explicó que no había abandonado la Quinta de Olivos para no generar un escándalo mayor en plena campaña electoral. A pesar de los esfuerzos, la violencia que el exmandatario habría ejercido en su contra no frenaron.
Por otro lado, Yañez explicó que se presentó ante la Justicia producto de haber sufrido acoso telefónico durante los últimos dos meses. “Esta persona estuvo durante dos meses - están todos los chats y muchas personas lo saben - amenazándome día por medio con que si yo hacía esto, si hacía lo otro, que se iba a suicidar”, relató al confesar que la situación le había quitado la estabilidad para poder continuar con la crianza de su hijo.
“En aquel momento yo estaba viviendo de una forma en la que no me dejaba ni siquiera poder estar íntegra para mi hijo”, recordó, para luego asegurar que hoy se siente más fuerte que nunca. Incluso, admitió que se vio impulsada a denunciar “por las mujeres que sienten que no pueden hacer nada y que son víctimas de este tipo de violencia, ya sea psicológica y/o física, la que sea”. Y concluyó que se veía en la obligación de ofrecer algún tipo de respaldo con su causa al manifestar que si ella había estado en esa posición, lo mismo podría ocurrirle a otras personas.